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TUDELA (HISTORIA)

Tudela vista por Jovellanos: 1801. Jovellanos visitó Navarra en 1801, entrando por Milagro. En sus Diarios puede hallarse esta anotación sobre Tudela: "lindísima Plaza, que sirve al Comercio y a los juegos de toros, obra cuadrada, hecha sobre un plan regular, con grandes balconadas, toda, al parecer, de ladrillo, bien lanillada y pintada al temple. Salimos al fin al camino o, por mejor decir, al gran paseo que está en él, adornado de álamos blancos robustísimos, aunque no tan bien cuidados como los de Logroño. Sigue después la carretera, ancha y bien construida y reparada con guijo, sin cobija ni guardarruedas, que no necesita, atravesando un inmenso olivar, que se tiende a una y otra mano más que nuestra vista, bien cultivado y regado, y que al extremo tiene viñas en el centro, dispuestas las filas de olivos para recibirlas. Le pasamos a galope, y siendo nuestro ánimo ir al Bocal en el divisorio de Fontellas, dejamos el coche y seguimos a pie, atravesando este lugar y siguiendo por la banqueta del Canal hasta el puente, que está frente de la fonda, donde, por ser ya noche cerrada, nos recibieron con hachas de viento. La fonda es una excelente casa, como fabricada al propósito, con gusto y buena dirección; tiene muchos y buenos cuartos, espaciosos y limpios, con chimeneas, alacenas y buenas comodidades. Tiene también un buen comedor y una buena necesaria; pero es tan sonora, que la conversación de seis mujeres con tres criados, dos carruajeros, cinco soldados y mil yentes y vinientes que se cruzaban con algazara en el piso bajo, subiendo por el cañón de la escalera, retumbaba de tal modo en el de arriba, que no se podía echar de la memoria aquel Ingeminat vozes auditaque verba reportat, que dice Ovidio de la ninfa Eco. Huevos y espárragos, buenas alcachofas, borraja cocida, lechuga cruda, hicieron una excelente cena para los que no somos carnívoros; mas de tal modo habían cargado de pimienta las alcachofas, que nos abrasaron, pero hubo buenas camas y buena noche.