Lekaide eta lekaimeak

LABAT, Jean Baptiste

(1663-1738). Religioso de la Orden de Predicadores originario de Las Landas o de Laburdi. Capellán castrense del ejército francés en Flandes. En 1693 se incorporó a una misión que embarcaba para la Martinica. En la isla fue párroco de la pequeña villa de Macouba. «Todos los que se ocupan de la Historia de las Indias Occidentales tienen contraída una gran deuda con este monje extraordinario». Estas líneas de P. L. Fermor se refieren a la voluminosa obra del P. Labat Nouveau voyage aux Iles de l'Amerique, París, 1722. Estas memorias están escritas de una manera amena y vigorosa prosa. En esta valiosa obra Labat se interesa por la flora y la fauna de las Antillas, las guerras contra los ingleses, las personalidades de las islas, los problemas económicos, su vida y costumbres, historia y lenguas. Labat aparece en un retrato de la época como un rabelesiano metido en carnes y de expresión humorística. Viajero incansable de gran vitalidad, polifacético. Fermor nos informa de sus actividades: «Su espíritu elástico y picaresco le permite navegar sin riesgo a través de toda clase de actividades. En un momento dado se le encuentra mercando una docena de negras a un negrero africano, en otro lo veis castigando a un brujo de la costa de Guinea, o trazando proyectos de fortificación de las islas francesas, manejando y disparando un cañón durante la invasión de Guadalupe por los ingleses, construyendo molinos y refinerías de azúcar, debatiendo y haciendo triunfar su criterio con el gobernador y los generales en cuestiones de estrategia y táctica, comiendo con filibusteros y bucaneros y regateándoles el precio de sus pillajes, recorriendo el hinterland de Haití, cazando el jabalí en las islas Vírgenes, discutiendo sobre religión con el capitán de un galeón español, ayudando a capturar a un barco enemigo como miembro del grupo de abordaje, o cayendo, a su vez, en manos de los piratas». Aprende los dialectos negros de las costas de Guinea. Vive en los bosques de Dominica con los caribes. Los grabados que ilustran sus Memorias son asombrosos. Su insubordinación es constante y su pugna permanente con sus superiores eclesiásticos. Reintegrado a París para representar los intereses de la Orden, ya no vuelve a la Martinica. Llega a ser confesor de Vauban en la guerra de sucesión española. Recorre España y Francia en misiones misteriosas, pero llevando siempre una vida de gastrónomo -bon vivant- y escritor. Muere en París a los 75 años de edad. Refs. J. de Querejeta: Diccionario onomástico y heráldico vasco, t. III, Bilbao, 1972; P. L. Fermor: Viaje a través de las Antillas, Barcelona, 1967.

Mariano ESTORNÉS LASA