Kontzejuak

CIZUR MENOR

Urbanismo y construcciones civiles

Se trata de otro de los núcleos de la Cuenca de Pamplona que ha visto transformada su fisonomía por la proximidad a Pamplona, así como por la presencia de varios célebres establecimientos de hostelería, que han dinamizado durante años su actividad económica y social. El patrimonio artístico del lugar está sin duda marcado por la presencia, además de por la propia parroquia y alguna casa de interés, por la existencia de la Encomienda Sanjuanista, que domina el paisaje con su recio torreón, así como por la imponente y original fuente medieval, que atestiguan el paso del Camino de Santiago por la localidad.

El casco urbano se situaba en un promontorio, culminado en alto por la iglesia pero vigilado de cerca por el edificio fortificado de los caballeros sanjuanistas. Hoy en día, no obstante, no quedan restos de construcciones domésticas medievales. Junto a la iglesia se levanta un chalet neogótico ciertamente atractivo, con su torreón simulado y una serie de vanos conopiales, que juega con el cromatismo de los materiales empleados, piedra, ladrillo y algunos paños con revoque blanco. En la parte baja de esta elevación, junto a un cruce de caminos, se encuentra la casa "Etxeberria". Se trata de un edificio edificado en 1777, con importantes intervenciones realizadas en 1781 y 1850, según atestigua don Julio Caro Baroja. Su planta es cuadrada, de gran desarrollo en superficie, y presenta tres alturas más tejado a cuatro aguas con potente alero. Los muros van enlucidos, con sillar de muy buena factura en esquinas, enmarques de los vanos y en un paño piramidal en el entorno de la puerta principal. Su fachada presenta arco de entrada de medio punto, flanqueado de dos ventanitas, primer piso con tres ventanas rectas con antepechos labrados, y ático con tres tragaluces. Una piedra conservada al interior y que antiguamente presidía la fachada, lleva la inscripción: MRN JPH DE EIARALAR AÑO DE 1782.

En una de las calles encontramos una casa muy reformada, que conserva un portalón de entrada con arco de medio punto, con once largas dovelas que presentan su frente ricamente moldurado, y cuya línea de salmer se moldura también imitando la presencia de capiteles. Más adelante hay un edificio ocupado a día de hoy por varias viviendas. Presenta planta longitudinal y tres alturas, con muros en mampostería menuda. Los vanos son rectos, a excepción de una puerta de medio punto, y el primer piso se ennoblece con seis balcones.

En la zona alta del pueblo, junto a la Encomienda Sanjuanista, se levanta una casa de gran porte, que según la tradición se construyó empleando materiales del antiguo castillo. Presenta planta cuadrangular y tres alturas, rematando con tejado en pabellón. Sus muros van enlucidos en blanco, aunque esquinas, enmarques y molduras decorativas van en amarillo. Las ventanas son rectas y los accesos rebajados, y en el lado que da al antiguo Camino de Santiago se le adosó una galería porticada con arcos de medio punto en sus frentes, y que en alto se abre en amplios ventanales rectos.

Hacia la salida del pueblo se ubica la antigua fuente medieval, muy desfigurada en una reciente y desafortunada restauración. Consta de cuerpo de perfil piramidal cubierto con gruesas lajas de piedra dispuestas de forma escalonada, y se abre por un arco de medio punto doblado situado en uno de sus frentes, así como por un tragaluz alargado en el hastial opuesto. Al interior presenta una escalinata para descender al depósito-piscina, y se cubre con bóveda de cañón. Nos remite a otros modelos similares como el de la fuente de Artáiz o, en una versión más monumental, la de Villamayor de Monjardín.

Parroquia de San Emeterio y San Celedonio

Se trata de un templo románico del siglo XII, perteneciente a una tipología muy extendida en el ámbito de la Navarra rural, aunque no han faltado intervenciones que han alterado un tanto el esquema original. Su planta consta de una única nave, dividida en cuatro tramos, más una cabecera absidial semicircular. Dos capillitas se abren en el tercer tramo, a modo de embrionario transepto, mientras que el acceso se practica por el lado de la Epístola, a la altura del segundo tramo. La sacristía se encuentra por el lado del Evangelio, con acceso desde el tramo precedente a la cabecera, y es una estancia de planta rectangular.

Los muros son de sillar menudo pero bien trabajado, y una imposta recorre todo el templo en el punto de arranque de las bóvedas, actuando como cimacio para los capiteles de las columnas que articulan la nave. Se perforan estos muros mediante tres vanos. El primero, abierto en la propia cabecera, es una ventana rematada con arco de medio punto, con guardalluvias que apea en columnas. En el cuarto tramo del muro de la Epístola hay otra ventana de medio punto sin decoración, y en el muro de los pies hay un ojo de buey. A los pies de la nave hay además un coro alto de madera, realizado hacia 1650.

Se cubre con una bóveda de cañón dividida en cuatro tramos por arcos fajones que apean en columnas con basa, fuste y capiteles que figuran motivos vegetales y caras humanas. La cabecera recibe una bóveda de horno, mientras que las capillitas llevan sendos tramos de bóveda de cañón, y la sacristía un techo de bovedillas de madera, ladrillo y yeso.

