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Bilbao. Historia

A partir del siglo X comienza la formación del territorio de la cuenca media y baja del Nervión-Ibaizabal (Finaga, Abrisqueta, Arrigorriaga, Barakaldo, Santurtzi). Para el siglo XII la población del entorno de Bilbao se encuentra ya organizada en base a la existencia de monasterios, uno de ellos es el de Begoña, y estructurada según modelos feudales.

En adelante, siglos XII-XIII, el desarrollo agropecuario, la revitalización de los circuitos comerciales del Cantábrico y el surgimiento de grupos artesanos y comerciales favorecen el asentamiento de la puebla de Bilbao. De manera que, antes de la carta de aforamiento de 1300, existe ya una población en el meandro de la margen derecha de la ría, donde ésta deja de ser navegable y arrancan los caminos hacia la meseta castellana (García Camino 2003, 162). De ello es testimonio la iglesia de Santiago (XII-XIII), supeditada a la de Begoña.

Carta Puebla

Carta Puebla de 1310

En 1300 Don Diego López de Haro funda una villa donde se emplaza el puerto de Bilbao y otorga a sus habitantes el Fuero de Logroño. J. Enriquez y E. Sesmero (2000) han sugerido un aforamiento anterior, otorgado por el mismo, en el segundo cuarto del siglo XIII, que no debió ser muy efectivo. En 1310 la sobrina de aquel, Doña María, refunda la villa y amplía las cláusulas que contribuyen al fortalecimiento comercial y mercantil de Bilbao. En adelante, se inicia un proceso de enfrentamientos de las anteiglesias del entorno contra los límites jurisdiccionales concedidos a la villa, que culminará con la sentencia promulgada en 1500, por la cual se reduce el ámbito jurídico de Bilbao prácticamente al perímetro de su muralla.

La arqueología ha ratificado la existencia de un único proyecto urbanístico diseñado a comienzos del siglo XIV, el Bilbao de las Siete calles (García Camino 2003, 164). Dicho proyecto se adecúa a tres elementos preexistentes: el meandro, la iglesia de Santiago y los viales que comunican el puerto con el entorno. La construcción de la muralla y del alcázar -actual iglesia de San Antón- fue ordenada por Alfonso XI en torno a 1334. Fuera de la muralla se sitúan el arrabal de San Nicolás -barrio de pescadores-, el de Allende la Puente (Bilbao la Vieja) y el de Ibeni (Atxuri). Ante el crecimiento de la villa, las ordenanzas municipales de 1483 permiten la expansión extramuros. Surgirán nuevas edificaciones tomando como eje las actuales calles Bidebarrieta, La Cruz, Ascao y La Esperanza.

Grabado de 1441

Grabado de 1441

Desde su fundación, Bilbao pasa a controlar la ría y los caminos vizcaínos, por ser paso obligado entre Castilla y los puertos de salida a Europa. De ahí el inicio del desarrollo comercial bilbaíno en detrimento de Bermeo. El comercio marítimo internacional (Europa occidental, península y Mediterráneo), el mercado interior y la construcción naval constituirán las bases de la economía bilbaína.

El paso del concejo abierto de vecinos al cerrado se produce en la Baja Edad Media. Según atestigua J. I. Salazar, lo más probable es la desaparición gradual del concejo abierto y su sustitución desde mediados del siglo XIV por un regimiento municipal ampliado a una serie de vecinos (Salazar 2003, 189). En el siglo XV dicho regimiento es ya un órgano consolidado y dispone de una estructura y un funcionamiento regulados. Su composición varía, la duración de los cargos es de un año y durante buena parte del siglo XV es amplia la presencia del corregidor en las sesiones municipales. Miembros de los linajes históricos y mercaderes se reparten el gobierno de la villa durante estos siglos, reparto que favorece a los primeros hasta 1435 (García de Cortazar 1990, 32), después, los segundos van haciéndose más presentes. Ambos se distribuyen en dos bandos, oñacinos y gamboinos, que entrarán en pugna por la gestión de la villa, así como por el control de los recursos.