Historialariak

Vargas Ponce, José de

Marino, literato y matemático español nacido en Cádiz en 1760 y muerto en Madrid en 1821.

Recoge José de Aralar que fue académico de la Historia a los 26 años, llegó a director de ella en dos períodos, ingresó en la de San Fernando a los 29 y en la de la Lengua en 1813. Sin embargo, el marqués de Valmar, Leopoldo Augusto de Cueto, en su Historia de la poesía lírica del siglo XVIII le pinta como a uno de aquellos literatos que "por no saber comprender su aptitud especial, abarcan con menos fuerza que ambición todos los ramos de las letras y no alcanzan por lo mismo a dejar en ninguno de ellos rastros de verdadera luz". A pesar de ello, el sucesor de Jovellanos en el ministerio de Gracia y Justicia, José Antonio Caballero, "hombre nada recomendable", dispuesto a "ejecutar los servicios más afrentosos" según frase de don Modesto Lafuente y Zamalloa, comisionó en el verano de 1800 a Vargas para explorar los archivos de Guipúzcoa. Tratábase, dice Aralar, de suministrar a Llorente -en pleno trajín de la elaboración de sus Noticias históricas...- más y más datos favorables a su tesis. También, habiendo reivindicado Navarra para sí Fuenterrabía, Irún y Lezo, convenía a Godoy "minar la mayor resistencia foralista de Guipúzcoa, favoreciendo a Navarra que se avenía con mayor facilidad a sus objetivos" (R. Garraza, 1988: 310-311).

Hizo un reconocimiento del archivo de la ciudad de San Sebastián, del de la Provincia y de los de sus pueblos principales, pudiendo establecer un estado de la población de cada uno durante el siglo XVIII, con observaciones sobre su agricultura, industria y comercio. Ultimado el trabajo, lo presentó al Gobierno con un Memorial. Basándose en los muchos documentos que entonces acopió -llevándoselos a Madrid- o examinó, dedujo algunas conclusiones sobre el origen de los pobladores del país, de sus fueros, antigüedades y otras curiosidades, de las que cabe resaltar aquéllas tendentes a poner de manifiesto, dentro de la tesitura llorentiana, la secular sujeción de la provincia a la Corona de Castilla y la nula veracidad de las ideas pactistas en referencia con su Fuero.

En 1804, cuando volvió a debatirse entre la ciudad de San Sebastián y otros pueblos de la provincia la eterna cuestión acerca de la jurisdicción del puerto de Pasajes, se le pidió el parecer; dio su informe, y a resultas del mismo recibió la comisión de aplicar la resolución del rey a este respecto y sobre la cuestión de la reunión del puerto de Fuenterrabía al reino de Navarra. Hablando de esta Memoria dice el bibliógrafo Tomás Muñoz y Romero:

"Con fecha del 24 de Abril de 1804 remitió Vargas Ponce este trabajo al Excmo. Sr. don Pedro Ceballos, y en la carta con que lo acompañaba decía: 'Remito a V. E. la memoria que se insinuó desearía trabajar, empleando parte de los M. S. S. de mi colección, que prueba hasta la evidencia el Señorío y Dominio de S. M. a todo el Río Vidasoa''. En ella se manifiesta desde su más remota antigüedad que el Río ha pertenecido todo y siempre a España, y con documentos fehacientes e indudables desde 1203 hasta 1663" (...).

A su tránsito por Pamplona para acordar con el virrey las providencias concernientes a aquellos fines, examinó el antiguo archivo de la Cámara de Comptos, de cuyas preciosidades dio alguna noticia a la Real Academia de la Historia. Vargas Ponce reunió una gran colección de documentos -hoy en la Academia de la Historia- para la composición de una historia de la marina, que constituye una verdadera mina para la reconstrucción del historial náutico de nuestro pueblo. Entre sus escritos sobre temas que tocan directamente a la historia del país, figuran una Vida de don Alonso de Ercilla, con el análisis y comentario de su Araucana; una Disertación histórica sobre el río Bidasoa con su plano; un Informe histórico-político de cuanto contiene el puerto de Pasajes, y sus incidencias desde el siglo XIII; Disertación histórico-legal que prueba el legítimo y no alienado derecho de España a la posesión y pesquería de Terranova; Vida de Juan Sebastián de Elcano; Vida de los tres generales Oquendos, estas cinco últimas, inéditas. En el vol. 67 de la Biblioteca de Autores Españoles, de Rivadeneyra, cabe hallar un catálogo de las obras impresas y manuscritas de Vargas.