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CINEMATOGRAFÍA

Distribución y exhibición. La industria cinematográfica se sostiene con el importe obtenido mediante la venta de las películas producidas. Pero la película no llega directamente del productor al espectador. Este lo puede ver mediante el pago en taquilla a los dueños de las salas de exhibición, quienes, a su vez, mediante un pago concertado, adquieren las películas que exhiben en centros de distribución que, a su vez, han adquirido en los centros de producción. Las tres provincias del norte, enclavadas cinematográficamente en Francia, carecen de centro propio de distribución, alquilando sus películas en los que están, fuera de sus límites, en territorio francés. Las cuatro del sur, incluidas en la cinematografía española, pertenecen a una región cinematográfica, cuya capital es Bilbao. Aunque las casas centrales están en Barcelona y Madrid, tienen en Bilbao sus sucursales las grandes productoras norteamericanas Metro, Fox, Warner Bros, United Artists, Columbia, Universal, etc. Y, en torno a ellas, trabaja el resto de las distribuidoras, que proporcionan al exhibidor las películas de otras procedencias, aunque por exigencias legislativas hasta las distribuidoras americanas incluyen en sus listas películas españolas y de otras procedencias. Estos datos se refieren al cine comercial de 35 y 70 mm. A pesar de que con el aumento de precios en taquilla el volumen económico no parece haber disminuido, se nota que en los últimos años la asistencia ha disminuido notablemente, agudizando la situación crítica que ya, y por otros motivos, estaba notándose en el cine. En estas distribuidoras, desde hace muy poco tiempo, funciona un servicio de películas de régimen diferente para Salas Especiales y de Arte y Ensayo, aunque en este orden algunas distribuidoras de este material actúan directamente desde la capital. Esta nueva modalidad ha sido precisamente un éxito en nuestras pantallas y su utilización ha sido sólo posible en las capitales de provincia y en algunos Cine-Clubs. Tampoco puede olvidarse el cine de formato de 16 mm., cuya distribución se hace también desde centros especializados de Bilbao directamente desde la capital. Este formato, que en un tiempo se creyó iba a privar, a pesar de sus aparentes ventajas, va cayendo completamente en desuso. Desde un ángulo estrictamente vasco no es posible olvidar una casi insignificante distribuidora de San Sebastián, que, en conexión con unos programas de cine infantil de Barcelona, distribuye material de 8 mm. doblados en euskera. Los locales destinados a exhibición de espectáculos cinematográficos son tantos en todo el País que no es posible, en este lugar, dar ni siquiera una somera relación. Desde los primeros tiempos comenzaron estas exhibiciones en diversos puntos y, posteriormente, puede decirse que, no sólo en las capitales y pueblos importantes, sino hasta en los pueblos pequeños y a veces hasta en aldeas insignificantes, hay o ha habido salones de cine. En las capitales de provincia existen hasta grandes cadenas de salones agrupados bajo una sola firma. En la lucha con la TV, al igual que en el resto del mundo, se ha recurrido a nuevos procedimientos, ampliando pantallas, adaptando proyectores al paso de 70 mm., implantando sonido estereofónico y modernizando funcional y estéticamente todos los servicios. Y esto ha sucedido no sólo en las ciudades importantes, sino hasta en poblaciones de relativamente escaso aforo. Buen exponente de ello es el cine «Leídor» de Tolosa. Datos más concretos pueden verse en los artículos correspondientes a las diversas poblaciones. Aunque en el aspecto industrial ha trastocado un tanto las cosas, la Televisión -a través de sus cuatro cadenas, tres de la ORTF y dos de la TVE- ha difundido el cine hasta el interior de nuestras casas, llegando hasta los últimos rincones de nuestra geografía, con lo que extiende, notablemente, el influjo social de este medio cultural. En esta aventura económica que estamos describiendo tampoco podemos olvidar esos mercados cinematográficos internacionales que son el Festival Internacional del Cine de San Sebastián y el Certamen Internacional de Cine Documental y Cortometraje de Bilbao.