Pintoreak

Mieg Solozabal, Juan

Pintor contemporáneo, nace en Vitoria el 4 de marzo de 1938.

Es hijo de Miguel Mieg, quien fuera durante tantos años (1928-1966) arquitecto municipal. En 1953 asiste como alumno libre a las clases de dibujo en la Escuela de Artes y Oficios. Tiene como profesores a Miguel Jimeno de Lahidalga y Mariano Basterra. También perfecciona conocimientos dibujísticos en una academia particular de Madrid (1954-1956), acaso como preparación para su futuro ingreso en la Escuela Superior de Arquitectura.

Antes de terminar la década se encuentra viviendo en Barcelona. Se matricula en arquitectura, carrera que deja inconclusa. Cada vez se siente más atraído por la pintura, disciplina en la que progresa de manera autodidacta a orillas del Mediterráneo. Conoce la obra de Albert Ráfols Casamada, Román Vallés, Tharrats, Cuixart, Tàpies, Miró, etc. En aquella época también le fascinó, y mucho, la pintura del entonces ya desaparecido José Gutiérrez Solana. En 1960 expone uno de sus primeros trabajos al óleo en la Escuela de Arquitectura de la Ciudad Condal; repetirá experiencia al año siguiente en el Salón de Mayo.

En 1962 emprende viaje a París. Desea conocer el ambiente artístico y cultural de la capital francesa en primera persona. Sin intermediarios, aferrándose a su propia experiencia; sin que nadie le tenga que contar ya nada. Unos meses después retorna a Vitoria para cumplir con el servicio militar. Por primera y única vez participa en el XX Certamen de Arte Alavés (1963), edición en la que se presentó un número estimable de cuadros abstractos. Juan Mieg remitió cuatro obras; cada una de ellas con el título genérico de Cuadro. Acusan aquellos trabajos los conceptos estéticos surrealistas e informalistas aprendidos tanto en Barcelona como en París.

Hacia 1964 abre estudio en una de las viviendas que conforman el patio del viejo Seminario Conciliar, aledaño a la catedral de Santa María. Con la composición Pintura concurre a la I Anual Plástica en agosto de 1964, evento que se celebró en los soportales de la Plaza Nueva (o de España). A los pocos días tuvo que retirar el cuadro debido al constante manoseo que recibían las texturas pictóricas por parte del público.