Gerrillariak

Cruchaga Urzainqui, Gregorio

Guerrillero navarro durante las luchas contra los franceses. Nació en Urzainqui (Roncal), en 1789. Murió en Etxarri-Aranatz, el 30 de mayo de 1812.

Era hijo de Ignacio Cruchaga y Manuela Urzainqui. Al ocurrir la francesada en 1808 se puso a las órdenes del capitán de guerra del Valle de Roncal, Francisco Gambra. Su partida salió en busca de los invasores, encontrándolos en los montes de Yso de donde los desalojaron obligándolos a retirarse a Lumbier. En el año 1808 se hallaba con Renovales y Gambra cuando 7.000 franceses asaltaron el Valle para aniquilar la guerrilla roncalesa. La lucha fue tenaz y larga hasta que suscribieron una capitulación honrosa. En ese tiempo se alistó Cruchaga en la guerrilla de Mina hasta que cayó éste prisionero en 1810. Al mando de las compañías de Mina se dirigió a la villa de Huarte desafiando al enemigo que acudió con refuerzos de caballería sin que pudieran desalojar a Cruchaga de sus posiciones. Después se dirigió a Nagore, donde se le unieron otras fuerzas formando un total de 300 hombres. El 20 de febrero tomaba el castillo de Burguete retirándose la guarnición francesa a Roncesvalles. Acto seguido se encaminó a Elcuaz, donde permaneció ocho días preparando el asalto de la fortaleza de Lumbier, que tomó, pero cayendo gravemente herido. Repuesto de sus heridas compartió con Espoz y Mina la lucha guerrillera. El día 13 de mayo de 1810 desbarataron sus hombres en Eslava una columna francesa.

Proseguían los encuentros con los franceses, en Urroz poniendo en retirada a 500 gendarmes, ya en Lekunberri capturando 24 caballos, ya en la ermita de Santa Cruz de Elcarte, donde se rindió a Cruchaga un destacamento completo, ya en Tafalla donde hicieron huir a una columna francesa, ya en Tiebas, donde apresaron a una escolta de correo militar de los hombres. De Tiebas pasaron a Etxauri y de ahí al Carrascal, donde derrotaron a 450 polacos y 140 coraceros. Además llevaron en retirada a una columna enemiga hasta Puente la Reina, donde con la incorporación del cabecilla Echevarría formó Espoz y Mina dos batallones, dando el mando del segundo a Cruchaga. Tal fue la importancia que alcanzó la guerrilla que el Conde de Reille decidió destruirla. Las guerrillas se retiraron desde Artajona a Estella y de ahí a la sierra de Andía. Cambiando bruscamente la marcha cayó sobre Puente la Reina, dando fuego al cuartel donde se acogían 300 franceses, cuyos supervivientes, en número de 230, se rindieron a Cruchaga.

De nuevo fueron a Estella y a Larraga y por Olcoz, Unzué y Monreal, volvieron a Lumbier, de donde tuvieron que salir precipitadamente al saber que 11.000 franceses llegaban para darles alcance. Acosados no tuvieron más remedio que ir a Aibar y Leache, pero fue tal la persecución, que hubieron que entrar de nuevo en Puente la Reina, pasar a Echarren y al día siguiente a Iturgoyen, Salinas de Oro, Etxauri, Valle de Ulzama, estableciéndose en Iraizotz la gente de Espoz y en Araitz la de Cruchaga. De este pueblo salió, apareciendo en el Baztán y en Irurita, donde batió a una columna de 1.500 granaderos imperiales. Espoz y Mina, acosado terriblemente, tuvo que retirarse a Leitza, Valle de Arakil, Lakuntza, Olazagutía y por fin la Sierra de Andía, donde permaneció cuatro días que le permitieron descansar y escapar por Etxauri y Val de Ilzarbe a Unzué y sierra de Araitz. Con ellos se encontraba Cruchaga y los suyos. Una fortísima columna trató de encerrarles en la sierra, sin víveres ni comunicaciones. Según el historiador Andrés Uztarroz, la tropa navarra se salvó gracias al genio de Cruchaga. Espoz y Mina debería encaminarse hacia Castilla para unirse con las fuerzas de Juan Hernández mientras Cruchaga se encaminaría hacia Aoiz, para internarse por el valle de Salazar. La operación salió bien, burlándose al enemigo. La reunión de las fuerzas dispersadas estratégicamente, fue extraordinaria. Tres columnas, de 13.000 soldados, perseguían a Cruchaga. Desde la fábrica de Orbaitzeta, desde Aoiz y desde Lumbier, confluían sobre los guerrilleros vascos, mientras otras fuerzas se apostaban en lugares estratégicos. Cruchaga supo burlar con habilidades geniales a sus enemigos y esquivar todo encuentro, caminando por los montes en marchas forzadas y sin racionamientos hasta más de un día. En desesperada marcha llega a las inmediaciones de Cadreita y a la vista de los mismos franceses pasaba el Ebro con sus gentes, con agua hasta el cuello. Una vez vadeado el río, a la vista del mismo enemigo, situado en la otra orilla, tomaron un poco de pan y vino.

