Erakundeak

OBANOS

Junta de Infanzones de Obanos. Hermandad concejil o municipal creada en Navarra, al estilo de las Hermandades vascongadas y castellanas, a finales del s. XII. Su objetivo fue la de salir al paso de las tropelías cometidas por la alta nobleza. Sus primeras reuniones no debieron de revestir carácter periódico ni celebrarse en Obanos, sino en el lugar más concernido por la acción a efectuar. Según la Información de 1281, efectuada con la finalidad de poner de manifiesto su ilegalidad, la primera Junta se constituyó durante los últimos años del reinado de Sancho el Fuerte a fin de defender a los infanzones, clero bajo y labradores de las tropelías del rico-hombre Eneco Martínez de Subiza. Dice Campión (Pamplona, 1929), y siguiendo esta Información, que el Rey confirmaba el nombramiento de los buruzagis, sobrejunteros, "cabdiellos maores" o cabos de ellas, que solían ser más de uno. El primero que parece haber desempeñado el oficio fue García Almorabid "el maor" (el viejo). La Junta era entonces aún sólo una hermandad contra malhechores que se reunía en Miluze, Arteaga u Obanos. Cuando murió Sancho, el obispo de Pamplona Pedro Ramírez compareció personalmente en Obanos y solicitó ser miembro de ella, por razón "que oviess maor esfuerzo por demandar los Castieyllos de la Eglesia, e eyllos non lo quisieron recibir en lur Junta". La junta juraba protegerse mutuamente y procedía de forma expeditiva "salva la fe de la seynoría", reemplazando a la Cort del Rey o al Alcalde Real. Cada sobrejuntero representaba a una comarca dentro de la Junta. Los episodios más notables de este reinado los recoge García Arancón (P. de V., 1984): 1. García Jordan y sus hijos robaron un buey en Ororbia y fueron ahorcados cerca de la fuente de Iza. 2. Destrucción de los palacios de don Jimeno de Echarri en Echarn e Izu, por el robo de ocho cahíces de trigo en Urdánoz a Sanz de Badostain. 3. Destrucción de los palacios que en Muniain tenía don Jimeno de Echarri y entrada violenta en los de Vidaurre. 4. Destrucción de los palacios de don Jimeno de Echarri en Riezu por el robo de unos carneros. 5. Robo de un pato por Sancho Ochoa de Gárriz y sus hombres. La Junta le obligó a devolverlo con su asador. Otra declaración habla del robo por Pedro Beraiz, teniente del castillo de Garaño. 6. Un ladrón y su primo hermano fueron cercados durante tres días y tres noches por la Junta y al ser liberados por don Pedro Gil de Otazu, los junteros salieron en su persecución hasta Otazu. Las casas de don Pedro Gil se libraron de su destrucción gracias a la intervención de su esposa, que ofreció fiadores a satisfacción de la Junta. 7. Rapto de Elvira Zaviel por don Ladrón de Guevara, castigado por la Junta, aunque no consta cómo. 8. Prisión y muerte en la horca de dos ladrones. 9. Muerte en la hoguera en Vidaurreta de un tal Ochoa, en ausencia del cabo mayor. 10. Juan Pérez de Baztán, ricohombre, robó unas ovejas a Lope Zuría de Larumbe. La Junta le hizo sacar la carne de la caldera donde se cocía y dar fiador a juicio del alcalde, fallando luego éste el pleito a favor del labrador. La llegada al trono en 1234 de un rey no navarro introdujo un factor distorsionador en la dinámica de las Juntas. El cometido de ésta pasaba a ser, además, el de vigilar la conducta de Teobaldo I poniendo coto a las novedades regalistas. La Junta se congregaba en Obanos, porque el Rey, ni nadie en su lugar, "non ficiessen tuerto a los Infanzones en su infanzonia". Relata Campión que Teobaldo I, a quien molestó la reunión de una junta muy numerosa en Obanos, envió al Obispo de Pamplona y a un ricohombre "seynor de cabaylleros". Estos emisarios "non lis levaron mandado que pluguiess a los de la Junta", y tuvieron que huir dejando "la carne que buyllia en las calderas", "sin decir palabra buena". Esa es la Junta contra la cual el Rey "ganó letras de Roma por escomengarlos" (excomulgarlos). Pese a ello, la Junta llevó a fin una buena serie de "justicia facienda" tales como: 1. Secuestro del caballero Hurtado de Ollacarizqueta por don Jimeno de Aibar, que lo llevó a Sos. La Junta le obligó a dejarlo en libertad. 2. Prisión de don Aznar Martínez de Falces en Peñalén, por don Martín Sanz de Barasoain y los ballesteros del rey, quienes lo condujeron a Tudela. La Junta pidió al rey su libertad, posiblemente mediante fianza. 