Udalak

LEZAMA

Noticias medievales. En dicha villa se juntaron el año 1415 las hermandades de Vizcaya y Encartaciones para dirigirse armados contra el doctor Gonzalo Moro, corregidor, según referencias de Lope García de Salazar. En 1443, Gómez González de Butrón, banderizo oñacino, quemó las posesiones gamboínas de la localidad.

Guerras del siglo XVII. A comienzos del s. XVII, en las elecciones generales del personal del regimiento general del Señorío de Vizcaya, Lezama votaba por la parcialidad oñacina. El 17 de abril del año 1624, la Junta general del Señorío de Vizcaya, ante la posibilidad de un ataque de naves holandesas, decidió fortificar los puertos y costas de Vizcaya y nombrar capitanes y oficiales en todas las villas y anteiglesias del Señorío. Fue nombrado capitán de Lezama, así como de Echábarri, don Juan de Aldape. Estos nombramientos de capitanes y oficiales dieron lugar a un pleito entre las villas y el Señorío, revocando el rey Felipe IV los nombramientos en noviembre del citado año. El rey Felipe IV formuló en el año 1637 una petición de tropas al Señorío de Vizcaya, con motivo de la guerra entre Francia y España. El Señorío acordó formar un tercio propio de mil soldados, para lo que se procedió a un repartimiento de hombres entre todas las localidades de Vizcaya, correspondiéndole a Lezama contribuir con cinco soldados [E. J. L.: "H. G. S. B.", t. V, p. 260]. El 20 de abril del año 1639, el Señorío de Vizcaya decidió, entre otras medidas preventivas contra un posible ataque de naves francesas a la costa vizcaina, designar los puntos a los que debían acudir las gentes armadas de las localidades del interior del Señorío en caso de alarma. Los hombres armados de Lezama, así como los de numerosos pueblos debían acudir en auxilio de Bermeo (E. J. L.: "H. G. S. B.", t. V, p. 281).

Lezama en el siglo XVIII. Lezama contaba en el año 1704 con sesenta y nueve hogueras, según se desprende de un fogueramiento efectuado en todo Vizcaya en el citado año, decretado por la Junta general del Señorío, a fin de poder hacer los repartimientos de los gastos generales del Señorío (E. J. L.: "H. G. S. B.", t. VI, p. 24).

Matxinada de 1718. El 5 de setiembre de 1718, al conocerse el decreto real por el que se establecían las aduanas españolas en los puertos de mar y fronteras, cundió la sublevación general por todo el país. Gentes de diversos lugares, entre los cuales bastantes de Lezama, penetraron en Bilbao y saquearon las casas de las autoridades bilbainas y vizcainas matando al diputado general Arana y maltratando a curas y frailes por suponerlos implicados en la conjura antiforal. El orden sólo fue restablecido con la ocupación del país por las tropas españolas en noviembre. El 11 de este mes penetró en Vizcaya el general Loya al mando de 3.000 hombres, Labayru, t. VI, cap. X, pp. 93 y 107. El 7 de enero del año siguiente, mientras tropas francesas se aprestaban a ocupar el país, Loya hizo circular un bando por el que Felipe V establecía el libre comercio. 16 de los inculpados -uno de ellos de Lezama- pagaron sin embargo con su vida la devolución al país de sus derechos siendo condenados a muerte el día 18 y agarrotados en la cárcel de Bilbao.

Guerra de la Convención. El 21 de agosto de 1794, los soldados de Lezama salen a defender la frontera de Vizcaya con Guipúzcoa. En una descripción de finales del s. XVIII, obra de Juan de Mendivil, dice que cuenta con 32 vecinos, 106 casas y 2 molinos. "Hay una ferrería que se llama de Chiribogueta, para labrar fierro; puede labrar al año 1.000 quintales; para su labranza puede recoger dentro de este pueblo entre el común y particulares carbón suficiente sin mendigar de afuera, aunque en cada quintal se consumen siete cargas y media de carbón".

Catástrofes famosas. El 7 de julio de 1894 ocurría la primera: el tren de Lezama-Bilbao descarrilaba y caía por un terraplén con un saldo de 12 muertos y muchos heridos. La siguiente ocurrió el 4 de octubre de 1901 en la misma estación de Bilbao: Cuando iba a partir el tren de las nueve horas cuarenta y cinco minutos, hizo explosión la caldera que puso en conmoción a todo el convoy haciéndole estrellar contra el paredón de la estación. Como consecuencia de la explosión fallecía el jefe de la estación, el maquinista y dos fogoneros. Parte de la máquina fue a empotrarse en los balcones del tercer piso de la casa que tenía su entrada por el Instituto y por el cuartel de los Forales establecido en la parte baja del mismo. Quedó destruido el muro que separaba la estación del jardín del Instituto y el muro de la parte contraria que daba al patio donde anteriormente se levantaba el Teatro Gayarre. Resultaron seis heridos graves y dos mujeres muertas además de los ya mencionados.

Guerra de 1936-1939. Durante la guerra del 36 permaneció en poder de las fuerzas leales a la República hasta el 18 de junio de 1937 en que es ocupado tras haber sido roto el Cinturón de Bilbao y pese a la resistencia de las Brigadas vascas de los comandantes Domenech y Gorricho. Habían sido detenidas 20 personas de las cuales 7 perecieron en el asalto a las cárceles de Bilbao. La parroquia y San Prudencio sirvieron de cuartel habilitándose para el culto la ermita de San Antón.