Udalak

Imotz

El valle de Imotz lo forman los lugares de Etxaleku, Eraso, Goldaratz, Latasa, Muskitz, Urritza, Zarranz y Oskotz. Se trata de pueblos de pequeño tamaño, conformados casi siempre por la iglesia y unas pocas casas, cuyos alineamientos casi nunca pasan de ser embrionarios, salvo tal vez en algún caso concreto como pueda ser el de Etxaleku, donde hay calles mejor configuradas. En la mayor parte de los casos se ubican en laderas o lugares altos, como vemos en Muskitz, Oskotz, Etxaleku, Zarranz y Goldaratz, encontrándose la iglesia en el punto más elevado (Oskotz, Etxaleku), o en un lugar más o menos centrado y visible (Muskitz, Goldaratz, Zarranz). Eraso, Latasa y Urritza se ubican, por contra, en el fondo del valle, cerca del camino o la carretera, para ejercer un control efectivo del territorio, e incluso en estos casos se ve una predisposición a disponer la iglesia en el lugar más alto, como se comprueba en Eraso y Latasa. En todos los casos la tendencia es a ubicar las casas de manera aislada, con grandes espacios despejados, a modo de plazas, intercalados entre ellas.

En el valle de Imotz alternan los modelos de casa propios de la zona del corredor de Sakana, con bloques dotados de vanos pequeños y escasos, con la presencia de grandes tejados a doble vertiente que dominan con el tamaño desmesurado de su caballete, con otro tipo de casa más propia de los valles de Basaburua y Ultzama, en donde los elementos de madera están más presentes, con galerías laterales y, muy especialmente, con balconadas que cruzan la fachada en alto. Las casas son de gran formato, en la mayoría de los casos levantadas dentro del siglo XVIII, con plantas rectangulares muy desarrolladas, y reciben casi siempre el tratamiento mural más habitual en Navarra, es decir una mampostería enlucida, con cadenas de sillar en esquinas y enmarques. Debemos señalar, no obstante, que se encuentra muy extendida la costumbre, un tanto anómala y extemporánea, de eliminar los enlucidos para dejar la piedra a la vista, contraviniendo de manera clara los parámetros de la arquitectura tradicional de la zona. Los vanos son rectos, a excepción de los accesos, donde domina el arco de medio punto, seguido del arco rebajado.

No hemos encontrado rastro que pueda identificarse de manera fehaciente con el palacio de cabo de armería de Etxaleku, mientras que el palacio de Eraso, que también figura en el Libro de Armería del Reino de Navarra, es hoy un caserón moderno que luce la fecha de 1822. También merece comentario individualizado el hermoso palacio barroco, llamado "Dorrotoa", sito en Etxaleku y propio del siglo XVIII. En otro orden de cosas, debemos señalar que se conserva también el edificio de la vieja estación ferroviaria de Latasa. Los lugares de Muskitz, Oskotz y Etxaleku, además, mantienen sus viejos lavaderos tradicionales.

En cuanto a la arquitectura religiosa, las iglesias pertenecen al tipo de templo rural navarro, de gran sencillez y pequeño tamaño, dotado de una única nave, sobre cuyo primer tramo apoya la torre, y los volúmenes adosados de la sacristía, tal vez alguna capilla lateral y el pórtico para protección del acceso. Al modelo más primitivo, de en torno al año 1200 y en lenguaje protogótico, pertenecen las iglesias de Goldaratz y Eraso, como atestiguan sus plantas terminadas en testero recto y las bóvedas de cañón medievales de sus cubiertas. El resto obedece a intervenciones posteriores, siendo góticas del siglo XIV la iglesia vieja de Etxaleku y la de Oskotz, aunque reformada esta última en el XVIII, momento en el que se reedificó también la de Latasa. El resto de los templos son modernos, habiendo sido levantada la de Zarranz en 1811, la de Etxaleku en 1876, la de Muskitz en 1922 y la de Urritza, por último, en 1961.

El capítulo dedicado al arte mueble queda representado por el Crucificado romanista de Zarranz, del XVI, el retablo renacentista de Muskitz, el retablo romanista de Eraso, obra de Juan de Elordi, el de Latasa, perteneciente al mismo estilo e igualmente del XVI, ejecutado por Juan de Beruete, el de Oskotz, también del XVI pero reformado en el XVIII, y los retablos barrocos de Zarranz y Etxaleku, ambos del XVII. El retablo de Goldaratz, aunque fue realizado en el siglo XIX, va presidido por una talla de la Virgen con el Niño del XVI. Por último, señalaremos que se han conservado las pilas sacramentales medievales de los pueblos de Eraso, Etxaleku, Goldaratz, Latasa, Muskitz y Oskotz.

JAS 2011