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VACUNO

Evolución del vacuno en el marco de la PAC. Esta evolución rompe la tendencia descendente que ha caracterizado a la mayor parte del País a lo largo del séptimo decenio y se produce por efecto de dos factores que intervienen en paralelo y en gran medida complementándose: por un lado, la recuperación del autogobierno en el marco del mapa autonómico español y consiguiente desarrollo de una política propia para el sector agrario que ha permitido llevar a cabo desde sus inicios una serie de acciones encaminadas a la mejora del sector, y por otro, la incidencia de la Política Agraria Comunitaria (PAC) cuyos rasgos originales, muy favorables al sector ganadero, tuvieron inmediatas repercusiones en el País Vasco Continental: las vías de actuación en los mercados mediante una política de precios garantizados y el establecimiento de organizaciones comunes de mercado --OCM-- elevadas, con el fin de asegurar rentas remuneradoras a los productos ganaderos, constituyeron un importante estímulo en el desarrollo de la cabaña bovina. Poco después estas medidas fueron complementadas con una política de estructuras, cofinanciada por los Estados miembros y Bruselas mediante fondos del FEOGA --sección orientación--, encaminada a mejorar la eficacia y la productividad de las explotaciones; el Estado francés fue uno de los principales beneficiarios de las acciones definidas en las Directivas 159, 160 y 161 de 1972 relativas a la modernización de las empresas, cualificación profesional o al establecimiento de ayudas a la jubilación anticipada, y en las provincias vascas lograron un importante efecto dinamizador: en 1973 se puso en práctica el primer programa dirigido a la incorporación de jóvenes agricultores, muchos de los cuales optaron por centrar su actividad en el subsector ganadero --vacuno y ovino--.

Tabla 1. País Vasco Peninsular.
Evolución del ganado vacuno. Efectivos totales e indice de variación (1972-100)
1972 1982 1989
Araba
Gipuzkoa
Navarra
Bizkaia
Total
24.253 (100)
65.561 (100)
73.436 (100)
71.861 (100)
235.111 (100)
26.429 (109)
64.073 (98)
75.100 (102)
73.923 (103)
239.525 (102)
30.257 (125)
71.005 (108)
89.359 (122)
77.724 (108)
268.345 (114)
Fuente: EUSTAT e INE. Censos agrarios 1972, 1982 y 1989. Elaboración propia.

Tabla 2. Clasificación del ganado bovino.
País Vasco Peninsular
Araba Gipuzkoa Navarra Bizkaia
Menor de 12 meses
De 12 a 24 meses
V. de ordeño
V. de no ordeño
Otros
Total
4.968
4.996
9.458
7.929
2.906
30.257
23.162
5.771
28.583
10.107
3.382
71.005
10.501
7.471
46.382
9.992
15.013
89.359
20.709
8.714
31.508
12.412
4.381
77.724
Fuente: EUSTAT e INE. Censos agrarios 1989. Elaboración propia.

Un paso muy importante en el impulso del sector ganadero vasco viene de la Directiva 75/268/CE mediante la cual se establece un régimen especial de ayudas --las llamadas ICM o indemnizaciones compensatorias de montaña-- a la producción en zonas declaradas de Agricultura de Montaña o zonas desfavorecidas. Este régimen de ayudas directas favorecía el incremento de la cabaña ya que se conceden en función del número de cabezas de ganado o de hectáreas de tierra disponibles. Las tierras altas de Zuberoa y Baja Navarra fueron muy pronto declaradas bajo esta denominación y pudieron acogerse de este modo a las ICM y demás programas de ayuda. Tras la incorporación de España a la CE en 1986 Bruselas, mediante sucesivas directivas, otorga el reconocimiento de Zona de Montaña (o desfavorecida) a la práctica totalidad de la CAPV y a la mitad septentrional de Navarra, y años más tarde, al ponerse en marcha la reforma de los fondos estructurales en 1988, algunas de las comarcas de montaña adquieren la calificación de zonas objetivo 5b, zonas rurales con importantes limitaciones para su desarrollo que exigen acciones especiales a través de programas específicos. Pero se trata de actuaciones que más que atender a un sector productivo concreto buscan la dinamización global de la comarca con ayuda de fondos procedentes de FEOGA-or, FSE y FEDER. El éxito de la PAC, entre cuyos principales objetivos ha estado el aumento de la productividad, genera nuevas dificultades y hará aflorar el problema de los excedentes ya desde los primeros años ochenta, un problema previsiblemente incrementado con la inmediata incorporación de nuevos socios comunitarios. La situación desencadena el establecimiento de "cuotas", para determinados productos (para la leche, entre otros), iniciándose así toda una política de garantía o de precios cada vez más restrictiva para los sectores afectados. Al mismo tiempo la crisis de sobreproducción y recorte de los precios advierte de la necesidad de reforzar las actuaciones en materia de estructuras para poder continuar asegurando la rentabilidad del sector, pero ahora no tanto por la vía del mantenimiento de precios altos como mediante la reducción de costos de producción, una filosofía que vio la luz en el informe de la Comisión Europea "Perspectivas sobre la Política Agraria Comunitaria" --el libro verde de la agricultura--, materializada en el Reglamento 797/85 relativo a la eficacia de las estructuras agrarias, con el que se abre una nueva etapa en la política de estructuras. Mientras tanto las perspectivas de integración del Estado español están creando numerosas incertidumbres en el sector, tantas como expectativas, y un obligado desafío ante el que sólo cabía responder con actuaciones encaminadas a mejorar nuestra capacidad productiva; éste será el gran objetivo de las administraciones autonómicas, tanto en Navarra como en la Comunidad Autónoma Vasca, al poner en marcha sus propios planes de mejora y modernización agraria que incluyen campañas de saneamiento del ganado, programas de acondicionamiento de establos, mejora genética, etc; a tal fin se crean diversos organismos técnicos (ABEREKIN en la CAPV, Institutos técnicos de Gestión --ITGs-- en Navarra), todo lo cual va a suponer el mejor y más eficaz estímulo a la producción, al crecimiento y a la mejora de los rendimientos. La última etapa del desarrollo de la PAC sigue protagonizada por el fantasma de los excedentes; la sobreproducción, muy por encima de lo que el mercado puede absorber, está pesando excesivamente sobre los presupuestos comunitarios y amenaza la propia viabilidad de la UE. Así, mientras Bruselas reduce los precios de intervención para los productos más excedentarios y trata de restringir la producción mediante el sistema de cuotas, entran en vigor los mecanismos de reforma de la PAC plasmada en el Reglamento 2078/92 cuyos contenidos --parte de los cuales ya se habían esbozado en el Reglamento 797/85-- están dirigidos hacia dos objetivos prioritarios, por una parte a adaptar los diversos sectores productivos a las necesidades del mercado (reduciendo los excedentes) y al mismo tiempo a asegurar la conversación ambiental mediante la promoción de métodos productivos compatibles (de acuerdo con los requisitos del V Programa comunitario de política y actuación en materia de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible, instaurado en 1993). El desarrollo de la nueva política agraria se lleva a cabo a través de programas plurianuales de zona que incluyen diversas opciones a las que el agricultor podrá acogerse; entre éstas destacan las relativas al abandono de la producción, la retirada de tierras de labor a largo plazo y la extensificación de producciones vegetales y de la ganadería bovina y ovina, incluida la transformación de tierras de cultivos herbáceos en pastizales extensivos. Para ello se establece un régimen de ayudas destinadas a los agricultores que se comprometan a mantener --o recuperar-- sistemas extensivos, transformar tierras de cultivo en pastizal, reducir la carga de la cabaña bovina y ovina por unidad de superficie forrajera, criar animales de razas locales, etc., y por cada una de las opciones suscritas el ganadero (o agricultor) podrá recibir una prima anual en base al número de unidades ganaderas o de Hectáreas retiradas, a condición de cumplir los requisitos establecidos en relación a la carga ganadera. En otras palabras, como consecuencia de la reforma la renta percibida por el agricultor viene a ser la suma de los ingresos percibidos en calidad de primas o ayudas más el beneficio que obtiene de los productos agrarios.