Al exterior destacaremos el volumen prismático de la torre, que como suele ser habitual se apoya en el primer tramo de la nave. Consta de fuste corto, perforado tan sólo por los medios puntos para alojamiento de las campanas. Por encima corre una imposta, y remata con tejado a cuatro aguas. El lado de la Epístola lleva además un pórtico de ladrillo añadido a posteriori, en época barroca, con tres arcos de medio punto que apean sobre pilares, más otro hueco en un lateral. Lleva estructura de madera y tejadillo simple. En su interior nos encontramos con la puerta de acceso, de estilo gótico, con arco apuntado cuyo derrame salvan tres arquivoltas abaquetonadas y un guardalluvias exterior. Apean en columnas con pedestal, basa, fuste cilíndrico y capiteles con decoración vegetal muy estilizada. En el tímpano luce un solitario crismón trinitario.

El mobiliario que encontramos en su interior es ciertamente escaso. En el presbiterio preside un Crucificado barroco, propio del siglo XVII, de factura muy popular. En la capilla del lado del Evangelio hay una talla moderna de la Virgen con el Niño, imitación de modelos medievales, y en el sotocoro hay una pila bautismal medieval, con pedestal moderno que sujeta una taza semiesférica decorada con gallones. Por último, en la sacristía encontramos un Crucificado renacentista, así como diversas piezas de orfebrería.

Encomienda de la Orden Hospitalaria de San Juan de Jerusalén

A pesar de que los restos conservados apenas incluyen la iglesia y su torre aneja, en origen se trataba de un edificio fortificado, con cuatro torres unidas por paños y alas bajas residenciales, que formaban una planta cuadrangular irregular. Debió configurar un conjunto castellológico importante, situado en un lugar dominante para controlar el tramo inmediato del Camino de Santiago, y seguiría una tipología muy arraigada en la tierra, con cuatro alas, torres de ángulo y patio central, como se comprueba en el Palacio Viejo de Olite, en el plano original del Palacio Real de Sangüesa y otros castillos reales hoy perdidos. Sería un modelo que luego pasaría a la arquitectura señorial, como vemos en el cercano Arazuri, en Artieda, Erdozain y tantos otros. A este conjunto fortificado se adosaba el cuerpo actualmente conservado, compuesto por la iglesia y un recio torreón. Su abandono y posterior ruina comenzarían tras la Ley de Desamortización de 1836. Las acuarelas tomadas por Vicente Cutanda durante la Segunda Guerra Carlista (1872-1876), permiten aún apreciar parte de este edificio fuerte, y al mismo tiempo corroborar el profundo deterioro experimentado en los últimos dos siglos, como ya observaron Altadill o Caro Baroja. Utilizado durante años como pajar, almacén de aperos y cuadra, situación en la que pudimos visitarlo hace ya muchos años, fue por fin restaurado en el año 1989, y desprovisto de su función cultual, es hoy sede de la Orden de Malta en Navarra, incorporando además un albergue para los peregrinos que marchan a Santiago de Compostela. En cuanto al antiguo conjunto fortificado, a día de hoy tan sólo una excavación arqueológica podría devolvernos su planta íntegra, así como otras características formales de este edificio, que debió sin duda ser un referente en la comarca.

La iglesia hasta hoy conservada constituye un edificio del tránsito del siglo XII al XIII, edificado en estilo protogótico. Su planta consta de una única nave, dividida en cuatro tramos iguales, más una cabecera absidial semicircular. Junto al primer tramo de la nave, pero no encima de ella, como suele ser habitual en otros templos de la Navarra rural, se levanta la torre, de planta cuadrada y poderosísimos muros. En cuanto al acceso, se practica por el lado de la Epístola, a la altura del segundo tramo. Hay así mismo una capilla lateral de planta cuadrada, adosada al muro meridional, con acceso desde el tramo que precede a la cabecera.

Los muros son de sillería, aunque la mala calidad de la piedra ha provocado un desgaste considerable de los paramentos exteriores. Una imposta lisa, dos en el ábside, recorre todo el perímetro interior del templo. Se perforan estos muros mediante una serie de vanos que dan luz al interior. En la cabecera se abren tres ventanas, con arco de medio punto dotado de guardalluvias y columnitas adosadas, que llevan capiteles vegetales. Otras tres ventanas se encuentran en la nave, una a cada lado del tercer tramo y una más en el muro de la Epístola, a la altura del primer tramo. En el muro de los pies, por último, se abre un pequeño rosetón calado con tracerías polilobuladas.

Se cubre la nave con una bóveda de cañón, dividida en cuatro tramos por arcos fajones de medio punto, que apean en pilastras. El ábside recibe bóveda de horno, mientras que la capilla lateral se cubre con bóveda de crucería simple, de gruesos nervios y en cuya clave luce el escudo de la familia Beaumont.

Al exterior son evidentes los restos de construcciones adosadas hoy desaparecidas, que se evidencian por trazas de arranques de muros y puertas que hoy han perdido su función. La torre constituye un recio elemento de carácter defensivo, que muestra algunos vanos de acceso en planta baja y primer piso, hoy descontextualizados, así como alguna saetera ensanchada a posteriori para aumentar su capacidad de iluminación. En alto muestra un adarve almenado repuesto en parte en la restauración, y por debajo sendas cornisas de piedra que originariamente estarían destinadas a dar sujeción a un cadalso defensivo de madera. La puerta del templo, tan sólo protegida por un tejaroz, se abre mediante arco de medio punto cuyo abocinamiento se salva mediante tres arquivoltas abaquetonadas molduradas y guardalluvias exterior. Apean sobre columnitas a las que se ha repuesto el fuste, y cuyos capiteles, muy perdidos por la erosión, llevaban decoración vegetal. Como en la cercana iglesia de Gazólaz y en la propia parroquia del lugar, el tímpano se decora tan sólo con un crismón trinitario.

Joseba ASIRON SAEZ (2008)