Udalak

AINHOA

Ainhoa debe su origen a una "bastida" creada en la Edad Media por Navarra para asistir a las necesidades de los peregrinos de Compostela. Los colonos fueron dotados de una carta puebla bajo la jurisdicción del Señor de Baztán. La labor de roturación de los nuevos campos fue llevada a cabo bajo la dirección de los premostratenses del monasterio de San Salvador de Urdax que acudieron atraídos por los yacimientos mineros de Ainhoa. El vizconde Juan Pérez de Baztán instituyó un peaje que el 27 de abril de 1238 fue comprado por el rey Teobaldo I al dicho señor. Con la venida de los ingleses, Ainhoa quedó en la zona limite de Navarra y Laburdi Los intereses navarros e ingleses no tardaron en chocar. Laburdi estaba bajo la corona inglesa desde 1155 y contaba con la protección de la navarra desde comienzos del siglo XIII. Los acuerdos de buena voluntad entre ambas coronas se vieron amenazados y se produjo una crisis el año 1249, seguida de intervención armada en Ustaritz. La entrevista de Ainhoa de 1250 zanjó momentáneamente el asunto por medio de sus representantes, Simón de Montfort y Teobaldo I: el señor de Ainhoa reconoció al rey Enrique III de Inglaterra. Quince años más tarde Gonzalvo Juaniz o Ibáñez, señor de Ainhoa, desconocía esta autoridad y chocaba contra las tropas inglesas pero, muerto el año 1289, el señorío quedó vacante. Gonzalvo Juaniz o Ibáñez había caído en desgracia de los reyes navarros y sus bienes habían sido confiscados por lo que el señorío estaba a disposición de los navarros. La situación intermedia de Ainhoa se vio acentuada en esta ocasión ya que las monarquías navarra o inglesas se encontraban frente a frente para designar el cargo vacante. El candidato con más posibilidades de éxito era Garda Arnaut de Espelette, protegido del rey inglés. Este último preparó el terreno enviando a los habitantes de Ainhoa la carta siguiente fechada el 29 de julio de 1289: "Vosotros bien sabéis que la villa está situada en nuestra tierra de Lab, que gozareis de los fueros y costumbres de esta tierra como lo han hecho vuestros antepasados desde la antigüedad, y que vuestros señores nos han siempre reconocido como señores soberanos, a nosotros y a nuestros predecesores; es por ello, por lo que os requerimos encarecidamente y, con todo os mandamos que seais en todas las cosas obedientes y deferentes a nuestro baile de Lab. y a ningún otro, como lo habeis sido con Gonzalvo Juaniz, caballero, vuestro antiguo señor y con sus predecesores. Y sabed que hemos ordenado a nuestro baile que os guarde, conserve y mantenga en las leyes, costumbres y libertades de nuestra tierra de Laburdi, mientras nos seais fieles". Posteriormente se llevó a cabo una encuesta para determinar a cuál de las dos coronas correspondía Ainhoa. La localidad pasó a ser un territorio indiviso a la manera del país de los Aldudes.

Siglo XIV. Durante el siglo XIV consta por documentos de la Cámara de Comptos que se mantuvo este "modus vivendi" entre las coronas navarra e inglesa. Un documento fechado en Estella el 27 de septiembre de 1369 dice lo siguiente: "García Sanchiz de Ubilcieta, tesorero del reino ordena a Garda Lopiz de Lizasoain, recibidor de las montañas que obligue a los de la villa de Ainhoa a pagar al rey (Carlos II) tantos florines como los que pagaron al senescal de las Landas, el cual compartía la soberanía de dicha villa con el rey de Navarra, y que de los dineros que reciba, pague a Machín de Ursua, escudero, lo que pueda serle debido en tesorería por su mesnada". Cuatro días más tarde la orden es ejecutada según consta también en Comptos: "Machin de Ursua reconoce que ha recibido de Garda Lopiz de Lizasoain, recibidor de las montañas, veinte libras de carlines prietos, que le fueron asignados sobre la ayuda de florines que los de la villa de Ainhoa estaban obligados a pagar tanto al rey como al senescal de las Landas".

