Dos cuevas de este nombre en Leiza, a poca distancia del puente de Ozparrun.
Estaban los gentiles en buenas relaciones con los moradores del próximo caserío, llamado también Ozparrun, del que sin duda tomó su nombre el puente. Una vez los gentiles pidieron prestado un fuelle a los del caserío y éstos, a su vez, pidieron y llevaron la raspa de oro que tenían aquéllos. A pretexto de que los vecinos de la cueva habían incurrido en alguna irregularidad, los de Ozparrun no quisieron prestar más su fuelle a los gentiles. Estos entonces lanzaron contra los caseros esta maldición: "quien sea señora de Ozparrun nunca gozará de salud". Otra cueva llamada Jentilzulo existe en Orozco, cerca del barrio Anguru. En ella vivían las lamiñas, seres de un solo ojo en la frente y de figura humana en lo restante.
José Miguel de BARANDIARÁN
José Miguel de BARANDIARÁN