Espronceda cuenta con un apretado casco urbano, fruto de su pasado medieval. Define el entramado urbanístico la parroquial, sobresaliendo también algunas construcciones civiles.
Entre las más representativas destaca el palacio de Acedo. Se trata de una construcción en sillería del siglo XVII. Su fachada se divide en tres cuerpos, que se articulan por medio de ventanas adinteladas dispuestas de forma simétrica. El cuerpo superior presenta dos blasones barrocos intercalados entre los vanos. La misma tipología constructiva de modelo barroco de los siglos XVII y XVIII, se encuentra en otras viviendas de la localidad, situadas en torno a la calle Mayor, la calle Picota y la calle Obispo Juan Cruz de Cabañas Crespo.
La iglesia parroquial de San Vicente Mártir es un templo de la segunda mitad del siglo XVI, que sufrió importantes modificaciones durante el siglo XX. Presenta planta rectangular con una nave de triple tramo que se prolonga hasta la zona de la cabecera, resuelta en forma de pentágono. El alzado se efectúa mediante robustos arcos fajones de sección rebajada que parten de los pilares de los muros. Los tres tramos de la nave se cubren por medio de sencillas bóvedas de arista. Al exterior se presenta como una masa horizontal perfectamente escuadrada en sillería. Entre los muros se alzan contrafuertes que pertenecen a la fábrica primitiva. La portada de ingreso, de arco rebajado, pertenece a las reformas modernas. Rompe la horizontalidad del conjunto la torre del siglo XVII, realizada en piedra de sillería y ubicada en los pies.
Destaca el retablo mayor, del siglo XVII. Su estructura es dos cuerpos divididos en triple calle, que se articulan mediante sucesión de columnas de orden compuesto. El conjunto se remata con un sencillo ático de proporciones curvas. Entre los motivos iconográficos del retablo sobresalen varias piezas del siglo XVIII y algunas tallas del siglo XVI, bajo modelado romanista.
La ermita de la Virgen del Campo, rehecha completamente durante el siglo XX, aloja en su interior la imagen primitiva de la titular, románica del siglo XIII.
Fernando GARCÍA NIETO
Entre las más representativas destaca el palacio de Acedo. Se trata de una construcción en sillería del siglo XVII. Su fachada se divide en tres cuerpos, que se articulan por medio de ventanas adinteladas dispuestas de forma simétrica. El cuerpo superior presenta dos blasones barrocos intercalados entre los vanos. La misma tipología constructiva de modelo barroco de los siglos XVII y XVIII, se encuentra en otras viviendas de la localidad, situadas en torno a la calle Mayor, la calle Picota y la calle Obispo Juan Cruz de Cabañas Crespo.
La iglesia parroquial de San Vicente Mártir es un templo de la segunda mitad del siglo XVI, que sufrió importantes modificaciones durante el siglo XX. Presenta planta rectangular con una nave de triple tramo que se prolonga hasta la zona de la cabecera, resuelta en forma de pentágono. El alzado se efectúa mediante robustos arcos fajones de sección rebajada que parten de los pilares de los muros. Los tres tramos de la nave se cubren por medio de sencillas bóvedas de arista. Al exterior se presenta como una masa horizontal perfectamente escuadrada en sillería. Entre los muros se alzan contrafuertes que pertenecen a la fábrica primitiva. La portada de ingreso, de arco rebajado, pertenece a las reformas modernas. Rompe la horizontalidad del conjunto la torre del siglo XVII, realizada en piedra de sillería y ubicada en los pies.
Destaca el retablo mayor, del siglo XVII. Su estructura es dos cuerpos divididos en triple calle, que se articulan mediante sucesión de columnas de orden compuesto. El conjunto se remata con un sencillo ático de proporciones curvas. Entre los motivos iconográficos del retablo sobresalen varias piezas del siglo XVIII y algunas tallas del siglo XVI, bajo modelado romanista.
La ermita de la Virgen del Campo, rehecha completamente durante el siglo XX, aloja en su interior la imagen primitiva de la titular, románica del siglo XIII.
Fernando GARCÍA NIETO