Industriak

Astillero de Uriberri

1852-1922

El astillero de Uriberri es, quizá, uno de los más desconocidos de Gipuzkoa. Propiedad de la familia Mutiozabal de Usurbil, fue el taller de ribera más importante e innovador de la Provincia durante la segunda mitad del siglo XIX.

Emplazado a orillas del río Oria en los pertenecidos del caserío Uriberri de Aginaga (Usurbil), su primer dueño fue el constructor naval José Matías Mutiozabal Aldaco, aunque no llegó a fabricar ningún buque en sus instalaciones. Tras su fallecimiento el 18 de enero de 1853, el caserío, la tejavana para el obraje naval y demás heredades pasaron a manos del cabildo de la iglesia parroquial de San Salvador de Usurbil para que, tal y como era su voluntad, su producto lo destinasen al sufragio de su alma. José Matías Mutiozabal, no obstante, instaba a la Iglesia a que procurase que el arrendatario del inmueble fuera un fabricante de barcos al considerar que sería la persona más adecuada para su conservación.

Y así fue. Ese mismo año su sobrino José Manuel Mutiozabal Achega, también constructor de barcos, arrendó la casa y astillero de Uriberri firmando la pertinente escritura de arrendamiento con el Obispo de Vitoria. Acto seguido, consiguió el permiso de la Autoridad Eclesiástica para llevar a cabo algunas mejoras en la casa y muy particularmente, en el establecimiento naval.

Cuadernas
Caja de cuadernas del bergantín-goleta Simonita fabricado en el astillero de Uriberri el año 1861

Las perspectivas puestas por José Manuel Mutiozabal en esta factoría naval se vieron truncadas por la Ley de Desamortización de Pascual Madoz de 1855, por la que se declararon en venta, entre otras, todas las propiedades del clero y entre ellas, Uriberri. Anunciada la subasta de enajenación, Mutiozabal presentó una reclamación ante la Dirección de Bienes Nacionales quien, estudiado el expediente incoado, ordenó suspenderla.

Mientras el recurso se dirimía y ante la incertidumbre de lo que en el futuro pudiera pasar, José Manuel Mutiozabal compró a la Comunidad de Aginaga un terreno próximo, sito entre la regata de Mapil y el Camino Real, en donde levantó un nuevo taller de ribera para su negocio. Sin embargo, este tinglado le debió de resultar insuficiente, por lo que en 1858 solicitó licencia a la Diputación para construir dos cobertizos más pegantes al muro de la carretera. Obtuvo la autorización interesada, pero se le exigió que la distancia mínima entre el paramento exterior del astillero y el muro de explanación de la carretera fuera de 1,68 metros, y que su altura fuera menor que la de la rasante del vial.

Cuadernas
Plano de formas del bergantín-goleta Simonita fabricado en el astillero de Uriberri el año 1861

José Manuel inauguró las instalaciones de Uriberri el año 1856 con la construcción de la corbeta Politena de 286 toneladas, confeccionada para el donostiarra Manuel Hernaiz. Fue el primero de los veintiocho buques que botó en Uriberri en los veinte años que estuvo trabajando en esta factoría. En el tiempo en que estuvo en activo, fue sin duda el fabricante naval más importante de la cuenca del Oria y, posiblemente, de todo Gipuzkoa. Aprendió el oficio de la mano de su padre Miguel Ignacio y su tío José Matías, y al igual que éstos, continuó con la filosofía de adaptar su producción a las cambiantes necesidades del mercado.

Barcos fabricados por José Miguel Mutiozabal en Uriberri, 1856-1876
*Toneladas brutas.
Elaboración propia.
Fuente. Fundación Oceanográfica de Gipuzkoa: Fondo Mutiozabal.
AñoDenominación barcoTipologíaTns.Propietario
1856Politena Corbeta286Manuel Hernaiz. Donostia
1857Teresita Bergantín-goleta152Joaquín Aurrecoechea. Donostia
1857San MiguelBombo--
1857Dorotea Bergantín-goleta137Torrente Hermanos y Cía. Santander
1858VenusFragata--
1858FaraónBergantín-goleta--
1858EsperanzaBergantín243 2/3Gregorio Manterola y Cía. Donostia
1859VencedorBergantín-goleta--
1859GuipuzcoanaBergantín--
1860Quechemarín47Silvestre Iriarte y Cía.
1860ConchitaCorbeta279*José Elizarán. Donostia
1860-61Segundo AlmiranteBergantín-goleta142Joaquín Aurrecoechea. Donostia
1861SimonitaBergantín-goleta179Ercoreca, Sainz y Cía. Sevilla
1861PaqueteQuechemarín36Joaquín Aurrecoechea. Donostia
1862Avenida Bombo-Viuda de Díaz. Donostia
1863San Sebastián Habana nº 1Corbeta181Mercader e Hijos. Donostia
1863San Sebastián Habana nº 2Corbeta-Mercader e Hijos. Donostia
1863Inmaculada ConcepciónBombo -Joaquín Aguirre
1864San Luis GonzagaBomboJuan María Ibarguen. Zumaia
1864Cid CampeadorBergantín- goleta-Sr. Aurrecoechea
1864San Sebastián Habana nº 3Corbeta- Mercader e Hijos. Donostia
1865AguinagaBergantín-Echagüe y Martínez. Donostia
1866OriaBergantín-goleta-Olasagasti y Cía. Donostia
1869-Lancha fletera-Benito Eizaguirre. Zumaia
1871San MiguelBergantín-goleta85José Manuel Mutiozabal, Luis Corta y Cía. Usurbil y Zumaia
1872IndustrialQuechemarín58,43*-
1872IsabelitaPatache--
1876---Distrito Forestal de Navarra y las Provincias Vascongadas

