Udalak

FUNES

La localidad de Funes se encuentra situada sobre un montículo, adaptándose a las condiciones del terreno. Se divisa desde la lejanía parte de su estructura arquitectónica, compuesta en gran medida por construcciones de carácter religioso. Los primeros indicios de población de la villa se remontan a época romana. De este periodo se han encontrado en su término varios restos, correspondientes a objetos de metal, vidrio, así como terra sigilata. A este tipo de cerámica corresponden algunos recipientes domésticos y dedicados al almacenaje del vino. Entre los elementos de arquitectura civil sobresalen varias casas situadas en el entorno de la Plaza de los Fueros. Entre otras, una casa de dos cuerpos de ladrillo del siglo XVIII. Como elementos estructurales posee en la parte inferior, un arco de medio punto sobre el que se erige un balcón. Uno de los elementos civiles más destacables de la villa es la Casa del Mayorazgo. Se encuentra cerca de la plaza de los Fueros y corresponde a un tipo de construcción monumental barroca. Su fachada posee varias líneas de trazado, al estar adaptada a la forma de la calle y dividida en tres cuerpos de ventanas adinteladas. El primero de ellos, cuenta en cada una de sus aperturas, con balcones de forja antigua, sobre los que se alzan en el mismo eje del piso superior el resto de vanos rectangulares de menor tamaño. La gran magnitud de la fachada de la mansión, está realizada bajo paramento de ladrillo, posteriormente revocado y decorado con motivos pictóricos de los que en la actualidad no queda resto alguno. Decoran la fachada a la altura del primer cuerpo, dos escudos decorativos de los siglos XVII y XVIII respectivamente cada uno. Dentro de los motivos de arquitectura religiosa, se localizan en la localidad de Funes la Parroquia de Santiago y las ermitas de San Miguel y el Calvario. Desde lejos, se divisa la Parroquia de Santiago enclavada en la parte más alta de la colina sobre la que se asienta la localidad. Las obras de construcción de la misma, comenzaron en 1607 a cargo de Domingo de Igarzábal, bajo esquemas propios aún del siglo XVI, tardo-renacentistas, si bien la construcción se prolongó hasta finales del siglo XVIII. La primitiva planta de cruz latina, consistía en una única nave dividida en triple tramo y cabecera en forma de pentágono. Esta estructura previa, se alteró en el siglo XVIII, tras añadirse un cuarto tramo a la nave y la construcción de la Capilla del Cristo en la zona de los pies, realizada en 1770 por Manuel Sanz de Calahorra y Antonio Zenzano. Esta remozada estructura de la planta, está cubierta a lo largo de toda la superficie a modo de bóveda de medio cañón sobre lunetos, que arrancan de arcos fajones. En el exterior, se accede al templo a través de una pronunciada escalinata, que da forma a una monumental construcción horizontal de ladrillo. Resaltan en este contexto externo, una portada de ingreso ubicada en la zona de la Epístola y la torre octogonal emplazada en la zona de los pies del templo; dicho pórtico data del siglo XVIII, y sigue en ladrillo los esquemas constructivos manieristas. Se compone de un gran arco de medio punto flanqueado por pilastras lisas y realzado con un pequeño guardapolvo del mismo material. Se superpone a este vano una hornacina de pequeñas dimensiones rematada por un frontón recto cerrado que se apoya sobre pilastrillas. En la zona de los pies, se emplaza la monumental torre de ladrillo que viene a ser un claro contraste vertical, ante la predominante horizontalidad del conjunto. Levantada a inicios del siglo XVII, consta de cinco cuerpos poligonales de ladrillo en forma decreciente, que siguen el esquema clásico de campanario medieval. Los cuatro primeros cuerpos albergan en cada uno de sus cuatro lados, dos arcos de medio punto ciegos en los tres primeros y abiertos en el cuarto. Remata el conjunto, el último cuerpo de ladrillo de forma octogonal y de mayor esbeltez, decorado con vanos de medio punto y cornisa sobre volutas. En relación con el ajuar interno de la parroquia, destaca su calidad retablística. El Retablo Mayor situado en la cabecera de la iglesia, comenzó a tallarse en 1665. Se trata de un aparatoso conjunto barroco, reformado en estilo rococó por el taller del estellés de Lucas de Mena en 1760, y formado por un banco decorado en rocalla y cuerpo dividido en triple calle. La estructura compositiva se basa en columnas externas de orden compuesto, sobre las que se alza un ático realizado en el periodo rococó. El conjunto está bañado en policromía dorada y como motivos iconográficos aparecen diversas esculturas sagradas de finales del siglo XVII, realizadas bajo modelado romanista. El titular de la parroquia aparece en el retablo no en imagen de bulto, sino bajo la representación de una pintura sobre tabla de 1665, soberbia obra de Vicente Berdusán, ubicada en la calle central del mismo. Del mismo maestro son las tablas del banco y calles laterales, así como el Calvario del ático. Se conservan en el interior del templo otros tres retablos barrocos dedicados a la Virgen del Rosario, San Blas y San José respectivamente. En la sacristía se aloja una imagen del siglo XVI perteneciente a Cristo Crucificado. En la misma dependencia parroquial, se conservan varios motivos de orfebrería entre los que destacan un copón gótico de plata del siglo XVI, dos cálices de plata dorada de los siglos XVII y XIX así como un juego crismeral de comienzos del siglo XVIII. La Ermita de San Miguel es un templo de culto de pequeñas dimensiones, construido en el siglo XX. De escaso valor arquitectónico, no desmerecen sin embargo, algunos de los motivos iconográficos que aloja en su interior. Presenta una imagen de Cristo del siglo XVI y otra talla de San Miguel, esta vez del siglo XVIII. La Ermita del Calvario, se trata de un templo barroco muy modificado en el transcurso del siglo XX. Consta de planta rectangular con una nave dividida en dos pequeños tramos. En su fachada ante una pequeña hornacina, aparece una figura de Santiago perteneciente a siglo XVII. En el interior se conservan varias piezas iconográficas entre las que destacan un Cristo Crucificado de tradición romanista perteneciente al siglo XVII, así como una imagen de la Dolorosa fechada en el siglo XVIII. La ermita de Nuestra Señora de Portegado, moderna, sustituye a la del siglo XVII que ostentaba esta advocación. La imagen titular se custodia en la parroquial.