Lexikoa

NOBLEZA

Modo de perder la hidalguía. En principio todo aquél que podía probar su hidalguía, ya sea por ejecutorias, ya por su condición de originario de un lugar o valle ennoblecido, era considerado noble o hidalgo. Sólo podía perderse esta condición por casar con individuo villano o pechero. Dice Yanguas (1840) que en una acusación dirigida por el ayuntamiento de Peralta, en el s. XIII, «contra los infanzones apostizos de aquel pueblo, se disputaba la infanzonía a Pedro Johanes por que prisót (tomó) muiller villana; a Petro, filio de Enequo López, por que accepit mulier villana; y a Corno Fot, filio de Joanes maiestro infanzon de carta, por que prisot mulier villana». Sin embargo, el Fuero general de Navarra concedía la calidad de infanzón al hijo de infanzón y de villana que no hubiese pechado ni heredado bienes raíces ni muebles de sus padres. Por otra parte el hecho de poseer heredades pecheras, es decir, sujetas a pecha no personal, no hacía perder la nobleza. En el Fuero general se hace mención a ciertos infanzones llamados de abarca que pagaban pechas por sus heredades. También se hace en un privilegio concedido a Olite por García Ramírez, donde dice villano de la tierra real o el infanzón de abarca, que no sabemos -comenta Yanguas- si eran una misma cosa. En 1342 el rey Felipe III, atendiendo a los servicios que le había hecho Miguel Ortíz de Miranda, caballero y juez de la corte, deseando levantar su estado y el de sus sucesores, le perdonó para siempre los cien sueldos de sanchetes o torneses pequeños que debía dar al rey, por razón de la pecha de ciertas heredades en Miranda. Esta circunstancia hizo que, a finales del Antiguo Régimen, parte de la clase pechera navarra intentara o pudiera sustraerse de su condición alegando ser noble con bien pechero, pretensión que fue apoyada, como veremos, por determinados juristas del Reino.