Udalak

FONTELLAS

Señorío de Fontellas. En 1361 Fontellas fue donado por Carlos II de Navarra a Martín Enriquez con carácter vitalicio. Según Yanguas, en 1336 existían en Fontellas cinco vecinos cristianos y moros y un hidalgo. En 1386 donó ese pueblo el mismo rey a Mosen Rodrigo de Uriz: en 1413 el rey D. Carlos III dio el pueblo de Fontellas con su castillo, pechas, términos y jurisdicción baja y mediana, a D. Godofre, su hijo natural, para él y sus sucesores perpetuamente. En 1429 decía el rey D. Juan II que por los crímenes y enormes delitos cometidos por Mosen Godofre, conde que solía ser de Cortes, había tomado a su mano el dicho condado; que Pere Sebastián, vecino de Sangüesa, había entregado a ruegos del rey 2.500 florines a D.ª Teresa de Arellano, mujer de Godofre, en pago de su dote; y que para satisfacer esta deuda daba a Sebastián, para él y sus herederos, el lugar y términos de Fontellas, con todas sus pechas, sotos, montes y molinos, según Godofre los tenia y con los homicidios, excepto el refort y alta justicia. Yanguas recoge también las pechas de Fontellas: "Se reducían al tributo que los moros pagaban por el agua, esto es un cuartal de pan mixto por cada cahiz; casa casa, con yugo completo, un cahiz, y 6 sueldos y ocho dineros carlines, y por medio yugo la mitad; pero si tenían más de un yugo nada debían pagar por el exceso; por cada cabeza de carnero, oveja o cabra, debían pagar los moros tres dineros carlines prietos al año; cada bracero moro sin yugo, ni medio yugo, 15 dineros blancos; el derecho de los lacares sobre las uvas, lino, cáñamo y hortalizas que se fijaba a juicio de un cristiano y un moro; el derecho llamado azofra, esto es que los moros debían cavar a sus expensas las viñas del señor y traer las uvas al cubo, dándoles por cada peón 4 dineros de carlines blancos; el derecho de que los moros llevasen el pan (granos) para el señor desde Fontellas a Tudela cuando se les mandare, dándoles por cada cahiz de trigo cuatro dineros blancos y 3 dineros por la cebada y avena; el derecho de un huevo por cada casa de moro y en cada sábado; el derecho de las aldacas por el que los moros debían dar al señor la espalda de cada carnero; y finalmente el dominio directo de los bienes, montes, pastos, aguas y yerbas, de que los judíos y moros eran obligados a pagar censos, tributos, cuartos y otras rentas". Sobre los derechos eclesiásticos el libro llamado del Chantre dice, hablando de la iglesia de Fontellas: "En Fontellas pone cullidor para los diezmos el dean de Tudela, si suficient será et bueno, que en otra manera puede contradecir el procurador del señor bispe; et el dicho cullidor jura en poder del señor bispe, ó de su procurador, bien et lealment facer la cugida: et así mismo en poder del dean ó de su ministro: et el salario del cullidor é la mision del día de la cuartacion pagase de todo monton; el cual salario é mision del día de la cuartacion mas á saber es de corderos, pan, vino, lino, caniamo, legummes; y de todo lo dicho ha el señor bispe el cuarto y las tres partes el dean de Tudela, é pagase á vicario quel dicho dean lo debe proveir: et el dicho señor bispe visita la iglesia pero no recibe procuración". Dicho dean de Tudela, Sancho Sánchez de Oteiza, declaró en 1419 ser gratuita la concesión hecha a Tudela de regar ciertas heredades fontellenses con agua del río de Tercia de Valpertuna. En 1438 refiere Yanguas que, habiendo sido ejecutados por deudas los bienes del sangüesino Pere Sebastián, se vendió el señorío de Fontellas, con los derechos subsiguientes, a Sancho de Eslava, vecino de Tudela, por 5.827 libras y 10 sueldos, quien traspasó la compra a Mosén Martín de Peralta, merino de la Ribera, tomando éste posesión el mismo año.