Monarkia eta noblezia

Carlos IV de Navarra

Segunda prisión del Príncipe, diciembre de 1460. Nuevamente hace prevalecer el padre su voluntad sobre la del hijo: Carlos no era reconocido rey de Navarra ni era proclamada su calidad de heredero de la Corona. Esto se hace sobre todo ostensible en las Cortes de Fraga (30 de agosto de 1460). Al ver que el rey soslaya la declaración, los procuradores del reino se abstienen de jurar fidelidad a Juan II. Alentado por esta adhesión, Carlos entra en tratos con Enrique IV de Castilla y acepta a la infanta Isabel como esposa. Don Fadrique, entonces, informó a su hija Juana y ésta tergiversó su información haciendo creer a Juan II que su hijo intentaba apoderarse del trono de Aragón. El rey proyecta deshacerse de su hijo: el 2 de diciembre de 1460 lo convoca en Lérida y se apodera de él cometiendo una grave contravención de los fueros catalanes. Los ánimos se encienden en Navarra y en Cataluña. Los beamonteses se sublevan nuevamente. Comienza un áspero forcejeo entre el rey y el Parlamento catalán, siendo éste tachado de traidor por el primero. Carlos, acusado de alta traición, es recluido en diversas prisiones -Aitona, Fraga, Morella-, viendo resentida su salud gradualmente.