3. Persecución en la montaña de un infanzón que había quebrantado el juramento de la Junta. Consiguió escapar a Castilla, pero los junteros y el cabo don Jimeno Ortiz de Garinoain saquearon sus posesiones. Los tres monarcas de la Casa de Champagne procuraron deshacer la Junta; no lo consiguieron pues se rehacía y en algunos casos, por sacar provecho, confirmaron los nombramientos de buruzagis. La Junta era única para todo el Reino, y su organización, regional; estas Juntas particulares tomaban el nombre de su comarca; pero la denominación más constante, la oficial y común, fue la de Junta de Obanos, "por razon que la tierra fues mellor deffendida et guardada de non fazer fuerzas" y "se juraron et firmaron la junta et encara juraron, salta la fe del sennorio, que se ayudassen en todas cosas a lur dreyto". Durante la minoría de Teobaldo II (1253-1270) redoblaron las reuniones. Una liga agrupó a rico-hombres, infanzones, y buenas villas para exigir al Rey el juramento del Fuero. Posteriormente se separaron los primeros y los últimos pero se piensa que en estas ligas y congregaciones puede hallarse el germen de lo que más tarde serán las Cortes con representación de los tres brazos, eclesiástico, popular y noble. La Junta de Obanos prosiguió su vida pese al recurso a la Santa Sede efectuado en 1264 para disolverla, siendo buruzagi Sancho Ladrón (de Guevara). En 1281, a raíz de Información llevada a cabo durante el reinado de Juana I (1274-1305), cerca de 21 caballeros tuvieron que abandonar la Junta bajo amenaza de confiscación de sus bienes. En los libros de Comptos (memoria encuadernada en el tomo 7.°, año 1300) encontró Campión noticias de las condenas pecuniarias. Nos enseñan que no todos los adscritos y cooperadores de ella pertenecían a las clases nobiliarias; vemos en ellos, además de muchos clérigos, simples vecinos de las villas, zapateros, pelleteros, tenderos, merceros, podadores, carniceros, etc. Las listas de los multados no contienen el nombre de ningún alto personaje ni aun de nobles como los simples infanzones. Al calor de la cuestión dinástica, suscitada por las tentativas de aplicar a Navarra la ley sálica francesa, la Junta de Obanos, que se había debilitado con el triunfo del poder real el año 1276, cobró nueva lozanía. El año 1297 la vemos federada a las buenas villas: a los Burgos de San Cernin y de San Nicolás de Pamplona y a doce villas más. Los federados se proponían defender a Navarra de cualquier hombre poderoso que viniera sobre ella, y mantener los fueros, costumbres y privilegios. La Junta, revestida entonces de gran importancia, trataba con los reyes, los eclesiásticos, los grandes nobles y las buenas villas. Pero su fuerza menguó pronto. El año 1314, los reformadores del reino de Navarra, Miles de Noyers y Alfonso de Robray, citaron a los sobrejunteros a quienes acusaba el Procurador del Rey, Luis Hutin de "escesos, traspasamientos y maleficios". "Alt et bais" reconocieron su voluntad pero fueron condenados a una multa de cinco mil libras de sanchetes. No obstante, el año 1328 subsistía la Junta de Obanos, y procuradores suyos suscribían la carta famosa otorgada en Puente la Reina "para goardar el dicho Reyno de Nabarra para qui debe regnar" (D.ª Juana II), en compañía de los diputados de las comarcas de Miluze, la Ribera e Irache, como si la primitiva unidad, comenta Campión, se hubiese irrevocablemente quebrantado. La existencia, ahora ya taxativa, de unas Cortes que congregaban a los tres Estados parece ser la causa de que la Junta de Infanzones desaparezca, probablemente integrada en la nueva institución. Las Juntas de Miluze brutalmente descabezadas por Carlos II "El Malo" en 1321 no fueron ya de infanzones sino de labradores.

Sello y lema. Según se ve en el convenio de 1297, usaba un sello que en el anverso lucía un libro abierto con cruz y doce manos en postura de prestar juramento, y alrededor la leyenda: S'VNIVERSITATIS IURATORVM NAVARRE; y en el reverso, un guerrero a caballo blandiendo espada y embazando escudo, y la leyenda PRO LIBERTATE PATRIA GENS LIBERA SIAT, "En pro de la libertad de la Patria sea la gente libre".