Elkarteak

EUZKADI

Equipo de fútbol. Nombre con que se conocía a la selección vasca de 1937 que actuó triunfalmente en las canchas de Europa y América. El objetivo de su gira era recoger fondos para comprar víveres y para el transporte de los niños vascos lejos del hambre y los horrores de la guerra. Como preliminar de la formación de este equipo se organizaron en Bilbao varios partidos entre selecciones vascas. ["Euzko Ekintza", de ANV y Eusko Gudarostea, del PNV]. Otro partido fue de selecciones de Guipúzcoa y Vizcaya. De este ambiente surgió la idea del equipo "Euzkadi" o selección vasca. El 24 de abril de 1937 los seleccionados llegaban a París. Fueron recibidos por don Rafael Picabea, diputado por Guipúzcoa y delegado del Gobierno Vasco. Desde este momento la expedición quedaba al cuidado de Ricardo Irezabal y Manu de la Sota. El primero, presidente de la Federación Española de Fútbol. El domingo 25 de abril de 1937 la selección vasca juega su primer partido contra el Racing de París reforzado. El equipo vasco se alineó así: Blasco; Pablito, Areso; Cilaurren, Muguerza, Roberto; Luis Regueiro, Iraragorri, Lángara, Emilín y Gorostiza. Venció el "EuZkadi" por tres a cero, tras una maravillosa exhibición de juego. En otra versión se dice que jugaron también Aedo y Larrínaga. El dos de mayo vence al Olimpique de Marsella por cinco a uno. La revancha con el Racing de París fue otro éxito, ganando por cinco a dos. Los partidos siguientes en Francia fueron otras tantas actuaciones triunfales. En Toulouse, en su tercer partido con el Racing empató a dos tantos. Europa entera se interesa por este equipo sensacional. En Praga juega dos partidos, uno contra la selección checa y el otro contra un combinado de equipos de Praga. Fueron dos partidos sensacionales aunque perdió por dos a uno y tres a dos. De Checoslovaquia pasa a Polonia y vence a la selección polaca por cinco a cuatro en Katowice. El recibimiento en Moscú fue grandioso. Las autoridades y el pueblo aclamaron a los vascos. Fueron hospedados en el Hotel Metropol. Su primer día en la capital era domingo. Los rusos tuvieron la delicadeza de llevarlos a oír misa a la capilla de una embajada. Su primer partido contra el Locomotiv lo ganó por cinco tantos a uno, en el campo del Dynamo y ante 90.000 espectadores. Los futbolistas vascos fueron mimados continuamente. La nota emocionante fue la visita a los niños vascos, instalados en una residencia a 100 km. de Moscú. "Había allí unos quinientos, que recibieron a sus ídolos en un ambiente de locura". (Enrique Tarrachet en su obra "El Euzkadi", Bilbao, 1976). De entre estos niños habría de surgir una estrella internacional del fútbol ruso, que llegó a ser director de todas las escuelas rusas de fútbol: Ruperto Sagasti. El equipo vasco, siguiendo sus actuaciones, juega dos veces con el Dynamo de Moscú, ganando los dos partidos por cuatro a uno y seis a cuatro. En Leningrado empató con el Dynamo de esa ciudad. Venció también en Kiev, Minsk y Titlis. Finalmente perdió con el Spartak de Moscú por seis a tres. Su gira por Rusia había sido espectacular. Sus maravillosas exhibiciones hicieron escribir a un autor ruso que Rusia había aprendido del "Euzkadi" a jugar al fútbol. Al recibimiento de Moscú le siguieron invitaciones a los grandes espectáculos como la ópera y el ballet, además de una comida de excepción en los hoteles. La noticia de la caída de Bilbao le llegó al equipo vasco en Moscú. Con esta incertidumbre el "Euzkadi" salió para Finlandia, Noruega y Dinamarca. Ganó los tres partidos jugados, uno en Noruega y dos en Dinamarca. Ya en Francia, la expedición fijó su residencia en Barbizón, a 35 km. de París. Aquí el equipo tributó un cariñoso