Arkitektura

Monasterio de Leire

Nos detendremos en los siguientes aspectos: El "Tributo de los Salmones", las obras realizadas en el monasterio entre 1562 y 1568, el "milagro" de 1638, las obras del siglo XVIII y propiedades del monasterio.

  • El Tributo de los Salmones.

A principios del siglo XII, Don Aznar, abad de Santa Engracia, intentó liberarse del dominio de Leyre. Don García, abad de Leyre, entabló un pleito que terminó con la obligación, por parte del monasterio de Santa Engracia de Urdax, de entregar el día de la Ascensión dos salmones, y el día de San Juan Bautista, dos bueyes. Este compromiso fue incumplido en numerosas ocasiones. Finalmente se acordó que darían solamente un salmón el día de la Ascensión. La cuestión de la medida de éste, ya que tenía que ser de la "forma et medida que esta feita et signada forma del salmón sobre el portal de la Iglesia de Sant Salvador", trajo numerosos problemas. Finalmente, en 1487, se estipuló que Santa Engracia pagara "40 sueldos dineros jaqueses moneda d'Aragon" (López, ibid., pág. 172-178).

  • Las obras realizadas en el monasterio entre 1562 y 1568.

En el siglo XVI el monasterio amenazaba ruina. Se acordó la construcción de uno nuevo que se alzaría en la parte meridional, junto a la iglesia. Varios fueron los maestros que intervinieron: Juan de Ancheta(1567-1572): Se comprometió a edificar los tres cuerpos de casa, cuatro claustros, sobreclaustros, refectorio, capítulo, sacristía, dormitorios, sobreescalera del claustro, cocina y despensa. En lo referente al plazo, pago y responsabilidad de la obra se acordó lo siguiente.

"...El dicho maestre Juan de Ancheta sea obligado a darla acabada con toda perfición que se rrequiere dentro de los seis años primeros venientes y que para ello los dichos abbat y monges le aian de dar al dicho maestre Joan de Anchete en cada un año quinientos ducados pagaderos aquellos en dos metades a sauer a natiuidad y sant Joan, y la obra se comience luego, y el primer pagamiento será a sant Joan primero venient..." "Item que si el dicho maestre Juan de Ancheta durante los seis años no diere acabada con la perfición que se requiere la dicha obra que los dichos abbat, prior y monges, a toda costa y daño del dicho maestre y provecho del dicho monasterio, puedan tomar maestros para el efecto de hazer cumplir esta obra".

Oyaga, Julio R. de Maestros constructores del monasterio nuevo de Leyre. Príncipe de Viana 1952-1953, pág. 328-329.

La muerte de Ancheta, en 1572, paralizó la obra durante seis años. Juan Luis Mosantes y Rubiano, Domingo Artal, Juan de Echenagusía, Miguel Recesido y Juan de Gorría continuaron los trabajos. Fue este último, Juan de Gorría, quien en 1648 terminó la obra.

  • El milagro de 1638.

En 1638, con motivo de una romería popular para pedir lluvia, se produjo un supuesto milagro: la aparición de una fuente milagrosa. El culto a las Santas Nunila y Alodia se incrementó (López, ibid., págs. 190-192). El convento fue suprimido y ocupado para su conservación por el arrendador de tierras de amortización, con motivo del decreto de 3 de septiembre de 1835, promulgado por el conde Toreno.

  • El siglo XVIII. Nuevas obras en el monasterio. Sus propiedades.