La brillante trayectoria de Uriberri se vio truncada en 1876 con el repentino fallecimiento de su titular y con motivo de la última guerra carlista, debido a que el ejército incautó parte de los materiales que estaban almacenados para la manufactura naval.

Tras unos meses de inactivad, el astillero pasó a estar regentado por Miguel Antonio Mutiozabal Arrillaga, primogénito del recientemente fallecido constructor.

Los inicios del joven Miguel Antonio en Uriberri no fueron nada fáciles. Habiendo estado en los últimos años totalmente desvinculado del negocio familiar aprendiendo el oficio de constructor naval en Francia, preparando la oposición de arqueador de navíos y ejerciendo de tal en el puerto de Bilbao, desconocía cuál era su situación real y los entresijos del establecimiento naval. Además, en un principio no tuvo intención de seguir los pasos de su padre, pero la delicada situación que atravesaba su familia le llevó a tomar la determinación de abandonar su prometedora carrera profesional como arqueador y a tomar las riendas del tinglado de Uriberri a la edad de veinticuatro años.

A los pocos meses de comenzar a trabajar en la manufactura naval, Miguel Ignacio amplió y adecuó las instalaciones de Uriberri. Concretamente, en el mes de diciembre de 1878 la Diputación de Gipuzkoa le autorizó a levantar unas nuevas tejavanas en los terrenos que años atrás su padre había comprado a la Comunidad de Aginaga.

Así las cosas, en el verano de 1881 se publicitó la venta en subasta pública del caserío de Uriberri y sus heredades en ese mismo invierno. Miguel Antonio vio la oportunidad de que el inmueble nuevamente revertiera a la familia Mutiozabal, por lo que su intención fue hacerse con la propiedad siempre y cuando el precio de salida de la licitación fuera razonable. Así fue, formalizándose la pertinente escritura notarial el 22 de mayo de 1882.

Alcanzado su objetivo, lo siguiente que Mutiozabal hizo -ese mismo año de 1882- fue ampliar las instalaciones de Uriberri con la construcción de un agregado pegante a su caserío y de una nueva tejavana. Levantados los nuevos edificios, se procedió a la mecanización del astillero dotándolo de maquinaria moderna, como por ejemplo, seis sierras mecánicas, una máquina de cinta, poleas, etc.

Astillero
Plano del astillero de Uriberri, 1886

Que Miguel Antonio Mutiozabal hiciera todas estas inversiones en su establecimiento naval no fue gratuito, obedeció fundamentalmente a dos hechos. El primero, que entre 1877 y 1887 manufacturó, nada más y nada menos, que cuarenta y cinco unidades en estas instalaciones, por lo que precisó disponer de los servicios necesarios para poder atender adecuadamente a toda su cartera de pedidos. El segundo, que el constructor era un hombre muy emprendedor, inquieto y un apasionado de las nuevas tecnologías y sistemas de fabricación de navíos que se estaban empleado en el extranjero, por lo que trató de importarlas y aplicarlas en su empresa.

Como resultado de este talante, construyó en este establecimiento el primer vapor del País Vasco: el conocido como Ugarte nº 2 (1877-78). Emprendió esta arriesgada aventura, tal y como se lo confesaba a su tío Juan de la Cruz, con mucho miedo puesto que se jugaba su prestigio como fabricante naval; pero lo consiguió. Además de él, en la década de 1880 fabricó en este tinglado otros vapores, entre los que estaban los conocidos como Guipúzcoa (1882), Donostia (1883), Dolores (1884) y Uriberri (1884).

Vapor Ugarte
Vapor Ugarte nº 2, 1878.

Miguel Antonio Mutiozabal decidió abandonar la construcción naval y dedicarse a otros menesteres en 1887, curiosamente, cuando tenía un negocio exitoso. Precisamente montó una fábrica de muebles en la marisma de Arratola (Orio) junto con Calixto Arin y José Bernardo Arizabalo. Para el equipamiento de esta ebanistería, en 1888 desmanteló el astillero de Uriberri, trasladando a Orio una de las tejavanas y toda la maquinaria que allí había.

