Carlista alavés del siglo XIX. Veterano en la primera guerra carlista, fue un verdadero guerrillero en la carlistada última, la cual concluyó con el grado de brigadier.
A partir de 1868 comenzó sus correrías por el territorio alavés. Cinco años más tarde (1873) domina toda la parte oeste de la provincia, desde el río Bayas, constituyendo uno de los cuatro distritos militares en que se dividió la provincia. En las mismas fechas obligó a los pueblos de Luna, Guillerta, Arriano y Archua -del ayuntamiento de Zuazo de Cuartango- a entregar el 20 por ciento del valor de unas hayas de sus comunales, vendidas con anterioridad, en la Depositaría de fondos militares de Jócano. Esta cantidad era la que, según la ley de 1855, debían entregar los ayuntamientos al Estado.
El mismo año tomó parte en varias acciones de guerra fuera de la provincia alavesa. Reorganizado su batallón por Manuel Rodríguez Maille, pasa a la Rioja alavesa. El efectivo dominio de ésta por el carlismo permitía ya establecer la línea continua carlista en el frente sur. A ese intento obedeció su presencia en Fontecha, con 800 hombres, amenazando la carretera de Vitoria y las fortificaciones liberales entre las dos carreteras que parten de Miranda de Ebro, la de Espejo y la de Vitoria. En la famosa batalla de Lácar (Navarra) se destacó al frente de uno de los batallones que realizó la marcha al descubierto hacia dicho enclave. A finales de septiembre de 1875 sufre un descalabro en la defensa de Villarreal. Iturralde sería uno de los últimos en rendirse a las tropas liberales (1876).
Ref. Juan Antonio Sáez: El Carlismo Alavés y la guerra civil de 1870-1876, Vitoria, 1970.