Udalak

MALLABIA

Anteiglesia de carácter rural mantiene su población dispersa en las diferentes barriadas (Areitio, Berano, Egia, Gerea, Goitana, Osma y Zengotita) siendo el caserío y la ermita los elementos primordiales de su patrimonio. Esto es normal si tenemos en cuenta su medio geográfico, de tipo montañoso.

Arquitectura religiosa

Mallabia cuenta con dos iglesias parroquiales como consecuencia de su dispersión poblacional, por una parte tendríamos San Adrián, en Gerea, un pequeño templo que por sus características bien podría encuadrarse dentro de la categoría de ermita. Se trata de una fábrica de planta rectangular, cubierta a dos aguas, en mampostería con algunos tramos de sillería y recorrida en parte de su perímetro por un pórtico de estructura de madera. El elemento más interesante es su ingreso, una portada en arco escarzano de principios del siglo XVI con decoración llamativa como sus columnas adosadas a la pared enmarcando el vano, el alfiz pomeado tipo Reyes Católicos sobre ménsulas o la moldura que recorre su arista. Al interior presenta coro de la misma época.

La otra parroquia del municipio es Nuestra Señora de la Asunción, este sí, un templo de dimensiones aceptables que destaca por su volumen cúbico y la contundencia de sus muros trabajados en mampuesto y muy herméticos, solo atravesados por algún vano de medio punto abocinado. La torre destaca por encima del resto del conjunto, siguiendo la misma línea constructiva en materiales y hermetismo contando con dos vanos en medio punto en su campanario, cuerpo marcado por línea de imposta y rematado por tejado piramidal en pizarra y custodiado por pináculos de bola y cruz de hierro en su extremo. A lo largo de su perímetro se adosan varias dependencias, en su momento casa consistorial y escuelas, hoy en desuso, y pórtico. Al interior se comporta compacta, de una sola nave, con contrafuertes internos que determinan capillas y cabecera poligonal con retablo rococó y su cubierta es de crucería con arcos fajones de medio punto marcando los tramos de la nave. El proceso constructivo se alargó casi dos siglos, desde finales del XVI hasta la segunda mitad del XVIII.

Hasta once ermitas sobreviven en el territorio como resultado de su poblamiento disperso, respondiendo así a las necesidades de la feligresía de otros tiempos. San Juan Bautista de Zengotita, templo rectangular a cuatro aguas trabajado en sillería en su fachada noble con cabecera poligonal marcada en planta y espadaña de un vano rematada con acrótera. Su acceso es adintelado con molduras placadas, restaurado, ya que en origen poseía arco escarzano. En el lienzo del evangelio hay restos del pórtico, hoy desaparecido, como ménsulas en la pared, basas piramidales para pies de madera o un extraño muro que hace las veces de contrafuerte y debió de ser parte de dicho pórtico. Destacar la estela inserta en uno de los muros laterales, con inscripción, que anteriormente se encontraba sobre el ingreso y que cronológicamente es coetánea de las cubiertas funerarias halladas en sus alrededores, posiblemente siglo XI. San Miguel Arcángel de Osma, humilde aunque bien trabajada, tiene muros de sillería en parte de su estructura, tejado a tres aguas y pórtico a los pies. Delante del templo hay una bolera. San Martín de Apoita, en Goitana, también rectangular, se cubre a dos aguas, trabajada en mampuesto y con espadaña de un vano rematada con crucifijo de hierro. Su acceso es de medio punto con cruz tallada en una de sus dovelas y tiene dos aspilleras abocinadas. Igualmente en Goitana se encuentra San Juan Bautista, ermita de cierto tamaño, a cuatro vertientes y con pórtico a los pies, tiene acceso en medio punto con cruz grabada y coro en su interior sobre éste. La pieza más llamativa es su espadaña con vano en arco rebajado, línea de imposta, y pináculos y cruz pétrea. Se adosan a ella sacristía y cobertizo. En la misma barriada está Santa Catalina, fábrica popular y humilde a dos aguas, rectangular y con cobertizo. Santa María de Areitio, en Areitio, es a doble vertiente, con pórtico sobre acceso adintelado, encalada en parte de sus muros de mampuesto con los sillares de esquinales y vanos vistos. Tiene campanil de hierro con campana y cruz. En Berano existen cuatro templos eremíticos, San Jorge y San Miguel de Egia, ambas de estilo gótico-renacentista popular de fines del siglo XV. Ambas tienen acceso en arco apuntado que delata su tipología, mientras que la primera posee pórtico abierto y dos aguas y la segunda se cubre a cuatro aguas y su pórtico se cierra con vano adintelado. San Juan de Arteta es también de la misma cronología aunque su ingreso se articula en medio punto. Se encuentra en estado ruinoso. San Antonio de Padua es de 1705 como reza la inscripción sobre el dintel de uno de sus vanos. Enlucida en su mayor parte con sillería vista en sus partes más destacables tiene pórtico lateralizado, cubierta a doble vertiente y su fachada frontal se decora con cornisa, ventana circular y espadaña de un vano rematada en cruz. Lo más destacado, su acceso en arco carpanel. Por último hablar de San Pedro de Bidarte, un bellísimo templo neoclásico del año 1848 como cita la inscripción sobre el ingreso adintelado. Está construida en mampostería con esquinales y vanos en sillería, tiene espadaña de un vano con pináculos y acrótera de bola en su remate, pórtico y torre. Dicha torre destaca sobre el conjunto por su altura y hermetismo, tiene dos cuerpos definidos por imposta, cornisa moldurada y se cubre a cuatro aguas con campanil.