Desde este momento y hasta el año 1917, Mutiozabal arrendó la casa y cobertizos que tenía en Uriberri a varios particulares, dándose la circunstancia de que ninguno de ellos se dedicó a la elaboración de buques.

Pasadas tres décadas Miguel Antonio Mutiozabal decidió retomar el negocio de la fabricación de navíos en Uriberri, pero esta vez en sociedad con Claudio Achega, José Antonio Beraciartua, Ambrosio Valenciga y Luciano Zurriarrain. La Compañía levantó nuevas tejavanas e intentó dotarlas de modernos motores y sierras mecánicas, pero no pudieron hacerlo tal y como lo habían planeado porque no les fueron concedidos todos los permisos que precisaban.

Efectivamente, con motivo de la reapertura del astillero Uriberri, Mutiozabal cursó en el Ministerio de Fomento una solicitud de autorización para la instalación de dos sierras nuevas "de las modernas, puesto que las que antes tenía las trasladó a Orio" porque le urgía acomodarse a la calidad y rapidez que en esos tiempos exigían trabajos de esa índole. La petición le fue denegada bajo el argumento principal de que su demanda estaba contenida dentro de los supuestos recogidos en el Real Decreto de 24 de enero de 1913, que, precisamente, se promulgó con la intención de adoptar medidas preventivas que garantizasen la riqueza forestal. Entendieron que el propósito de Mutiozabal podía atentar contra las propiedades e intereses del Estado, es decir, del monte Irisasi, habida cuenta que la separación que quedaba entre él y el arsenal en las mareas altas quedaba totalmente cubierta por el agua de la ría, cuando la ley prevenía que "no se permitirá en lo sucesivo el establecimiento de máquinas en talleres de aserrar maderas a menos distancia de 5 kilómetros de los límites exteriores de los montes públicos".

Mutiozabal no se dio por vencido y trató por todos los medios que el anterior Real Decreto fuera derogado, pero no lo consiguió, por lo que se tuvo que ajustar a lo señalado por la Ley. Pese a todo, Uriberri contó con un completo y moderno equipamiento compuesto, entre otros aparatos y herramientas, por una "sierra de 1,10 metros nº 108", una "sierra de 1,00 metro nº 108" y una "máquina nº 104".

El astillero estuvo dado de alta en la matrícula industrial hasta el año 1922. En esta última etapa, iniciada el año 1917, contó con una plantilla media de once operarios y se elaboraron un total de quince embarcaciones, lo que representa un baremo de tres unidades al año.

Barcos fabricados en el astillero de Uriberri, 1917-1921
Elaboración propia.
Fuente. Fundación Oceanográfica de Gipuzkoa: Fondo Mutiozabal.
AñoDenominación barcoTipologíaPropietario
1917-18Andreíta AguinagaVaporCarlos Fernández Vicuña. Donostia
1918Virgen del MarTraineraIbargoyen, Uranga y Cía. Orio
1919-20Carmiña MugardosVapor de parejaAstilleros de Pasajes de San Juan. Pasaia
1919Ntra. Sra. del CarmenVapor parejaCarlos Fernández Vicuña. Donostia
1920Santa MaríaLancha motor pescaJosé Muguruza. Zarautz
1920ClementeBatelaFermín Ibargoyen. Orio
1920MariposaBatelaEulogio Olaizola. Orio
1920Ana RosellóVapor pareja Sr. Carrasco. Huelva
1920-Vapor parejaAstilleros de Pasajes de San Juan. Pasaia
1920EibartarraVapor pescaValenciaga y Cía. Eibar
1920Evaristo Balandro-
1920-MotorSociedad Astillero Uriberri. Usurbil
1921-Motor-
1921-MotorImanol Picoaga
1921Irene Bote recreoFrancisco Orbea. Donostia
1921-Motor gasolinaZuriarrain y Cía. Donostia

En el mes de septiembre de 1921 los socios determinaron liquidar el negocio lo antes posible porque al estar sin actividad no les generaba más que gastos. Al parecer, pudieron vender toda la maquinaria sin problemas, comenzando a desmontarla en el mes de febrero de 1922 y quedando el establecimiento totalmente libre de todo utensilio para el mes de abril de ese mismo año.

Paralelamente, se llevaron a cabo todas las gestiones administrativas para dar de baja al negocio en la matrícula industrial de Usurbil. La solicitud la cursó el mismo Mutiozabal el mes de enero de 1922 y fue aceptada atendiendo que hacía un año había cesado todo trabajo en él.

El cierre del astillero de Uriberri significó el principio del fin de una de las actividades económicas más representativas de Usurbil: la manufactura naval. A partir de entonces, en su jurisdicción únicamente se elaboraron barcos esporádicamente y no hubo ninguna persona que se dedicara de continuo a estos menesteres.