Monarkia eta noblezia

Haro, Lope Díaz de

(1124-1170). Se le suele señalar como IV Señor de Vizcaya pero nunca ostentó tal titulo en ninguno de sus diplomas.

Era hijo del antiguo Conde y Señor de Vizcaya Diego López de Haro desposeído de su señorío por Alfonso el Batallador cuando éste recupera las tierras usurpadas al reino de Pamplona en su zona occidental. El suceso ocurrió en 1116, en el combate habido ante Haro. Las tenencias de Grañón y Nájera pasaron, por este motivo, a Fortún Garzei Caissar o Caxal, hombre de confianza del rey. En 1123 figura D. Lope en la toma de Burgos cuando Alfonso VII arrebató al rey aragonés el castillo de dicha ciudad. Al suceder a su padre (1124), continuó con sus posesiones pero no con Vizcaya, que nunca poseyó. Lacarra señala con certeza cómo se apresuró el rey Alfonso VII de Castilla en instalar a Lope Díaz de Haro en Nájera.

Lope trataba de recuperar los antiguos dominios de su padre y para ello recurre al vasallaje castellano. En 1127 se le cita como teniendo a Nájera, en una carta de donación otorgada por María Ximénez de Sagga al monasterio de San Millán y San Félix. Muerto El Batallador en 1134 y, una vez en el trono vasco García Ramírez "El Restaurador", los asuntos de D. Lope siguen como antes. D. Ladrón de Guevara, hijo del señor del Baztán, gobierna a Vizcaya, bajo el rey vasco, y juega un papel importante en estas luchas. El rey castellano Alfonso VII y el aragonés Ramiro II han tratado el reparto del reino vasco. Lope Díaz aparece al lado de Alfonso VII cuando éste invade La Rioja quitándosela a García IV Ramírez, el Restaurador, rey de Navarra. Este es un momento crucial para las relaciones de Navarra con sus señoríos occidentales. Ortueta nos dirá:

"¿Miró García con la debida atención a Bizcaya? Los comienzos de su reinado se nos presentan muy confusos. Sólo vemos que no pudo, o no supo, conservar La Rioja, y si, como parece cierto, se desprendió de esa región a cambio de la promesa de Zaragoza, con esa misma renuncia dejaba preparada la pérdida de Vizcaya, pues el titular de la casa de Haro, señor hereditario -de hecho- en Vizcaya, tenía su más importante patrimonio en La Rioja, y ésta, quedando en poder de Castilla, era muy difícil de evitar que los Haro arrastraran consigo al Señorío."

(A. de Ortueta: Vasconia y el imperio de Toledo, Barcelona, 1935, pp. 396-397).

Según diversos escritos, en los años siguientes sirve al rey castellano. D. Ladrón, al ver comprometida su tierra de Vizcaya, presta juramento de fidelidad al castellano en 1136 que luego le da en recompensa el gobierno de la importante plaza de Viguera. Según Lacarra se asiste al espectáculo de una "guerra fingida" cuya representación se había encomendado al conde D. Ladrón, hombre de confianza del rey navarro. Observa el mismo autor cómo conviven en La Rioja el conde D. Lope Díaz de Haro y el conde D. Ladrón de Guevara silenciando ambos el título de Señor de Vizcaya y limitándose, el primero a Nájera y el segundo a Viguera. Don Lope, en un documento particular se titula Didaci Viscaiensis, "Diego, Vizcaíno" que Lacarra interpreta como un asomo de reivindicación. Es el año 1135 en que el rey navarro, siguiendo las costumbres feudales de la época, rinde vasallaje al Emperador Alfonso VII de Castilla. En 1138 Vizcaya aparece regida por el conde D. Baila bajo Pamplona: Beila in Bal d'Araquil et in Bizcaia y otras veces en Ypuçchoa (1112) y también in Alava et in Ypuzcoa (1172). Don Ladrón se ve recompensado por su guerra fingida con las tenencias de Aibar y Leguin de Navarra pero sin abandonar aparentemente a Alfonso VII. Sigue la corriente el rey de Pamplona no ostentando sus títulos de rey en Bizcaya, Guipúzcoa ni Alava hasta que, afirmada la situación, vuelve a usarlos como siempre hasta el fin de su reinado.

En una escritura de 1138 por la que su sobrina, M.ª López, cede varias posesiones al monasterio de Santa María de Nájera, consta que D. Lope se hallaba al frente de Nájera. Se desconoce su actitud cuando el rey Alfonso VII recorrió las tierras de Navarra luchando contra García Ramírez. De todas formas, en abril de 1140 lo encontramos suscribiendo una donación de Alfonso VII a Nuestra Señora de Valvanera. Sin embargo, por causas que se desconocen, parece que el mismo año estuvo enemistado con el rey de Castilla, según se ve en una escritura de esta fecha:

"In nomine Domini nostri Jesu Christi. Regnante Adefonso imperatore in Hispania tempore quo a Portugalensi patri rediit Lupo comite tempore eodem sibi in Faro adversante...".

