Lexikoa

VILLANCICO

Tanto el villancico en euskera como en francés y castellano penetran en la cultura eclesial latina de forma extraoficial, como un aditamento de la lengua vulgar sobre la culta. La partitura más antigua conocida con texto euskérico data de 1705; es el Tono al Nazimiento de Nustro Señor Jesucristo hallado por Juan Tellería en el palacio de Laurgain de Zarautz (Gipuzkoa). Dice el P. A. Zabala que es difícil precisar cuándo empieza este fenómeno, y más difícil aún señalar el momento exacto en que se convierte en costumbre generalizada. Parece ser que es en Bilbao y San Sebastián donde los villancicos se comienzan a imprimir para ser cantados en las iglesias de ambas capitales. "La hoja más antigua se imprime en Bilbao en 1755 con este largo título: "Villancicos en bascuence que se han de cantar en el Real e Imperial Convento de N. P. San Francisco de la M. N. Villa de Bilbao, en los solemnes maytines del Nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo, en este año de mil setecientos y cinquenta y cinco, puestos en música por el P. Fr. Martin de Oaraveytia, Organista y Maestro de Capilla de dicho convento" y luego dice: "Villancicos de 1755 a 4 violines". Su primera estrofa es ésta:Nay duen ezquero Sein ederracArzaien trajean etorri,Canta dezagun, Arzai onac,Tonadilla eder ori."Ya que el hermoso Niño quiere venir en traje de pastor,
cantemos, pastores buenos, esta hermosa tonadilla".

Estas estrofas se publicaron en "La Gaceta del Norte" en 1932 por el P. Juan Ruiz de Larrinaga, en cuya copia se encuentra este otro dato: "Sin año ni pie de imprenta. Probablemente el mismo año de 1755, y en la imprenta de Antonio de Eguskiza, de Bilbao". El siguiente es muy posterior, de 1794. Por la misma razón de conocerlos en fuente mediata que no explica de dónde lo toma ella a su vez se ignora si son "bertso-paperas" impresos los villancicos de 1818, cantados en la iglesia de Santiago, los de 1819 de la iglesia de Abando, los de 1824 titulados "Gaboneco osaste edo cantac vizcaitarrentzat". En cambio, se poseen hojas impresas, es decir de los auténticos bertso-paperas, de los villancicos de 1814 cantados en la iglesia de Santiago, de los de 1815 titulados "Gaboneco cantac vizcaitarrentzat", de los de 1818 del mismo título, obra según parece de Vicenta Moguel, de los de 1820 cantados en la iglesia de Santiago, de los de 1824 titulados "Gaboneco osaste edo cantac", de los de 1826, que lleva un léxico bilingüe, y de los de 1828. También son "bertso-paperas" impresos los villancicos de 1825, los de 1831, y los de 1832. Pero ninguno de estos villancicos es obra de bersolari. Más bien parece que los ha compuesto algún sacerdote o religioso o alguno de los vascófilos de entonces. De hecho, los de 1818 deben ser de Vicenta Moguel. Es posible que algún otro sea del "herrador vascófilo" José Pablo de Ulíbarri y Galíndez. Es más difícil aun señalar las fechas en que comienzan a imprimirse hojas volantes de villancicos en San Sebastián. Recuérdese que está de por medio el incendio de la ciudad en 1813. Hay una composición de 1783 titulada "Eguerritaco versoac cantatu bear diranac Donostiaco Santa Marian, eta ipiniac Musican bertaco Maisu-Capilla Don Miguél Jose de Oruñac", encontrados en una hoja manuscrita. La hoja volante más antigua impresa con villancicos en San Sebastián, conocida por Zabala, es de 1828, pero es fácil que existieran otras anteriormente. Desde 1813 en adelante, no había en Donostia Navidad, Carnaval o fiesta de cualquier índole para la que no se escribieran versos. El autor obligado era siempre el popular José Vicente de Echegaray. Debió también escribir versos con anterioridad a 1813, como dice el título de su manuscrito: "Poesías desde el 1813 cuyo año se quemaron las anteriores en el incendio total de esta ciudad de San Sebastián". A partir de 1828 se imprimieron varias composiciones de éstas. En cuanto a los villancicos en castellano, los archivos de las viejas iglesias guardan estrofas cuya melodía acusa un fuerte origen popular. El de la Catedral de Pamplona, por ejemplo, custodia un buen ramillete entre los que hay que citar: Sol de los soles, Al pastor divino, A la cumbre, Cupidillos de oro, En prodigios, En su sulbo, Sonora armonía, Incendio divino, Abejuelas amantes, Arde en tus llamas, Aguila evangélica, Con dulces flechas, etc. Gerardo López de Guereñu ha recogido en Alava numerosos villancicos, muchos de ellos sin partitura musical. Una muestra de este tipo de folklore en Alava son los siete villancicos publicados por José Iturrate en "Kultura" nº 3 de 1982. Por otra parte, conviene consignar que bajo el título de billanzikoa se conoce una danza de 16 compases en dos partes, cada una en ocho compases. Este billanzikoa se bailaba en la plaza, en las brokel dantza, y, de noche, en los salones.

Ainhoa AROZAMENA AYALA

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