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FILIPINAS

Expedición de Fray Juan García de Loayza. El valioso cargamento de la "Victoria" -quinientas treinta y siete arrobas de clavo-, había dado buenas utilidades. Este hecho indujo a crear una Casa de Contratación de especias en La Coruña, por el estilo de la de Sevilla. Al frente de ella se puso a Cristóbal de Haro, rico hombre de negocios portugués que ya había ayudado a financiar la expedición de Magallanes. La flota se componía de siete navíos: "Santa María de la Victoria", mandada por Loayza, caballero de origen vizcaíno; "Sancti Spiritu", capitán y piloto mayor Juan Sebastián de Elcano, Andrés de Urdaneta, piloto, cosmógrafo y escritor, pues el mismo día de la salida, 24 de julio de 1525, empieza su Diario. Las otras naves llevan los nombres de "Anunciada", "San Gabriel", "Santa María del Parral", "San Lesmes" y el patache "Santiago", donde iba como capitán Santiago de Guevara, guipuzcoano, y Ortuño de Alango, piloto. También navegaba en este patache el presbítero Juan de Areizaga y Guevara. La relación de vascos que se enrolaron en la flota de Loayza era bastante nutrida. (Ver E. c. I. del P. v., tomo An-Artazu, art. Areizaga Guevara, Juan de.) La expedición zarpó de La Coruña el 24 de julio de 1525 con una dotación de cuatrocientos cincuenta hombres. Notemos que Elcano había enrolado dos hermanos suyos Martín Pérez de Elcano, piloto, y Antón Martín de Elcano, ayudante de piloto. Y que Juan de Areizaga Guevara era cuñado de Elcano. La expedición escala en la Gomera para abastecerse de "leña, agua, carnaje y atavíos", dice Urdaneta. La travesía del estrecho de Magallanes, luchando contra las tormentas y toda suerte de adversidades les llevó 48 días. La flota superviviente llegó al Pacifico el 28 de mayo de 1526. El Pacifico recibe a las naos con una horrorosa tempestad. El 1.° de junio la expedición de 7 naves se había reducido ya a una sola donde iban Loayza, Elcano, Urdaneta, Uriarte que había realizado notables mediciones en el estrecho, los Carquizano y otros. En adelante, la "Santa María de la Victoria", la capitana, seguiría en solitario su derrotero. La "Sancti Spiritu" se había destrozado contra la costa magallánica, la "San Gabriel", separada de las demás por los temporales, se había vuelto a España. La "Anunciada", no pudiendo entrar en el estrecho, tomó la ruta del cabo Buena Esperanza intentando llegar a las Molucas por el derrotero portugués y se la vio desmantelada en medio del océano. De las que se perdieron en el Pacífico, el patache "Santiago", que dependía de la capitana para abastecerse, al perderse tomó rumbo a Nueva España (Méjico). Allí iban el capitán Guevara, el cura Areizaga y el piloto Alango. Tras muchos sufrimientos y aventuras lograron su objetivo. Después de la tempestad, los del "Santiago" habían avistado a la "San Lesmes", sin que se supiera más de ella. Pero esta nave se llevaba consigo su asombro de haber descubierto el cabo de Hornos, el "acabamiento de tierra", según el parte dado lacónicamente a Loayza. La "Santa María del Parral", después de un motín, embarrancó en la isla Sanguin, entre Mindanao y las Célebes ya en Indonesia. El desastre era completo. Hasta en la misma nave capitana se cebaba la tragedia. El escorbuto hacía estragos, llegó a treinta el número de cadáveres que se tiraron por la borda en aquella larga travesía. La nave hacía agua y las bombas trabajaban sin cesar, temiéndose que se partiera en dos. El día 30 de julio muere Loayza. Era el momento de abrir el sobre secreto para conocer al sucesor. La provisión real disponía: "Otro sí: muriendo el dicho comendador Loayza, mandamos que venga por Capitán General de la dicha Armada Juan Sebastián de Elcano". El 2 de julio Elcano había hecho su testamento que firmaban Hernando de Guevara, Martin de Uriarte, Martín García de Carquizano, Andrés de Gorostiaga, Joanes de Zabala, Andrés de Urdaneta y André de Aleche. En el reparto de sus pertenencias no olvida a sus hermanos desaparecidos y repite su frase condicional "Si topare con los hermanos". Elcano encontró la gran tumba de los marinos, la inmensidad del océano; el día 6 de agosto de 1526 falleció "el magnífico señor Juan Sebastián de Elcano". Le sucede en el mando el vizcaíno Toribio Alonso de Salazar, siendo nombrado tesorero el guipuzcoano de Elgoibar Martín Iñiguez de Carquizano. Según Urdaneta, Salazar murió el 15 de setiembre. La nave costeaba la isla filipina de Mindanao. Había muerto también el maestro de la nao Juan de Huelva, ocupando su puesto Iñigo de Elorriaga. Carquizano nombró tesorero a su hermano Martín García de Carquizano. El 6 de octubre Urdaneta pisaba la isla de Mindanao. Los desembarcados vieron que era tierra habitada por gente relativamente amistosa, donde hicieron aguada y buenas provisiones en trato con los naturales. Pero muy pronto los nativos mudaron de actitud. Y ya Urdaneta los enjuicia como "los más atraicionados indios que hay en gran parte". Intentando cumplir el objetivo de la expedición siguen a las islas de las especias. El 12 de julio de 1527 muere en las Molucas Martín Iñiguez de Carquizano. A fin de febrero de 1535, Urdaneta parte de "Maluco" para la India portuguesa para tomar un barco portugués y dirigirse a Lisboa. Hombre de grandes dotes, ha sostenido tenaces luchas con los portugueses al frente de los supervivientes de la expedición de Loayza, sobrevive a todos los desastres, vence todas las dificultades y llega a Lisboa el día 26 de junio de 1536. En Lisboa le despojaron de todos sus papeles con las valiosas anotaciones y derroteros de once años. No obstante, cuando el emperador llegó a Valladolid, tras larga ausencia, pudo presentarle una Relación de los sucesos de la Armada de Loayza, muy amplia y detallada.

Mariano ESTORNÉS LASA