Se llevaron a cabo las siguientes obras: 1725: Altar de San Virila; 1782: Se levantó el enlosado del pavimento de la iglesia y se entarimó; 1784: Se hacen los nuevos retablos de San Juan Bautista y San Esteban; 1792: Se hacen las mesas de los altares de San Bernardo, San Virila, las Santas Vírgenes y San José; en el ala occidental, se construyen seis celdas; se modifica la librería; se instaló el archivo encima de la Sala Capitular. Francisco de Arbeloa da cuenta en unas notas preparadas para la Real Academia de la Historia de las propiedades que el monasterio tenía en 1793: Quince iglesias de la cuenca de Pamplona, pertenecientes a la abadía, pagaban 1.000 ducados por su arriendo. Eran las siguientes: Ororbia, Lizasuain, Marcalain, Garciriain, Añezcar, Oteize, Garrues, San Esteban de Huarte, Egüés, Elcano, Urroz, Meoz, Salinas, Idocin y Zabalza. El monasterio administraba directamente las iglesias de Artieda, Navascués, Igal, Izalzu, Yesa, Liédena y Villatuerta, que le pertenecían y de las cuales sacaba el trigo que necesitaba para su abastecimiento. Percibía también las cuartas de Güesa, Sarries, Burgui, Vidángoz, Roncal y Garde. En Aragón poseía la iglesia de Tiermas, donada por Don Pedro II de Aragón en 1220, la de Undués, Fillera el Real y Añues. Con el trigo que obtenía de estas iglesias tenía suficiente para su manutención. También por donación de Pedro II, disponía de los pastos de Tiermas. En Iparralde, en el valle de Soule, tenía derecho a apacentar ganados mayores y menudos en los Pirineos. En este valle tenía también, compradas desde 1120, unas majadas llamadas Beluza Mayor y Beluza Menor. Por donación de Sancho Ramírez tenía en el monte Ori, un cubilar llamado Arlotua.

Con anterioridad a 1836 había habido dos destierros: en 1809 y 1820. En 1821, y ante la posibilidad de una ley que aboliera las comunidades monásticas, se trasladaron a Sangüesa las reliquias de las Santas Vírgenes Nunila y Alodia, reliquias que se encontraban en Leyre desde los tiempos de Iñigo Arista. Volvieron luego al monasterio para ser entregadas en 1862 a Adahuesa. (La Arqueta se quedó en Sangüesa). En 1836 los monjes abandonan Leyre. Las fincas del monasterio son puestas a la venta y adquiridas por las familias Mendiolo y Goyena de quienes pasan a las familias de Oyaga y Pérez de Obanos, por una parte, y a la familia Octavio de Toledo, por otra. En el momento de la salida de los monjes la biblioteca del monasterio contenía las siguientes obras: 66 obras de Biblia y Patrología, 32 obras de Exégesis, 44 tratados de Teología, 31 tratados de Derecho Canónico y civil, 72 obras de Teología (predominaban las obras de moral), 80 libros de Historia (monástica y eclesiástica fundamentalmente, aunque había también libros de Historia de España y General), 84 libros de Espiritualidad, 54 libros de Sermones, 64 libros de Sermones predicables entre los que también figuraban clásicos latinos, 4 libros que correspondían a la sección de manuscritos, Biblia, El Libro de la Regla, un obituario, los Breviarios, Crónica de San Salvador de Leyre. Todas estas obras se encuentran en el Archivo General de Navarra (Lojendio, Luis M.ª: Leyre, Navarra Temas de Cultura Popular, Diputación Foral de Navarra). El Monasterio quedó abandonado. En 1867 se subastó por 8.000 reales. La Comisión Provincial de Monumentos consigue que el gobierno de Isabel II lo declare Monumento Nacional, impidiéndose su venta. Comienzan las obras de restauración.

Durante el primer tercio de siglo se alzan numerosas veces abogando por la conveniencia de reconstruir el monasterio de Leyre, continuando con la tradición comenzada en San Juan de la Peña y en La Oliva. Tras la guerra civil todas estas gestiones se orientan positivamente. En 1946 se llegó a un acuerdo entre Silos y la Diputación de Navarra para que una comunidad de monjes de este monasterio se instalara en Leyre. Se llega a un acuerdo y bajo la dirección de la Institución Príncipe de Viana comienzan las obras. En 1952 el obispo de Pamplona, Don Enrique Delgado Gómez, concede su permiso para la instalación de una nueva casa religiosa en el viejo monasterio. El 15 de septiembre del mismo año, se obtiene el permiso del Papa (Archivo Monástico de Leyre, López, ibid., pág. 220). Finalmente, el 10 de noviembre de 1954 Ilegan los benedictinos silenses (13 monjes de coro y 5 hermanos conversos). Tras más de cien años de abandono, el monasterio de Leyre, que tanta importancia ha tenido en la historia de Navarra, vuelve a ser habitado.

CAM