Biografiak

ANELIERS, Guillaume

Célebre trovador en lengua provenzal nacido en Toulouse en el s. XIII. Es autor del poema que relata la guerra civil de Pamplona acaecida en 1276 de la que fue testigo presencial y en la que él mismo tomó parte según propia confesión. Son muy escasos los datos biográficos que se conocen sobre él. Parece ser que vino a Pamplona en el séquito del virrey Eustaquio de Beaumarchée o Bellamarca como le llaman otros. Su relato de la partida de la Cruzada de Teobaldo II en Marsella autoriza a pensar también que hubiera entrado al servicio de aquel monarca. Campión nos da a conocer el hallazgo por Iturralde de una partida del año 1291 en la que se dice: «Item por facer la justicia de Guillm. Anelr. et jaymes de Burgos por razón que falsiaro la moneda», por lo que todo induce a creer que de tratarse del mismo Aneliers, éste fue ajusticiado en Pamplona por falsificador de moneda. Para Michel el poema acusa una notable influencia castellana por lo que atribuye a su autor una prolongada estancia en Navarra. Mongelos avanza la hipótesis de la existencia de dos Aneliers, padre e hijo, uno combatiente en las Navas, a cuya batalla dedica los cantos II, III y IV, y otro contemporáneo de las guerras de barrios que hubiera continuado el poema iniciado por su padre. El manuscrito fue hallado en 1844 por Pablo Ilarregui al inspeccionar la biblioteca del monasterio de Fitero (Navarra). Iturralde lo describe así: «compone un tomo en 4.° menor, de 145 hojas en pergamino vitela y en cuya primera línea se lee en caracteres alternativamente rojos y azules Guillermus Anelier de Tolosa me fecit. Sus páginas contienen blasones, letras e iniciales miniadas, y su encuadernación que aún conservaba, era de madera recubierta de cuero, sobre el que se ven seis escudos de cobre, notándose que según las señales debió de tener 8. Entre los que aún existen, uno ostenta en campo de plata un cheurrón de azur; otro parece haber sido dorado con león rampante de sable, barrado, y el tercero contiene también un león rampante, pero sin barra». Ilarregui entregó el manuscrito a la biblioteca de la Real Academia de la Historia pero lo hizo publicar en Pamplona en 1847, con prólogo y notas. Francisque Michel lo publicó en París en 1856 con una traducción, introducción y notas propias. El poema es, al parecer de Campión, una larga crónica rimada en la que las dotes del narrador sobrepujan a las del poema cuya imaginación «no adorna con imágenes vestidas de púrpura la épica narración de los acontecimientos». Para Iturralde, el gran interés que bajo el punto de vista filológico y para el estudio de las costumbres y de la vida militar de la época presente, es indudable, aun dejando de lado su gran valor histórico. Estilísticamente está compuesto de severos versos de arte mayor monorimos en 104 tiradas de diferente tamaño y rima cada una. De ellos se han ocupado los ya mencionados Campión e Iturralde y Suit además de Mongelos, Rodezno, Emeric Davis, Menéndez Pelayo, Milá y Fontanals, Vie-Vaisseta, Meyer, Raynouard y Gisi. Este cantar relata las luchas político-sociales de los habitantes de los barrios de la Navarrería y San Miguel contra los de San Nicolás y San Cernin. Luchas que giran políticamente, en torno de la figura de Doña Blanca a la que el bando de Pedro Sánchez de los barrios de San Nicolás y San Cernin quiere casar con el rey de Aragón y el de García Almorabid de la Navarrería con el de Castilla. Las Cortes reunidas en Pamplona nombran como gobernador a Eustaquio de Beaumarchée que se parapeta en el barrio de San Nicolás. Beaumarchée, en trance apurado, pide refuerzos que entran en la Navarrería en septiembre de 1276. Bajo el punto de vista social es indudable que las luchas reflejaron el estallido de una situación de desigualdad no sólo tributaria sino también racial por la gran cantidad de forasteros afincados en los barrios de San Miguel y San Cernin. Ilarregui nos llama la atención por otra parte de que «comenzaba entonces a salir de la infancia y robustecerse esa clase media que comprende ahora el nervio de las sociedades europeas». El relato de Aneliers es precioso bajo todos estos conceptos; complementa los datos proporcionados por la recopilación documental de Yanguas y Miranda y rectifica, en algunos casos, el cuadro presentado por el P. Moret en sus Anales.

Idoia ESTORNÉS ZUBIZARRETA

  • GISI. Der Troubadour Gillein Anelier von Toulouse. Berlín, 1877.
  • MILA Y FONTANALS. Los Trovadores de España . Barcelona, 1861.
  • RAYNOUARD. Poesie des troubadours. París, 1820.