Unidas de nuevo las fuerzas de Espoz y de Cruchaga, acordaron los jefes separarse de nuevo, Espoz para Molina de Aragón y Cruchaga para el portillo de Embid. Todavía acometieron juntos el asalto a la guarnición francesa de Tarazona, donde Cruchaga, acuchillado en la cabeza, cae prisionero y es luego rescatado. De nuevo se ven obligados a regresar a Navarra, tomando parte en multitud de acciones en Monreal y Aibar, contra las fuerzas de Reille. Las andanzas de Cruchaga son increíbles por la gran movilidad de su gente que de nuevo cruza por Navascués y retrocede a Sangüesa - Zangoza, pasa por Guesalaz, Unzué, Añorbe, Mendigorría, Cirauqui, Riezu y Puente la Reina / Gares. Acosados y perseguidos por poderosas fuerzas se internan en los valles de Salazar y Roncal. Hoy están en Aezkoa, otro día en Baztán, el otro en Berrueza, en forma imprevisible para el enemigo. Las peripecias y argucias de guerra son incontables. En Estella - Lizarra de nuevo, tuvo todavía la osadía de batir a la columna del coronel Gandin, de 3.000 hombres y artillería. En este combate usaron por primera vez voluntarios con mosquetes, que disparaban con metralla. En Arlabán tuvieron una importante acción mediante el asalto a la bayoneta, ocasionando 800 muertos y 400 fugitivos.

Después de otra serie de acciones peligrosas el general Reille pregonó la cabeza de Cruchaga mediante un bando en vascuence y en castellano: "Orobat entregatuco zaizquio tau milla duro arrapacen-duenari edo arraparasten-duenari edo ilzenduenari Guefe bandidoena Cruchaga". "Igualmente se darán cuatro mil duros al que prenda, haga prender o mate al xefe de bandidos Cruchaga". Entablaron una tregua con los franceses para ganar tiempo. En la acción de Plasencia de Gállego habiendo tomado gran número de prisioneros, incluido el general Ceccopieri, decidieron Espoz y Cruchaga embarcarlos en naves inglesas. La persecución fue peliculesca. Cruchaga logró retener al enemigo en Cirauqui, en Iturgoyen y en Riezu. Al fin los prisioneros fueron embarcados en Mutriku. Reilla desencadenó el terror, fusilando a hijos de los guerrilleros o ahorcando a sus madres, violando mujeres, e incendiando pueblos. Espoz y Mina publicó un decreto de cinco artículos declarando la guerra a muerte, como represalia. En Sangüesa se pusieron a las órdenes del general Mendizábal. En febrero de 1812 llegó a Navarra la llamada columna infernal francesa, cuyo choque con Cruchaga fue terrible y mortífero. Tuvieron los franceses 900 bajas, entre ellas un coronel y varios oficiales. El 9 de abril de 1812 tuvo lugar la segunda sorpresa de Arlabán, que valió a Cruchaga el título de brigadier. La última acción de Cruchaga fue en Ormaiztegi, donde chocó con la columna del general, barón d'Arquien, de infantería, artillería y caballería. Allí una bala de cañón le destrozó el brazo izquierdo y la mano derecha. La columna Abbé salió en su persecución para capturar al herido, llegando a Azpeitia y Zumarraga, pero a éste le habían ya escondido en el monte Aralar, donde tendido en un pequeño ataúd que le servía de camilla, pasó todo el tiempo, bajo la lluvia.