Ibaiak

Lea

Río que nace cerca de la cumbre del monte Oiz (Bizkaia), entre los límites de Zenarruza y Gerrikaitz- Arbazegi. De unos mil metros de altitud, desciende en cuatro kilómetros hasta la cota de doscientos. En su primer tramo, la parte más próxima a la cumbre lleva el nombre de Oiz y es de carácter torrencial. Allí recibe los aportes de pequeños arroyos como el Etxebal, el Muste y otros. En Arbazegi - Gerrikaitz los afluentes han formado ya el curso neto del río, que en Murélaga pierde su nombre de Oiz y toma definitivamente el de Lea. En Murélaga (Aulestia) recibe las aguas del Otreta y el Magdalena, por su derecha, procedentes de los montes Motrollo y Bordatzandi. Por su izquierda le afluyen los arroyos Gastibunía y Asúa, desde los altos de Nabárniz. De Murélaga a Gizaburuaga se desliza encajonado recibiendo los arroyos Nobea, Oñiz y Okamika, por su lado izquierdo. En su curso de Gizaburuaga a Lekeitio, recibe por su izquierda al Urkixe y por su derecha al importante afluente el Urio, que llega a Amoroto. El Lea desemboca en el Cantábrico por la derecha del islote de San Nicolás, en Lekeitio, junto a la playa de Karraspio, límite de Mendexa.



Este río Lea tuvo carácter navegable. En la Junta General celebrada en Guernica, mayo de 1582, el corregidor Diego Alvarez de Solórzano leyó dos cartas reales, en una de las cuales se pedían al Señorío trescientos marineros para la armada. Se asignaron "a la villa de Lekeitio con las anteiglesias circunvecinas que tenían gente que navegaba por dicho puerto" la cifra de 24 hombres (E.M.ª de Labayru, Historia de Bizcaya, Libro III, cap. III, p.499. Ed. Bilbao, 1968). Más tarde, el pleito de las anteiglesias de Ispazter, Mendexa y Gizaburuaga con Lekeitio, sobre la libertad de navegar en la ría canal y sobre pesca en el abra de Lekeitio, lo atestigua. A esta práctica la villa costera se obstinaba en imponer tributos para ciertas obras portuarias. Las anteiglesias quisieron establecer un fondeadero en Magdalena para sus pinazas. Sin embargo, las lanchas de Lekeitio subían río arriba para guarecerse, por más seguridad. A causa de las inundaciones de 1593 desapareció su puente, entre otros del municipio. Su ermita de San Juan de Lea sirvió de hospital durante varias epidemias de peste. Posee una fuente de agua mineral.