Siglo XV. El siglo XV marca en Lab. el fin de la dominación inglesa y el comienzo de la francesa. Es muy posible que a la caída de Bayona (1451) Ainhoa se hallara ya incorporado a la corona francesa pero la fecha es indeterminada. La guerra de los treinta años vino a interrumpir la paz gozada durante los siglo XV y XVI en Ainhoa.

Siglo XVII. En 1636 los españoles invaden Lab. y establecen su dominación durante un año; la zona fronteriza sufre los avatares de la lucha con su secuela de incendios y depreciaciones. Ainhoa no escapa a esta suerte; la única casa que persiste después del paso de los españoles es la de Machitoenea de 1629. Después de este desastre comienza en Ainhoa una febril actividad constructora; es de destacar que casi todas las casas típicas de esta localidad son erigidas en el siglo XVII en fecha posterior a la guerra franco-española. La explosión demográfica de este siglo se pone de manifiesto en el proceso de 1662 entre los habitantes nuevos o "nouvellins" y los antiguos ("anciens"). Los "nouvellins" reivindican sus derechos a formar parte de la comunidad a pesar de no haber contribuido en tiempos anteriores a su sostenimiento. El proceso, que pasa alternativamente por Ustaritz, Bayona y Parlamento de Burdeos, acaba con la final admisión de los "nouvellins" mediante el pago de una cuota que les hace partícipes de los bienes comunales y susceptibles de ocupar cargos públicos.

Siglo XVIII. En 1724 la localidad es protagonista de una de las revueltas femeninas tan características del siglo XVIII vasco. Las mujeres de Ainhoa promovieron ruidosas algaradas que fueron sofocadas por la fuerza pública. La causa del descontento fueron los nuevos impuestos, especialmente la gabela y la ley de fiscalización de las plantaciones de tabaco. Al estallar la Revolución era párroco del lugar el octogenario canónigo de Urdax, Laurent Inda, que se negó a prestar el juramento constitucional. No ocurrió otro tanto con su coadjutor, Gratian Jauretche de Cambo. Este prestó el juramento en 1791 pero arrepentido se retractó en mayo del año siguiente. Obligado a abandonar el cargo, se retiró a Urdax (Navarra), lugar vecino a la frontera donde recibía a muchos de sus feligreses. Disfrazado de leñador pasó varias veces la frontera hasta que una ocasión en que se hallaba en la casa Maitenea de Campo, fue arrestado, condenado a muerte en Pau y guillotinado (1793). Los habitantes de Ainhoa sufrieron muchos atropellos durante la época del terror y guerra de Convención con España, siendo de destacar el caso de Barnard Dandourandeguy, arrestado sin explicaciones que hizo una petición de gracia al comité de vigilancia de Bayona invocando los principios de la Revolución. En 1793 se cambió el nombre de la localidad por el de Mendiarte. La platería procedente de la iglesia fue enviada a la casa de la moneda. Funcionaba en la localidad la Sociedad Republicana y Montañesa de Ainhoa. Por decreto del 3 de marzo de 1794 se ordenó que todo ciudadano sobre el que recayera la más ligera sospecha de espíritu antirrevolucionario o de entendimiento con los españoles fuera deportado junto con los habitantes de la comunas llamadas "infames" de Sare, Itxassou y Ascain. Así fue como dieciocho vecinos fueron internados en el campo de deportados de Capbretón y otros fueron distribuidos por localidades lejanas. Total de deportados: ochenta y cuatro. La guerra con España había tomado como escenario la región de Ainhoa y Urdax durante los días 23 y 24 de septiembre. La iglesia, cerrada al culto, fue transformada en un almacén de piensos.

Siglo XIX. Después de la guerra de la Convención, Ainhoa conoció un corto lapso de paz interrumpida esta vez por la campaña napoleónica contra España. La campaña trae como consecuencia la invasión de Laburdi por tropas inglesas y españolas en 1813. Ainhoa fue abandonada a su suerte por las tropas francesas en repliegue. Este fue el último episodio bélico de la villa durante el siglo XIX.