En el alto medioevo, se le viene llamando así al occidente peninsular distinguiéndose pronto entre Galicia, propiamente dicha, y Asturias. El Astrónomo, en su Vita Huludovici, llama a Alfonso II el Casto, Galleciarum princeps y los Annales Reggis, regis Asturiae atque Galleciae. Los Annales Laurissenses, rex Galleciae et Asturiae. La distinción es neta y clara en estos autores. En la crónica musulmana de Akhbar Madchmua se dice que Ukhba se hizo dueño de Galicia, Alava y Pamplona, separando netamente las tres entidades. Al Makkari llama al rey asturiano rey de Galicia en 816. La distinción entre Galicia e Hispania era vieja. La provincia romana de Galicia llegaba hasta Sahagún, distinción que halla un eco en los autores medievales como el Chronicón Iriense. El Biclarense dice que al Concilio de Toledo acudieron los obispos de Totius Hispaniae, Galliae et Galliciae. Damos las anteriores aclaraciones para consignar que la cuenca del Ebro, incluida Pamplona, se consideraba Hispania, en contraposición a Galicia. Así, el Chronicón Moissiacense, dice, correctamente, que el año 777 Carlo Magno entró en Hispania y conquistó Pamplona, en contraste con los Annales Petaviani que dicen Gallecia: ... venit in terras Gallediam et adquisivit civitatem Pampalona.
Bernardo ESTORNÉS LASA.
Bernardo ESTORNÉS LASA.