Udalak

Tolosa

Celebra fiestas patronales en torno al 24 de junio, San Juan Bautista; bordon-dantza, festejos taurinos, zortziko de San Juan, etc. Las fiestas y el Alarde de San Juan tuvieron una época de decadencia tras la guerra. Su revitalización y fortalecimiento tuvo lugar merced a la iniciativa del popular tolosarra José María Gorrotxategui que, en 1968, presentó un proyecto para trasladar las Vísperas al anochecer del día 23, antes del encendido de las fogatas, e incrementar el número de compañías de salvas de escopeteros del día 24 hasta las 12 actuales, varias de las cuales son mixtas y una (desde 1984) de mujeres. La indumentaria de los bordondantzaris fue diseñada por Juan Antonio Urbeltz.

El 3 de febrero, San Blas, en el barrio del nombre; el 29 de junio, San Pedro, en San Pedro de Urkizu.

Tanto las fiestas de San Juan como los Carnavales, gozan de gran tradición y renombre.

Gorosábel (1860) aporta las noticias siguientes:

"La fiesta profana principal es la que se celebra el día de su patrono San Juan Bautista y los dos inmediatos. En la tarde del primero de ellos, después de cantarse las vísperas y rezarse el rosario con asistencia del ayuntamiento, va éste en corporación acompañado de la bordon-dantza y música marcial de aficionados a la capilla de San Juan de Arramele, sita hoy en la Misericordia, a oír y rezar las completas. Desde allí se traslada a la plaza, donde se sacaban antes algunos novillos, y después un baile del país, llamado esku-danta. Costumbre antiquísima es, de cuyo origen no hay noticia cierta, el que concluido este baile, el ayuntamiento precedido del pregonero con espada desenvainada, llena de rosas y claveles, así que de la bordon-danza, tamboriles, etc., vaya al prado de Iguerondo a continuar la fiesta. La bordon-danza se compone de veinte y cuatro mozos, de los que los cuatro que van por delante y otros tantos por detrás con ciertos palos cortos adornados, representación de las antiguas alabardas, hacen los jefes de la comparsa. Los otros diez y seis llevan palos, con los cuales van enlazados, bailan, corren y hacen las demás evoluciones: todo al son de un zortzico antiquísimo e inmemorial, propio y peculiar de la festividad de este día. Semejante ida del pueblo tolosano a dicho prado indudablemente es una conmemoración o aniversario de la célebre batalla de Beotibar, ganada por los habitantes de esta villa con la ayuda de otros guipuzcoanos en 1321. Es, en efecto, tradición muy recibida que después de la victoria los vencedores volvieron danzando, enlazados con las armas que ganaron; como lo refiere el P. Henao en el libro III, capítulo 45, de las Antigüedades de Cantabria. La memoria de tan señalado acontecimiento se ha renovado, sin interrupción, por el medio ya indicado hasta estos días en los 541 años que han transcurrido desde entonces; salvo en los de guerras, o cuando algún otro accidente extraordinario ha impedido su celebración. En esta villa se celebra los sábados de cada semana, o el viernes anterior si el sábado cae en día festivo, mercado muy concurrido de granos, aves, frutas y de otros comestibles; así que de telas, lienzos del país, quincallería y otros de uso común. La concurrencia de gentes forasteras con este motivo es considerable. Este mercado con respecto a los granos se halla considerado como el regulador de los precios en toda la provincia, para la determinación de las cuestiones judiciales; por cuyo motivo tiene el ayuntamiento un libro en que se toma la razón del máximo, medio y más bajo a que se vende. Hay también feria de ganados los primeros lunes de cada mes muy asistida de gentes de los pueblos circunvecinos; la cual igualmente se anticipa un día, cuando cae en festivo. Al estilo de la ciudad de Vitoria, a cuyo fuero está fundada Tolosa, antiguamente solía haber en esta villa tres mercados semanales, o sea los martes, jueves y sábados; cada uno de los cuales estaba destinado a la venta de objetos particulares, como granos, comestibles, etc. En los tiempos remotos la feria de ganados era quincenal: en 1782 se redujeron a seis en cada año, o sea el jueves anterior a Natividad, Purificación, domingo de Ramos, San Antonio de Padua, Asunción y San Francisco de Asís. Pero en 1788 se dispuso la mensual que en el día se observa; durando el concurso toda la tarde. Además de las funciones de San Juan se celebra el carnaval con festejos de plaza; lo cual anteriormente se verificaba también por el Corpus Cristi y San Roque. En lo antiguo, y todavía en época bastante reciente, había también la costumbre de que a las tres de la tarde en punto de todos los viernes del año, menos durante la cuaresma, se sacase a correr por las calles con maroma al son del tamboril el buey destinado a matar para la provisión del vecindario. Esta especie de fiesta obligaba a los artesanos, y a los que no lo eran, a suspender sus trabajos con notable perjuicio de las familias. Por ello sin duda, y también por los inconvenientes de que se corriesen bueyes por las calles en una población de tanto tránsito y comercio, desapareció este uso hacia fines del último siglo. El que se conserva es la vuelta que dan los tamboriles por las calles a cosa de las nueve horas de la mañana de todos los días festivos del año, menos en la Cuaresma. También su ida al prado de Iguerondo en los mismos días del verano, o a la plaza de San Francisco en la estación del invierno; con cuya música popular bailan los jóvenes de ambos sexos."

El de Tolosa es uno de los carnavales más célebres de Euskal Herria.

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