Tabla 3. Pais Vasco Peninsular: ganado bovino.
Indicadores de producción. Año 1993
Araba Gipuzkoa Navarra Bizkaia
Producción de carne (Tm):
- Consumo directo
- Consumo industrial
Producción de la leche (000 1):
- Cría y recría
- Consumo directo
- Comercializada:
--- Venta directa
--- A centr. lech. o ind. lácteas

4.569,2
0,6

4.965
1.648

5.490
33.778

11.640.2
-

11.807
3.617

19.563
86.877

6.983*
-

-
-

-
151.854*

18.034.4
-

12,123
4.888

17.472
92.535

* 1991 para Navarra.
Fuente: EUSTAT Anuario Estadistico Vasco 1994. Manual práctico de estadistica agraria de Navarra. Gobierno de Navarra. Elaboración propia.

Tabla 4. País Vasco Peninsular:
Número de explotaciones y Margen Bruto Total (MBT)
(UDE)* de las explotaciones de ganado bovino (OTEP)
Indicadores de producción. Año 1993
Araba Gipuzkoa Navarra Bizkaia
N.º de explotaciones:
- Bovinos leche
- Bovinos carne
- Bovinos mixtos
MBT
- Bovinos leche
- Bov¡nos carne
- Bovinos mixtos

281
128
140

2.900
1.124
2.247

2.169
606
396

14.289
2.103
2.759

1.165
336
44

16.148
1.248
2.858

3.015
968
845

15.264
3.029
4.581
* UDE: Unidad de Dimensión europea.
** OTEP: Orientación Técnica Económica Principal.
Fuente: EUSTAT e INE: Censo agrario 1989 y Elaboración propia.

Estas medidas, evidentemente, provocarán a corto plazo un deterioro significativo de la renta agraria, más aún teniendo en cuenta que el establecimiento de las mismas coincide con el recorte progresivo de las Organizaciones Comunes de Mercado y con una profundización en el sistema de cuotas; por esa razón y a fin de compensar el coste económico y social de la nueva política agraria, se articula un plan de ayudas directas a la renta agraria. Entre las primas y con importantes efectos en el sector ganadero destacan las destinadas a fomentar el mantenimiento de vacas nodrizas así como de terneros de engorde y a recuperar las especies autóctonas; y, de hecho, se está produciendo un incremento significativo del vacuno de engorde en detrimento del ganado de leche, dedicando especial atención a la cabaña pirenaica cuyos efectivos están aumentando en las zonas de montaña significativamente. Con todo, los indicadores económicos siguen reflejando un neto predominio del ganado bovino destinado a la producción de leche. En cualquier caso las tendencias actuales no son los mejores referentes para atisbar el futuro de este sector pues, si cierto es que el mundo ganadero vasco ha hecho un gran esfuerzo de reestructuración para encuadrarse en el ámbito comunitario, a la vez surgen numerosos interrogantes sobre su capacidad de respuesta al desafío de los nuevos mercados.