Udalak

ALKIZA

En su centro urbano sobresale la iglesia parroquial de San Martín. Su configuración actual es el fruto de diferentes etapas constructivas, destacando las labores emprendidas en los últimos años del siglo XVI, que tendrían como objeto remozar el edificio ya existente, de carácter gótico. Así, en 1596 Domingo de Legarra examinaba la fábrica de la iglesia, encargándose poco después Martín de Guereta de las labores a efectuar. Sin embargo, a finales de ese mismo año el aludido maestro cantero traspasó la obra a Martín de Bucelaga. Por último, a principios del siglo XVIII se terminarían la torre, según diseño de Miguel de Abaria, y la sacristía.

El templo es muy elevado y posee planta de una sola nave, ensanchándose en el tramo de la capilla mayor, cuyo ábside es ochavado. Como consecuencia de esa variación en su anchura, la capilla mayor se convierte en prácticamente un organismo independiente, con tendencia hacia la centralización, culminando, al tiempo que se individualiza de ellos, la longitudinalidad de los dos tramos anteriores. El hecho de que la portada posea un acusado sentido gótico no hace sino probar lo señalado líneas atrás, esto es, la coexistencia de momentos estilísticos claramente diferenciados, en un proceso que, por otra parte, encuentra numerosos paralelismos en otros templos de la provincia.

Ya en su interior, sobresale el retablo mayor, que viene a sustituir al que para 1587 había realizado Juan de Arbizu. Su diseño, al igual que el de los colaterales, se debe a Miguel de Irazusta, destacado maestro arquitecto originario de la propia localidad, que efectuaría diferentes labores en Madrid, Valladolid y Toledo. La licencia se otorgó en 1721, señalándose que se habían pedido diseños a tres maestros, elegiéndose uno de ellos y otorgando un informe Fermín de Larrainzar. A la vez que efectuaba el mayor, Irazusta iniciaría uno de los colaterales, pues en 1731 Sebastián de Lecuona examinó ambos. Además, por un documento de ese mismo año sabemos que el maestro arquitecto había hecho donación del segundo colateral. El estofado de las imágenes situadas en el retablo mayor lo efectuó Manuel de Alquizalete en 1766 y diez años después José de Quintana doraba el mueble. El retablo mayor posee planta curva, aunque apenas apreciable, ordenándose su único cuerpo con columnas salomónicas. Destaca el templete expositor, al igual que la presencia de un medallón oval en relieve en el ático. En cuanto a los colaterales de Nuestra Señora del Rosario y San Juan Bautista, se trata de obras de acusada verticalidad.

Otra de las obras destacadas que alberga este templo es un sagrario efectuado para 1610 por el gran escultor romanista Ambrosio de Bengoechea, que nuevamente nos permite comprobar la calidad de su arte.

Sin abandonar el núcleo de la población, junto al cementerio de la localidad hallamos la ermita de Santiago, sencilla construcción en cuyo interior alberga un interesante retablo fingido, desarrollo pictórico que puede situarse en torno al año 1760.

En cuanto a la arquitectura civil, dada la escasa entidad de su casa consistorial, únicamente pueden destacarse la casa cural, la casa Mikelena y el caserío Lete.

Bibliografía

  • Arrázola Echeverría, María Asunción: Renacimiento en Guipúzcoa. I, Arquitectura, Donostia, Diputación Foral de Guipúzcoa, 1988 (1ª ed., 1968), pp. 261-263.
  • Arrázola Echeverría, María Asunción: Renacimiento en Guipúzcoa. II, Escultura, Donostia, Diputación Foral de Guipúzcoa, 1988 (1ª ed., 1968), pp. 168-176.
  • Astiazarain Achabal, María Isabel: Gipuzkoako erretablistika II. Miguel de Irazusta, Donostia, Departamento de Cultura y Turismo, 1997, pp. 65-101.
  • Urteaga Artigas, María Mercedes: Guía histórico monumental de Gipuzkoa, Donostia, Diputación Foral de Guipúzcoa, 1992, pp. 33-35.


  • Ignacio CENDOYA ECHANIZ