Lekaide eta lekaimeak

REMIRO DE NAVARRA

Ramiro de Navarra. Obispo de Pamplona de 1220 a 1228. Era hijo bastardo del rey de Navarra Sancho VII «El Fuerte». En 1218 era canciller de Champagne. Se había formado «en las escuelas», sin duda en las de París o tal vez en las de Bolonia. Varios obispos, prelados y hasta cardenales conocieron entonces su vida ejemplar y pidieron después a Honorio III que le dispensara del defecto de ilegitimidad para recibir las sagradas órdenes, como hijo de Sancho el Fuerte y de una mujer soltera. El papa vino en ello inducido por las virtudes del interesado más que por las súplicas ajenas. Honorio III le autorizó no sólo para retener los beneficios que había adquirido canónicamente, sino también para ser promovido a las sagradas órdenes y a cualesquiera dignidades eclesiásticas. En el mes de febrero de 1220 Blanca de Navarra y su hijo Teobaldo gratificaron con cien libras de renta a Remiro, canciller de Champagne y obispo electo de Pamplona; prometieron además trabajar para obtenerle la encomienda del Santo Sepulcro de Villacerf, en cuyo caso la renta de cien libras sería reducida a veinte. El 8 de mayo del mismo año todavía no había recibido la consagración o al menos el papa no tenía noticia de ella, pero seis días después un documento le llama obispo de Pamplona a secas. El 15 de febrero de 1221 Jaime I el Conquistador, desde Zaragoza, toma bajo su protección al obispo de Pamplona, don Remiro, junto con todos sus bienes, especialmente las iglesias de Uncastillo con sus términos y pertenencias, mandando que nadie lo inquiete so pena de mil maravedíes. Lo trata afectuosamente, llamándole «carísimo consanguíneo nuestro». El baile de Uncastillo también estaba enterado de la regia alcurnia de don Remiro, puesto que le aplica el calificativo de «nobilísimo». Tuvo al menos cuatro hermanos: Pedro, abad de Iratxe, Guillermo, Ximeno Sánchez y Lope Sánchez. Lejos de despilfarrar sus copiosas rentas, las empleó en aliviar las miserias ajenas, convirtiéndose en padre de los pobres. Su episcopado fue positivo. Ayudó a la pacificación de los burgos pamploneses, firmando una paz en 1222. Saneó asimismo la economía de la diócesis, acabando de pagar las deudas contraídas por el obispo Juan de Tarazona. Durante su mandato se fundó el convento de clarisas de Pamplona. Murió el 22 de enero de 1228. Ref. José Goñi Gaztambide: Historia de los obispos de Pamplona, I.

Testimonio de la paz y concordia verificadas entre Sancho VII el Fuerte y el obispo Remiro de Navarra con los barrios de Pamplona. Documento fechado en Tudela el 28 de julio de 1222. Su parte dispositiva traducida es la siguiente:

que los de la Población, Navarrería y San Miguel, olvidasen todo el odio concebido entre ellos por la quema de la Población y enmiendas por razón de la guerra pasada; que los del burgo de San Saturnino olvidasen, así mismo, los daños de las cosas suyas que se quemaron y del fosal viejo que pedían; que todos los habitantes de las cuatro partes de la ciudad, desde siete años arriba, jurasen guardar paz y concordia á buena fe y sin engaño; que si alguno intentare perturbarla se uniesen todos contra él, hasta echarlo de la vecindad y destruirlo; que los de la Población reedificasen sus casas; pero de tal suerte que hacia el burgo de San Saturnino no se levantasen más que tres codos en alto y uno en ancho, de piedra y cal; que sobre estos cimientos no levantasen las paredes sino de tablas, y no más que el alto de una lanza militar, y que no hiciesen troneras de vallestas, ventanas, albañales ni acueductos, ni echasen las goteras en el foso del Burgo, a no ser que quisiesen retirar las casas un codo, de suerte que no vertiesen dentro del foso, sino fuera de él, e! agua de lluvia; que no se levantase fortaleza alguna en la Población contra el muro del Burgo, demoliéndose las que hubiere; y que las murallas exteriores pudiesen levantarlas y fortificarlas cuanto les pareciese.