Literatoak

Otaegui Mendia, Felipe Agustín

Nació en Beizama (Gipuzkoa) el día 27 de agosto de 1767 en el caserío "Etxeberria" de Elizazpikoa. Murió en 1840.

Recibió la primera orden y fue tonsurado en la ciudad de Pamplona a la edad de 16 años siendo obispo Don Agustín de Lezo y Palomeque. Las demás órdenes sagradas, Grados, Epístola, Evangelio y Misa los recibió de manos del obispo de Pamplona, Esteban Antonio Aguado y Rojas, siendo ordenado sacerdote en el oratorio del Palacio Episcopal el día 24 de septiembre de 1791. Desde 1783 hasta el 1810, que fue nombrado párroco y rector de la Iglesia de San Pedro de Beizama, permaneció como beneficiado de dicha iglesia. No se sabe con certeza donde realizó sus estudios pero hay ciertos indicios que nos hacen pensar que parte de ellos los realizó en algún seminario de Francia.

Fue un sacerdote culto y preocupado por los tiempos que le tocó vivir; su biblioteca y su correspondencia personal así lo demuestran. Fue rector de una parroquia y de una feligresía que tuvo que sufrir muy directamente los fragores de varias guerras que sucedieron en su tiempo -la revolución francesa (1789-1795), la guerra de la Independencia (1807-1813), el trienio constitucional (1820-1823)-, cuyos impulsores eran naturales de Beizama y Albiztur, siendo éstos a la sazón Francisco Ezeiza Pagadi, Beneficiado de la Iglesia de Beizama, Francisco Ignacio Gorostegi cirujano de la misma y Francisco María de Gorostidi natural de Albistur y Beneficiado de Anoeta. Siendo esto así, la guerra que más de cerca le tocó vivir sin lugar a dudas fue la Primera Guerra Carlista (1833-1839). Este sacerdote permaneció siempre frente a su parroquia, ayudando con su presencia y su prestigio a resolver situaciones difíciles y angustiosas a sus humildes feligreses.

Por los documentos que se conservan se puede deducir que fue un sacerdote, ilustre en su tiempo, culto y conocedor de la literatura euskérika, emprendedor de obras arquitectónicas y restauraciones etc. Sin embargo su mayor mérito reside en su obra literaria, inédita hasta ahora. Dejó escrita una copiosa obra didáctica y moralizante, con evidente finalidad de que fuera publicada, y que por diversas razones de índole política y económica no lo consiguió en su momento. Su obra consiste en 2.500 folios manuscritos que se dividen en Sermones Morales y Panegíricos, Pláticas Doctrinales, Explicación de la Doctrina Cristiana y Homilías. Actualmente se hallan encuadernados en ocho volúmenes en el convento de los Benedictinos de Lazkao (Gipuzkoa). Por la extensión y la calidad de la obra es un escritor que merece figurar entre los grandes escritores que descollaron a finales del siglo XVIII y principios del XIX en Gipuzkoa como son Ubillos, Guerrico, Aguirre de Asteasu, Iztueta, Lardizábal, Iturriaga y otros. Por su estilo literario podemos considerarle como sucesor de Larramendi. Sin embargo como otros de su tiempo tuvo como maestros a Axular y Mendiburu cuya obra conocía y admiraba.