Militarrak

Oráa Lecumberri, Marcelino

Militar isabelino, nacido en Beriain (Navarra) el 28 de abril de 1788. Fallece en el mismo lugar el 24 de noviembre de 1851.

Impresionado por los hechos de la guerra antinapoleónica, sienta plaza de cadete en el batallón de tiradores de Cuenca en 1810. Participa en numerosas acciones bélicas, y logra ser nombrado sargento mayor del 3.er batallón de voluntarios del Norte. Continúa en el ejército durante la paz, y es ascendido a coronel en 1829, siendo nombrado en 1831 jefe del regimiento inmemorial. Buen conocedor de Navarra, comenzada la I Guerra Carlista, es ascendido a brigadier por la acción de Nazar y Asarta contra Zumalacárregui. Continúa peleando contra las tropas carlistas, y consigue así la Cruz de San Fernando y la Gran Cruz de Isabel la Católica. Sustituye interinamente a Córdoba en el mando supremo desde el 24 de agosto hasta el 24 de setiembre de 1836, participando entonces en diversas acciones, hasta la memorable batalla de Luchana, en la que dirigió parte de las operaciones como general en jefe.

Debido a los méritos acumulados, fue ascendido a teniente general, continuando en la campaña con diversa fortuna. Entre los éxitos tuvo un fracaso sonado, al no poder apoderarse de la plaza de Morella defendida por las tropas de Cabrera. El Gobierno le separó del mando de general en jefe de las provincias levantinas, pero más tarde fue rehabilitado con todos los honores.

En marzo de 1840 es nombrado gobernador y capitán general de Filipinas. Senador electo por Navarra en 1840. Desde el primer momento promovió obras útiles como fomentar la enseñanza, dictar un reglamento para el puerto, perseguir a los malhechores, etc., pero no mereció siempre la aprobación en el terreno político de todos los elementos del país, mostrando algunos su disgusto por el rigor con que procedió Oráa en las dos represiones que hubo de efectuar.

Relevado en 1843, regresa a la Península, siendo nombrado vicepresidente de los Negocios de Ultramar, y cuatro años más tarde pasa a ocuparse del Despacho Universal de Guerra. Empeorada su salud, abandona los cargos oficiales, y regresa a su lugar de nacimiento, donde fallece.

Oráa, al que muchos observadores señalaban como poco capaz para el mando militar, adquirió gran reputación en el Norte por sus marchas rápidas y arriesgadas y su movilidad extraordinaria, siendo conocido con el apodo de "El Lobo Cano". Escribió una obra de justificación política y militar titulada Memoria de la conducta militar y política del Teniente General D. Fortanet, 1851. En Madrid perteneció a la vieja congregación de San Fermín de los Navarros.

  • P. CHAMARRO BAQUERIZO. Conducta militar y política del Teniente General D. Justificación documentada sobre los célebres sucesos de Morella, acción y abandono del Baztán, de Arquijas, Arlaban, Luchana, paso del río Cinca y otros, 1847, Madrid
  • LICHNOWSKY. Recuerdos de la Guerra Carlista. pp. 75, 89, 95, 111, 116, 117, 120, 276.
  • Marqués de San Román: Guerra civil de 1833 a 1840 en Aragón y Valencia. Campañas del General Oráa (1873-1838), 1884-1886, Madrid.