Monarkia eta noblezia

Carlos IV de Navarra

Reconciliación entre padre e hijo. El encuentro de Igualada, enero-mayo de 1460. Pero Juan II no está dispuesto a ceder y menos aún desde que a sus espaldas Juana Enríquez maquina la entronización de su propio hijo Fernando. Anciano y ciego, un odio ya reflejo, guía sus actos y le lleva a extender una concordia (26 enero) por la que exige que Carlos le entregue Navarra, se compromete a casarle, crearle unas rentas, liberar a los rehenes y autorizar su estancia en cualquier lugar del reino, excepto Navarra y Sicilia. Una vez más el nieto de Carlos III acepta, aunque los beamonteses se nieguen a hacerlo. Juan II tomó en rehenes a D.ª Blanca y a los dos hijos del Príncipe, Ana y Felipe. El 28 de marzo de 1460 llega Carlos a Barcelona, donde hace una entrada triunfal y recibe el homenaje y simpatía del pueblo catalán. La noticia de este recibimiento la acoge Juan II con despecho mal disimulado. Es en Igualada (13 de mayo) donde tiene lugar el primer encuentro entre padre, hijo y madrastra, que no se han visto desde hace cinco años. Carlos solicita de su padre la autorización para aceptar a la infanta Isabel de Castilla -futura. Isabel la Católica- como esposa, pero Juana, cuya intención semioculta es destinarla para su hijo Fernando, se niega en redondo, acarreando la negativa de su marido. Se le asigna en dicha entrevista la infanta Catalina de Portugal.