En setiembre de este mismo año parece que se ha reconciliado nuevamente con Alfonso VII ya que lo encontramos en la corte de Valladolid siendo uno de los señores que se citan en la rueda de la merced concedida por los reyes a D. ª Urraca Fernández. En los años siguientes le vemos suscribir diversos documentos del rey castellano. En el 1151 asiste a la boda celebrada en Calahorra entre Sancho III y la infanta D.ª Blanca de Navarra. Cuatro años más tarde (1155) el rey Sancho de Castilla le dio toda Nájera: "Facta carta in Burgis, quando rex Sancius dedit totam Naxara comite Lupo in era centessima nonagessima tertia". En 1158 el rey Sancho III le confiere el título de Alférez Real, y con tal título firma D. Lope el instrumento por el cual se le concedía a Fray Ramón de Fitero el castillo de Calatrava (enero de 1158). Parece que hacia el 1160 el rey de Navarra Sancho el Sabio recuperó La Rioja y La Bureba. De todas formas en dicho año D. Lope continuaba con el gobierno de Nájera, según se hace constar en la escritura de venta otorgada por Pedro Frúlaz al abad de Monte Sacro de las posesiones en Covellas. En otro documento del mes de abril del mismo año se confirma dicha posesión, figurando además su hermano Sancho Díaz en posesión de la alcaldía de Treviana. Según documento de 1162, en dicha fecha poseía el gobierno de Nájera, Río de Oja, Castilla la Vieja y Trasmiera.

La de Nájera parece que la mantuvo hasta su muerte. En el 1169 construyó la iglesia y monasterio de Santa María de Cañas, en La Rioja, para religiosas cistercienses. Debió de morir hacia el mes de mayo de 1170, pues su última escritura, o una de las últimas, lleva fecha de 9 de abril de 1170. El 7 de mayo firma ya su hijo y sucesor Diego López. Los genealogistas no se ponen de acuerdo sobre si tuvo una o dos mujeres. Lo más probable es que casara dos veces: primero con D.ª Mencía, hija del conde D. Arias, de quien no tendría descendencia, y después con Aldonza Ruiz de Castro, sobrina de D. Gutiérrez Fernández de Castro, mayordomo de Alfonso VII y Sancho III. Esta por de pronto sobrevivió a D. Lope y figura en un documento de 1187 y en otro de 1195. Según este último, Diego López de Haro, V señor de Vizcaya, fue hijo suyo. Además de éste, se cuentan entre sus hijos los siguientes: Lope López, Sancho López, Rodrigo López, Martín López, Pedro López, Alfonso López, Urraca López, Mencía López, Toda López, Aldonza López y Lope de Haro. Parece ser que acuñó moneda que se llamó Lobei o Lobis por la figura de dos lobos que aparecía en ella. Pedro Salazar de Mendoza opinaba que estos lobos son los que unidos al árbol de Gernika constituyeron las armas de Vizcaya. Se le llamó Lope de Nájera, por el gobierno que tuvo de dicha ciudad. Por lo que respecta al Señorío sobre Vizcaya, Ortueta nos dirá:

"Parece que D. Lope Díaz, señor de Bizkaya, que siguió constantemente la corte del rey de Castilla, no usó nunca el título de señor de Bizkaya, lo que induce a creer que anduvo ausente de ella por tenerla ocupada el rey de Nabarra; aunque por otra parte, el no aparecer ningún caballero de Nabarra con el título de señor de Bizkaya, es argumento sólido para suponer que el rey de Nabarra no podía conferir por sí -si es que ocupaba aquellas tierras- o que los bizkainos no se prestaran a ello, pues en realidad el señorío estaba vinculado de hecho en la familia que hacía poco había empezado a llamarse de Haro"

(A. de Ortueta: Navarra y la unidad política vasca, Barcelona, 1931, p. 254).

El conde D. Lope, como se ve, no interviene para nada en Vizcaya, y sigue fiel a los reyes castellanos Alfonso VII, Sancho III y Alfonso VIII hasta su muerte acaecida en 1170. Como asegura Lacarra no tuvo con Vizcaya más vinculación que la de sus bienes patrimoniales, incluso en 1162 cuando se titula comes Lupus Naiarensis atque Bizchayensis cuando da a los premostratenses la iglesia de Gaztelugache que formaba parte de sus propiedades particulares en tierra vizcaína (monasterium meum propium in Bizchaya) amparado en el privilegio e inmunidad que le había otorgado la reina D.ª Urraca. Ref. Labayru: Historia General del Señorío de Vizcaya, t. II, pp. 135-157; Varios: Edad Media y Señoríos: El Señorío de Vizcaya, Bilbao, 1972, pp. 86- 87; J. Jaurgain: La Vasconie, Pau, 1902, 2.ª parte, pp. 261- 263; Lacarra, J. M.: Historia del Reino de Navarra. Pamplona, 1972.