Toponimoak

Estados Unidos de América. Nueva York

Aproximadamente en 1905, Valentín Aguirre y otros cinco vascos, Elías Aguirre, Juan Cruz Aguirre, Escolástico Uriona y Toribio Altuna se reunieron en una casa de Nueva York con el fin de abrir un centro vasco. Los fundadores del Central Vasco-Americano que luego sería el Euzko-Etxea de Nueva York fueron Juan Cruz Aguirre, Elías Aguirre, Gabriel Elustondo, Guillermo Garay, Florencio Yturraspe, Nicolas Luzuriaga, Juan Orbe, Escolástico Uriona, Tiburcio Uruburu, José Altuna, Toribio Altuna y Estanislao Beobide. En 1913 este grupo de hombres creó el Central Vasco-Americano, que se convirtió en la más antigua organización de vascos de los EEUU y en 1928 tenían ya su propio edificio. Inicialmente fue una organización de beneficencia dedicada a ayudar a los vascos recién venidos y a los miembros de la comunidad vasca neoyorquina. Sólo los miembros masculinos de la comunidad vasca podían pertenecer a la asociación, los cuales compraron un pequeño edificio que disponía de un frontón en la década de 1920 y 1930.

También organizaron picnics anuales en Coney Island. Tras la Segunda Guerra Mundial, el Centro sufrió diversas vicisitudes, teniendo que trasladarse en numerosas ocasiones de sede para organizar sus reuniones y actividades. En 1973, tras muchos años de alquiler, decidieron comprar otro edificio, que se llamó Euzko Etxea of Nueva York. A comienzos del siglo XXI, gozaban de un edificio que disponía de una gran sala para danzas y bailes para el público, comedor, bar y una biblioteca denominada "Jon Oñatibia", en memoria a la labor del músico, profesor y lingüista mientras vivió en Nueva York.

Entre finales de 1940 y principios de 1950, un grupo de jóvenes vascos, desencantados de sus mayores, decidieron crear su propio grupo, al que llamaron Juventud. Jon Oñatibia, era un virtuoso txistulari, gran exponente de la comunidad vasca en Nueva York, miembro de Juventud, instructor de un grupo de danzas entre 1950 y 1963 y profesor de euskera y música. Participó en los programas de verano de la Universidad de Nevada (Reno) y en las colonias de música y cultura vascas de la North American Basque Organizations (NABO) en el Oeste. Falleció trágicamente en accidente en el País Vasco, en 1979. El grupo de danzas que formó, Euzkadi, participó en eventos sociales por todo Nueva York. El padre José Mari Larrañaga, que se hizo cargo de la iglesia St. James entre 1962 y 1970, unificó a ambas generaciones durante ese tiempo. Así, organizó homilías en euskera, danzas y cenas anuales, pasando de tener una asistencia de 150 personas a rebasar las 600.

Las mujeres crearon su propio grupo en 1966, llamado Andrak. A comienzos del siglo XXI, hombres y mujeres pertenecían al mismo club, el Euzko-Etxea. A diferencia de tiempos pasados, en que la comunidad vasca vivía en las inmediaciones del club, sus miembros, mayoritariamente de origen vizcaino, estaban repartidos por todo Nueva York, Nueva Jersey y Connecticut. El centro se convirtió en un punto de referencia imprescindible para los vascos de la costa Este, una población que se estimaba fuera de entre 5.000 y 10.000 personas esparcidas en varios estados. En un comienzo el club se llamó Central Vasco-Americano Sociedad de Beneficiencia y Recreo, pero luego pasó a llamarse Centro Vasco-Americano. Cambió de edificio y se trasladaron al 95 de Madison Street. Cambiaron de ubicación dos veces más, hasta que finalmente, se asentaron, en 1973, en Eckford Street en Brooklyn. En 1980 el centro cambió de nombre al de Euzko-Etxea of New York.

En abril de 2002, Emilia Doyaga, junto con Ana Mari Aguirre presentaron un proyecto para crear un Centro Cultural Vasco Internacional. Este centro se ubicaría en el South Street Seaport, uno de los lugares más turísticos de Manhattan y contaría con un museo histórico, galería de arte, biblioteca, auditorio, restaurante, tienda y oficinas, entre otros servicios. La idea era que aquí tuvieran su sede el Euzko-Etxea de Nueva York, la Sociedad de Estudios Vascos de América y quizá oficinas de comercio internacional vasco, etc. Los promotores del proyecto confiaban en que el centro, cuyo presupuesto se estimaba en unos veinte millones de dólares, pueda abrir sus puertas para el año 2005.

El club Euzko-Etxea de Nueva York organizaba varias cenas que reunía cerca de cien personas. Había clases de euskera para adultos, todos los domingos y clases de baile vasco para jóvenes. El obispo auxiliar de Nueva York, Francisco "Patxi" Garmendia y, desde 2002 Josu Iriondo, celebraban en el Euzko-Etxea una homilía especial cada año en memoria de los miembros fallecidos y una en euskera cada Aberri Eguna. La mayoría de la comunidad vasca de la costa Este celebraba el mismo con misa y una comida impresionante consistente en docenas y docenas de platos a elegir. Los cocineros eran vascos, de varios restaurantes en Nueva York. Entre los años 1970 y 1980 organizaban viajes en autobús, para acudir en grupo a los partidos de "jai alai" en el estado de Connecticut. Animaban a los jugadores vascos con sus voces en euskera y juntos organizaban comidas después de los partidos.