Udalak

Eibar

En virtud de la carta-puebla concedida por el rey Alfonso XI el año 1346, el núcleo de la población de Eibar, en torno a la parroquia de San Andrés, fue cercada y torreada. Merece nuestras consideraciones el intento de recomposición de la villa murada. Pablo de Gorosábel en su Diccionario Histórico de Guipúzcoa (Tolosa, 1862) decía que "el pueblo estuvo en su tiempo cercado y torreado con tres puertas de entrada; y se compone de seis calles empedradas, de las cuales tres son bastante costaneras y las otras tres en llano, con más de dos plazas". En la obra de G. de Múgica, Monografía Histórica de la villa de Eibar (2.ª ed. Zarauz, 1956), en el apéndice de adiciones y rectificaciones, pp. 517 y 518, se ofrecen algunas sugerencias encaminadas a concretar en lo posible los límites de la primitiva población o dicho recinto murado. Pero cualquier lector puede observar que en la mencionada monografía existen algunas contradicciones al respecto; sus proposiciones sobre reformas de finales del siglo XVIII no concuerdan con la composición del cuerpo de la villa en el año 1600, que describe en la p. 191. Los distritos electorales, en el año 1600, se dividían en tres en el casco urbano y otros tres en la población rural, a la que se agregaban el arrabal y los barrios de extramuros. Su distribución regía de la siguiente manera; el cuerpo de la villa, Barrenkale, Elguetakale y Txurio-kale; y la población rural se agrupaba en las cofradías de Soraen, Akondia y Arexita. Teniendo en cuenta que las tres calles costaneras que mencionaba Gorosábel, con otras tres en llano, constituían el casco de la villa, que coincide exactamente con la descripción del Diccionario Geográfico-Histórico de 1802 (tomo I, p. 274) por la Real Academia de la Historia, más noticias de la organización municipal al comienzo del siglo XVII, y el grabado de Arrate (donde figura una vista panorámica de Eibar) que se remonta a primeros del siglo XVIII, nos dejan fuera de toda duda que desde antes de finales del XVIII las calles principales del casco urbano de la villa eran Barrenkale, Elgueta-kale y Txurio-kale, que componían los tres distritos electorales y a las que se les unirían otras callejas y rincones del recinto amurallado, con casas agrupadas o dispersas, tales como Hospital-kalia u Hospital-ziharra, su inmediata Arrandegui-kalia y Güenengua a orillas del Ego, más la Plaza Nueva con Elixataia, a juzgar por el citado grabado. Para hacer una composición de lugar, tomaremos por centro la parroquia de San Andrés Apóstol. Hacia el sur tenia a las dos calles costaneras y paralelas entre sí, Elgueta-kale que arrancaba desde Elixataia hacia arriba y Txurio-kale, que también se conocía por Somera y que con el tiempo ha venido a llamarse Txirio-kale.

Las calles de Elgueta y Txurio convergían en su parte alta en Portale, que era la puerta de salida a la calzada que se dirigía a la vecina villa de Elgueta y que de allí enlazaba con el valle de Léniz y Alava. Además, el nombre de Somera nos atestigua su situación en parte alta y periférica o extrema. La tercera calle costanera, la más importante tal vez, era Barrenkale. Arrancaba desde las inmediaciones de la parte baja de Elgueta-kale o Elixataia, para descender hasta el puente del Rabal (Errebaleko zubixa) que tras una puerta cruzaba el Ego. Por dentro de la villa y junto al puente del Rabal se situaba la basílica de San Esteban. Este puente con portal servía de salida a los arrabales y hacia Guipúzcoa; pues el camino real cruzaba por el interior de la villa, Barrenkale arriba y por el borde meridional de la parroquia para salir hacia Vizcaya por el portal de Unzaga. Este portal de Unzaga, a su vez, se situaba próximo al extremo occidental de la Plaza Nueva (actual Plaza de los Mártires) que al mismo tiempo coincidía con el extremo de la casa más baja de Txurio-kale por un lado y la casa Amarrenengua por otro (a la altura de los números 24 y 19 de la actual calle Calbetón, aproximadamente). Con otra salida por el estrecho puente de Ardanza al barrio de su nombre, con acceso a Amaña por el borde del río. Y desde el puente de Ardanza hasta el puente del Rabal limitaba el río Ego con su gran meandro de Ariatza. Un camino circundaba por el lado septentrional de la parroquia, desde lo que hemos conocido por Birjiñape (que arrancaba junto a la casa Amarrenengua del portal de Unzaga, y por Güenengua y Arrandegui-kale se unta a Barrenkale. Por encima de Arrandegui-kalia, que enlazaba con ésta por la plazoleta de su nombre, estaba Hospital-kalia, donde ubicaba el primitivo Hospital. En esta calle hacia esquina con la cabecera de Barrenkale la única casa palaciega en el interior del recinto de la villa murada, que era la de Mallea o Mallea-Godoy. Se destruyó en la última contienda civil y su escudo se conserva en el Museo San Telmo. Estas últimas podían ser las calles llanas, las que en las elecciones del conceso iban adheridas a las tres calles principales que formaban los distritos electorales. Más tarde vinieron las ampliaciones de finales del XVIII, con la calle de Unzaga (actual Calbetón) que se incorporó al casco prolongándose hasta la plaza del mismo nombre que era de extramuros. En aquella plaza de Unzaga existieron la torre renacentista (Torre de Unzaga u Orbea), otro palacio Mallea y la ermita de San Juan, y el palacio de los reputados armeros Bustinduy, del siglo XVIII, que a mediados del XIX sufrió transformaciones para convertirse en Erregue-etxea.

También se amplió e incorporó al núcleo Nafar-kale o Nafarmendi-kale, contigua y paralela a Elgueta-kale por el lado oriental y que ascendía como una prolongación de Barrenkale, y que más tarde se llamó ifarkale, hasta degenerar en Pipar-kale. Txirio-kale (antes Txurio-kale), conserva aún una manzana de casas primitivas pertenecientes al interior del casco amurallado. Estas casas han sufrido modificaciones con el transcurso del tiempo, pero aún guardan su estructura arquitectónica de casas medievales con la escalera corrida en uno de los muros, hasta el segundo o tercer piso, es decir, sin girar en cada planta. Y por las fachadas traseras hallaremos indicios de los muros y en sus bases una canalización con gradas. Para formarnos una imagen cabal de la estructura de este tipo de villa amurallada, puede servirnos de modelo o ejemplo aproximado la villa de Salinas de Léniz.