Alderdi politikoak

Herri Batasuna

El éxito en las elecciones de 1979 sitúa a HB ante una difícil disyuntiva: participar o no en las instituciones emanadas de las mismas. La entrada en los primeros Ayuntamientos democráticos no parece haber ofrecido dudas. No así en los organismos provinciales y supraprovinciales, en torno a los cuales la división de opiniones es evidente llegándose a la contradictoria resolución de entrar en las instituciones navarras pero no en las restantes. De esta forma José Antonio Urbiola llegará a ser vicepresidente del Parlamento Foral y Angel García de Dios entrará en la Diputación que ha de "amejorar" la ley de fueros de 1841.

En las Vascongadas, sin embargo, el criterio que adoptará la Mesa Nacional de HB, pese al abierto participacionismo de miembros importantes como Patxi Zabaleta (secretario general en Navarra de HASI), es negativo: en las Diputaciones los escaños de HB permanecerán vacíos, otorgándose, de esta forma, todo el poder provincial al PNV. De nada servirá la participación de HB de Navarra en el Parlamento y Diputación navarros, por otra parte, ya que la Comisión constitucional del Congreso aprueba, el 21 de julio de 1979, una ponencia del Estatuto Vasco en la que se establece que el ingreso de Navarra sólo podrá efectuarse mediante un plebiscito previo en Navarra y otro, posterior, a nivel de las cuatro provincias, para aprobar la reforma del Estatuto en el que ingresara el nuevo componente. Desde lo alto de sus más de 200.000 electores, HB se define como resueltamente rupturista:

"Herri Batasuna ha sido y sigue siendo organismo fundamental en la lucha contra la reforma. Hemos hecho de la coalición el aglutinante de amplios sectores del pueblo trabajador vasco en los ámbitos electorales que nos ha lanzado la burguesía, al tiempo que ha colocado a la izquierda abertzale como segunda fuerza electoral de Euskadi, lo que contribuye en fuerte medida a arruinar los planes de la burguesía, ya que se delimitan dos posiciones encontradas: la reformista y la rupturista. Se marcan perfectamente dos campos completamente diferenciados, con un peso del sector rupturista y revolucionario que es inusual hoy en Europa. Desde HB hemos ido dando respuestas al proceso basándonos, fundamentalmente, en echar abajo el entramado institucional que se pretende montar para legitimar la democracia fascista, tarea que, en cierta medida, hemos cumplido con nuestra inasistencia y alejamiento nítido del mismo, con la colaboración inintencionada de las contradicciones y ambigüedades que atraviesan las diferentes fracciones de la burguesía y sus organizaciones."