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PATRICIO ECHEVERRIA

En Gipuzkoa, en la segunda mitad del siglo XIX, comenzó todo un proceso de reconversión, y en otros de cierre, de antiguas ferrerías. En Legazpia la ferrería arrendada por Miguel Ignacio Echeverria Apaolaza se transformó en un taller de papel y cartón. Casado con Agapita Elorza, tuvo cinco hijos, entre ellos a Patricio. Alcanzada la mayoría de edad Patricio se trasladó a Mondragón a trabajar a los talleres de la empresa Vergarajauregui, Resusta y Cía. En 1904 regresó a Legazpia y se estableció por su propia cuenta en una pequeña herrería. El 7 de agosto de 1906 patentó un procedimiento para fabricar un rastrillo en chapa de acero con ojo caldeado.