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Eibar

La tradición musical coral

El hecho de haber existido un cantoral de finales del siglo XIII o de primeros del XIV (desaparecido en nuestra época) en la parroquia de San Andrés apóstol, nos pone en la pista de una posibilidad, más remota en el tiempo que en lo probable, de algún grupo coral en aquellas tempranas fechas. Independientemente de la tradición popular de los coros de Santa Agueda, muy arraigados desde antaño, la noticia más precisa que nos asegure la existencia de un grupo coral se remonta a los años de 1597 y 1603. Pues en estos años figura un chantre beneficiado, en testimonios escritos, en la parroquia de San Andrés. Se trata del eibarrés Joanes de Abanzabalegui, que consecutivamente firmó solemnemente "El Chantre", dignidad que le venía de la catedral de Calahorra. En el archivo del coro parroquial de San Andrés se conserva una colección completa de cantos en latín para todas las misas del año, que completan doce tomos en pergamino, copias de una obra inédita existente en la catedral de Toledo, con el nombre del donante en uno de los libros: "Escribió este libro Juan Ramírez de Arellano, de edad de 62 años. Siendo obrero y dignidad de esta iglesia de Toledo el Sr. D. Pedro de Iñarra, natural de Eibar, quien regaló a esta parroquia toda la librería. Año de 1673". Citados por Gregorio de Múgica en la Monografía de Eibar, p. 130. Hemos podido comprobar que se conservan integramente y que tienen el aspecto de haber sido muy usados. Estos volúmenes constituyen una valiosa obra artística. Hagamos para que se conserven. Como cosa curiosa señalaremos que en el mismo archivo coral, en un legajo de composición manuscrita en papel, se conserva una "Misa a 6.° tono" compuesta por el conde de Peñaflorida, a quien Menéndez y Pelayo le incluyó entre los heterodoxos de los ilustrados del siglo XVIII. Muy tarde hallaremos unas noticias más concisas sobre una masa coral. Gregorio de Múgica, en la citada Monografía, nos precisa la fundación de un orfeón en 1887, "cuyo fin único fue el de cantar un himno alegórico y alguna otra composición a la llegada del primer tren, el día de la inauguración del ferrocarril de Durango a Zumárraga. El himno era obra del maestro Gorriti, quien fue dos veces desde Tolosa a Eibar a dirigir los oportunos ensayos. Pasada la solemnidad que se festejó, el orfeón se disolvió". En 1901, D. Críspulo Guisasola Axpe fundó el Orfeón Eibarrés, a quien años más tarde sucedería otro Guisasola, el gran maestro Juanito, que además de director de masas corales fue destacado compositor. Ramón M.ª Sarasúa, sobrino del maestro, es autor de una breve historia musical de la localidad.

Música y músicos

Nos consta que Eibar tenía a un nativo de la villa, entre los años 1597 y 1603, de chantre beneficiado para dirigir el coro parroquial. Este chantre era Joanes de Abanzabalegui, y su título le venía de la catedral de Calahorra, a cuya diócesis pertenecía nuestra villa. Sin embargo, la existencia de un coro parroquial se remonta a mediados del siglo XVI (sin entrar en consideraciones de un probable coro en el alto medioevo, a juzgar por el cantoral medieval desaparecido de la parroquia); en ordenanzas parroquiales de 1559 hallaremos unos cultos dignos de una catedral, donde no faltaban actuaciones con cánticos. En el articulo quinto, se lee: "Que dichos 10 beneficiados sean obligados a decir y oficiar en dicha iglesia la misa mayor del día todos los domingos y fiestas de guardar cantada con Diácono y Sub-Diácono y que dichos días digan la tercera cantada media hora antes de la misa mayor y víspera y completas cantadas todos los dichos días". Y en el artículo octavo, añade: "Que así bien digan todos la Salve cantada al anochecer de todos los sábados del año y en las vísperas de las fiestas de Nuestra Señora que en el año se celebran con órgano". Entre otros, como los Eguiguren y Sostoa, Pedro de Iñarra debería figurar entre los ilustres músicos hijos de la villa, pues según consta en el Compendio Historial de Guipúzcoa de Lope de Isasti, era chantre y canónigo de la catedral de Toledo. Este personaje fue quien regaló en 1673 una colección de doce tomos de cantorales en pergamino, copia idéntica de otra colección existente en la catedral de Toledo, y que constituye una primorosa obra artística. Un año más tarde regaló otro libro cantoral al Santuario de Arrate. Desconocemos lo relativo al órgano mencionado en las ordenanzas de 1559. Fue sustituido por otro construido por el eibarrés fray Joseph de Eizaga Echevarría en el año 1658, y que en 1667 él mismo afinó y le añadió algunos registros más. La fabricación se llevó a cabo en el mismo Eibar en colaboración de otros oficiales bajo la dirección de Eizaga Echevarría. Y el mismo año de 1667, que amplió los registros del órgano parroquial, fabricó el órgano del Santuario de Arrate, que en 1816 fue retirado por inutilizado. Este eibarrés, religioso franciscano y renombrado maestro organero, en 1677 construyó los órganos de Mondragón y el de San Diego de Alcalá de Henares, y en 1682 el del Santuario de Aránzazu. Discípulo suyo fue su homónimo José de Echevarría, casado y vecino de Oñate. En este punto conviene aclarar que Eizaga Echevarría a veces figura en documentos de la época únicamente como José de Echevarría, y no debemos confundir con su sobrino y con aquel otro de igual nombre, oriundo de Eibar y organero de Carlos III. Este José de Echevarría, descendiente de Eibar, organero del rey Carlos III, renovó y aumentó según el estilo de su época, en 1787, el órgano construido por José de Eizaga Echevarría para la parroquia de San Andrés apóstol, que para la ejecución de dicha renovación se vino exprofesamente desde Madrid.

Canciones populares

En la revista "A. de E-F" del año 1930 se recogen las siguientes muestras de cancionero eibarrés: Cuneras (p. 52), para hacer fiestas al niño (p. 57-58), didácticas (p. 61), para las festividades (p. 72-73).