homenaje a Manu de la Sota. Era el 10 de octubre de 1937. Enrique Terrachet en la obra citada reproduce a página entera una humorística dedicatoria firmada por los asistentes al acto: Luis Regueiro, Isidro Lángara, Serafín Aedo, José Iraragorri, José Muguerza, M. Alegría, Angel Zubieta, Pedro Vallana, Leonardo Cilaurren, Rafael Eguzquiza, Gregorio Blasco, J. de Rezola, Ignacio Aguirrezabala, Tomás de Aguirre, Pedro Regueiro, Emilio Alonso, Pablo Barcos, Areso'tar Kepa, J. M. Urquiola, P. Bolfo, Enrique Zarruaga, Ander Lejendika'ko y dos ilegibles. Perico Vallana el que fuera defensa internacional, titular del "Arenas" de Guecho, iba de entrenador. Años más tarde hablé con él en Santiago de Chile, cuando llegó con la expedición uruguaya de uno de los grandes equipos "Naciontil" o "Peñarol", acompañado de Cea, gran futbolista vasco-uruguayo internacional. Pedro Birichinaga, masajista del "Atletic" de Bilbao, lo fue también del "Euzkadi" en la gira europea. Luis Regueiro capitaneaba el equipo. El viaje a América se inició en octubre de 1937 a bordo del "Lle de France". La ruta fue El Havre-N. York-La Habana-Veracruz y capital de Méjico. La actuación en Méjico se desarrolló triunfalmente, despertando el interés y la admiración general. Los grandes equipos argentinos se interesaban por el "Euzkadi". Pero el viaje a Buenos Aires fue un fracaso pues no obtuvieron el permiso para jugar. En Valparaíso, Chile, partido triunfal a pesar de la prohibición oficial, pues el presidente del club chileno se guardó el telegrama en el bolsillo y esperó a después del partido. Luego afirmaría: Aquí el equipo vasco juega por encima de todo". (Enrique Tarrachet, obra citada). Esta postura del deportista chileno encaja perfectamente en la mentalidad de aquel hermoso país. Vuelta a Méjico y de allí a La Habana donde vence al equipo del Centro Gallego por dos a cero. En su segundo partido gana ampliamente a la selección cubana. En la temporada 1938-39 participa en el campeonato de Méjico como un equipo más, caso insólito en la historia del fútbol, quedando campeón. El equipo "Euzkadi" con su juego moderno y efectivo se había ganado las simpatías del pueblo mejicano. Al terminar la guerra civil en España, 1 de abril de 1939, el equipo se disuelve. Los argentinos seguían con interés las actuaciones de los jugadores vascos y empezaron los fichajes: Zubieta, Lángara, Emilín e Irarragorri, por el San Lorenzo de Almagro; Blasco, Cilaurren, Aedo y Areso, al River Plate. Los Regueiro se quedaron en Méjico dedicándose a otras actividades. Otros se acoplaron a equipos mejicanos. Los hermanos Txirri se fueron a Buenos Aires empleándose también en otras actividades. Pedro Vallana, como ya se ha dicho, lo vimos en Chile como entrenador de un gran equipo uruguayo. Tuve la suerte de presenciar en el estadio nacional de Chile el partido de un equipo chileno y San Lorenzo de Almagro, por los años 1941 ó 42. Isidro Lángara, con sus cuatro goles de antología, levantó cuatro veces de sus asientos a 60.000 personas que lo aclamaban. Manu de la Sota se había quedado en Francia. En la obra de Enrique Terrachet su pluma prócer trazó ese bellísimo prólogo que lleva un. título humilde: "Con la boina en la mano". Esta breve introducción de Manu de la Sota tiene la virtud de darnos, de una manera que podríamos decir mágica, la talla humana de este puñado de hombres vascos "exponentes de la dignidad de un pequeño pueblo, cuyo nombre de Euzkadi dieron a conocer, cuando se hallaba combatiendo por su supervivencia, y en ocasión en que sus enemigos arruinaban sus hogares vascos y lanzaban por el mundo calumnias -que, como las campanas, tienen badajo-, cuyo eco llegaba hasta nosotros.

Mariano ESTORNÉS LASA