Lexikoa

CLIMA

Factores geográficos. Debido a su situación y a su relieve, este sector de los Pirineos atlánticos se halla sometido a la acción de cuatro factores geográficos esenciales: el relieve montañoso, la influencia continental, la mediterránea y la cantábrica. El primero, muy importante en las zonas más elevadas, se acentúa conforme nos acercamos a los Pirineos aragonés-bigorranos, de clima absolutamente alpino. El segundo proviene sobre todo de la meseta ibérica, pero también, en parte, del centro y del E. de Francia, es decir de Europa Central. La influencia mediterránea se ejerce sobre el valle del Ebro. En cuanto a la oceánica, su lugar de origen es el golfo de Bizkaia o Gascuña, cuya importancia no puede disociarse de la del máximo barométrico del anticiclón de las Azores, del mínimo de Islandia y del pasillo ciclonal aquitano. Ahora bien, si se examina con detalle el área de extensión de cada uno de estos cuatro factores, se constata que no es tan homogénea como podría suponerse, debiéndose el hecho a la situación, a la estructura y a la topografía de esta parte de la cadena pirenaica. Muy sensible al E. del Arga, la influencia montañosa apenas se ejerce entre este río y el alto Nervión, para reaparecer, al O. de este último curso de agua, en el límite con la provincia de Santander (la Montaña). Se debe este hecho al acentuado descenso que experimenta el eje del plegamiento pirenaico entre esta provincia y el puerto de Roncesvalles. Como resulta por otra parte que las dos vertientes de la cadena son muy disimétricas, la influencia montañosa sólo puede ejercerse en el interior de una banda estrecha de la vertiente septentrional, mientras que en la vertiente meridional se hace sentir en una amplia zona al E. y al O. de la misma. Lo que pierde la influencia montañosa en el centro de la vertiente meridional lo gana la influencia mediterránea. En efecto, al provocar el descenso del eje del plegamiento pirenaico entre el Aragón y Estella la desaparición del conjunto de sierras que delimita tan netamente la vertiente meridional al E. del Aragón, la influencia mediterránea penetra, entre el Irati inferior y el Ega medio, al interior de la vertiente meridional hasta que la sierra del Perdón le cierra el paso hacia el S. de Pamplona. Al E. y O. de esta zona, así como al N. de Lumbier y de la sierra del Perdón, la influencia mediterránea logra ejercerse aún, aunque combinada, tanto a la influencia montañosa como a la oceánica. A pesar de tener a la vertiente septentrional como zona de dominio propio, la influencia oceánica logra, en efecto, hacerse sentir en la vertiente meridional, entre el Arga y el Nervión, debido a dos razones: la primera es que el descenso del eje del plegamiento pirenaico le permite el paso, y la segunda es que las altas sierras que cruzan la vertiente meridional paralelamente al eje de la cadena reciben en su flanco septentrional las lluvias de origen septentrional, de manera que la influencia oceánica ejerce su acción hasta la cuenca superior del Ega. Sin embargo no lo hace de forma exclusiva: en las partes altas, debe de combinarse a la influencia montañosa mientras que en otras zonas la influencia mediterránea mantiene las medias térmicas bastante elevadas al mismo tiempo que la influencia oceánica introduce cierta humedad atmosférica. Pero, así como en la vertiente meridional la influencia mediterránea cede terreno a la oceánica, en la septentrional se lo gana: esto es debido a la latitud meridional que hace que se sienta, en concurrencia con la influencia oceánica, en todo el borde occidental de la meseta ibérica, dando nacimiento a un clima mixto, el clima oceánico-mediterráneo o portugués: al englobar en su dominio toda la zona litoral del NO. de la península ibérica, este clima permite a la influencia mediterránea, unida a la oceánica, ejercer su poder a lo largo de la costa e incluso en dos tercios del territorio vizcaíno. Esta oposición oceánico-mediterránea se manifiesta en toda su fuerza al estudiarse los diversos elementos del clima, principalmente el régimen térmico, el de los vientos y el de las precipitaciones.