El cementerio que se adosa a la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción en su cabecera es de 1811 y diseñado por Martín de Echaburu. Existe también un calvario barroco de tres cruces sobre pedestales cúbicos.

Arquitectura civil

Dentro de la arquitectura culta destaca sobre manera el palacio Arana, también conocido como Amézaga, un extraordinario palacio rural de características peculiares en toda la provincia debido entre otras cosas a su magnífico tamaño. De volumen cúbico, cuatro alturas y cubierto a cuatro aguas, en general destaca por su sobriedad demostrada en su retícula simétrica de vanos adintelados en sus fachadas sin apenas decoración. Sólo se puede hablar de un blasón barroco con las armas de los Urizar, promotores de su construcción, en su cara principal. En este mismo lienzo se encuentra el acceso en medio punto rebajado y lateralizado, gemelo de otro actualmente cegado en el otro extremo de la fachada. Los pisos se definen al exterior por línea de imposta lisa. Pero lo realmente llamativo de esta construcción es la cara sur, una original solución de galerías nacidas a partir de los cinco pilares de sección cuadrada que ocupan toda su altura y que en cada piso despliega balcón corrido con rejería salvo en el desván que se cierra en madera. En general, aunque contiene elementos refinados, se trata de una gran casa de labranza.

Con respecto a los caseríos solo un ejemplo de tipología gótico-renacentista queda en pie y como suele ocurrir con estos edificios la transformación con el paso de los siglos es evidente quedando sólo de esa época el muro zaguero. Es el caserío Aminogoiti, con un ingreso cegado en medio punto con cruz en bajorrelieve en su clave y un par de aspilleras en ese lienzo. El caserío Goita es de los denominados de soportal arquitrabado con armazón de madera en el piso superior y muros de mampostería sustentantes en su base. Por lo demás tiene dos alturas y desván, su fachada se divide en tres crujías, la central con el maderamen visto y encalado y con talla en su viga central datándolo en 1771. A destacar las tallas de dentados que aparecen en la cimbra del alero. En cuanto a los caseríos de soportal con arco, estos ya sin armazón de madera y con el peso de la construcción soportado en su totalidad por los muros perimetrales podemos hablar de Zengotita Bengoa, con escudo armero y hórreo próximo muy retocado, Urizar y Garay, con un arco cuya clave acaba en pico, algo extremadamente raro. Existe un ejemplar de doble arcada, Zengotita Beitia, de 1855, de arcos escarzanos moldurados sobre columna poligonal y fachada asimétrica, que como suele ser habitual en este tipo de construcciones es de una calidad exultante, trabajado en excelente sillería y con escudo de armas. Etxenagusia sería del tipo de caserío sin soportal, típico de la segunda mitad del siglo XIX, con acceso en dintel y como característica peculiar tiene mirabustán en su alero.

Manu CASTAÑO GARCÍA (2006)