Udalak

Baztan

Es tierra poblada desde antiguo como atestigua, entre otros, el dolmen de Oiza, cerca de Elizondo. Marca la incluye en el ducado de Vasconia. Por su extremo sur pasaba la vía Astorga-Burdeos que cruzaba todo el País Vasco, vía más tarde aprovechada por las peregrinaciones. En el prólogo del Fuero de Navarra se lo menciona, como lugar no alcanzado por la invasión árabe:

"Entonz se perdió Espayna ata los puertos, sinon Galicia, Las Asturias et daqui Alava et Vizquaya, et de la otra part Baztán et la Berrueza..."

A esto agrega el Príncipe de Viana:

"por quante los cristianos fueron muy sobrepujados de los moros hobieron de desamparar las Españas, los quales en breves días conquistaron los dichos moros salvo Galia e las Asturias... Alava, las cinco Villas, Baztán, la Berrueza".

El señorío de Baztán fue instituido por Sancho el Mayor de Navarra hacia el año 1025 y fue entregado a Semen I Ochoaniz, señor de los castillos de Jauregizar, de Maya y de Irurita. Semen habría casado hacia el año 1000 con D.ª Munia, señora de Castro-Urdiales, Arruesga y Soba, que estaba viuda en el año 1040. Hijos suyos fueron Garcia Semeniz llamado de Irurita, vizconde de Baztán, Lope Semeniz, vivo entre 1057 y 1067, y Fortún Semeniz, señor de Murusla en 1056 y de Cervera en 1075. Garcia Semeniz, señor de Lizarra (Estella) y Castro-Urdiales en 1046 y 1047, murió antes de 1051. D.ª Mencia Fortunez con la que había casado hacia 1025, hizo donación del monasterio de Leire, en 1079, en sufragio del alma de su marido, del lugar de Aldea que había adquirido del rey Sancho IV García, y el año siguiente, entregó también a la misma abadía la tierras que poseía en Huza, en presencia de cuatro de sus hijos. García Semeniz dejó seis hijos: Semen Garciez, vizconde de Baztán, Sancho Garciez, señor de Echauri de 1080 a 1087, Lope Garciez, señor de Aoiz y de Nagote (debe de ser Nagore) en 1080, Eneco Garciez, señor de Navascués y de Sangüesa en 1080, N., casada con Sancho y cuyo hijo murió a manos de su tío el vizconde de Baztán y N., mujer de García, señor de Villagossa. Semen II Garciez, vizconde de Baztán, fue señor de Lizarra y del valle de Salazar en 1051 a 1080. En 1068 el rey D. Sancho el de Peñalén le dio, para recompensar sus servicios, la villa de Aldunate con sus dependencias hasta la iglesia de San Antonio y recibió de él dos caballos y dos perros.

Al año siguiente, Semen Garciez donó esta villa, con su palacio y una heredad situada en Aibar al monasterio de Leire, y hacia 1095, donó a Bernard, obispo de Bayona, y a su cabildo la iglesia de Santa María de Maya, por sus pecados y por el crimen que había cometido en la persona de Semen Sanchez, hijo de su hermana. Murió algo después y, en 1099, Lope García y Fortún Garciez, sus hermanos, disputaron al monasterio de Leire la propiedad de Aldunate y la heredad de Aibar que Semen Garciez había dado a los monjes en 1069; pero se les hizo renunciar a sus derechos por medio de la corte del rey. Semen Garciez dejó de su matrimonio concertado en 1065 una hija llamada María Semeniz, vizcondesa de Baztán, casada en 1085 con Fortún Eneconez de los Cameros, pariente suyo en cuarto grado. María tuvo a Semen III Fortunez, vizconde de Baztán en 1119, que murió sin posteridad, y a Pedro Fortunez, vizconde de Baztán. Este recuperó, hacia 1135, la iglesia de Santa María de Maya que su abuelo materno había donado a punto de morir a Bernard, obispo de Bayona, y se la dio Pedro Pedriz de Baztán, su hijo.

Arnaud Lup de Bessabat, obispo de Bayona, excomulgó entonces al vizconde y a su hijo pero el vizconde la retuvo durante más de treinta años. Pedro Fortunez vivía todavía en 1168, época en la que él sometió al arbitraje de Guillermo Bertrán de Bayona, obispo de Dax, de Vivian, obispo de Lectoure, y de Bertrand, vizconde de Bayona, el diferendo que él tenía con Fontaner de Miramont, obispo de Bayona, sobre los cuartos decimales del valle de Baztán. Después de que siete canónigos de Bayona hubieran declarado, bajo juramento, que su catedral había poseido estos diezmos desde tiempos inmemoriables y que ni la iglesia de Santa María de Maya ni los habitantes de este lugar no habían nunca ejercido derechos en el valle si no fuera a nombre del cabildo de Bayona, el vizconde cedió sus derechos y puso por fiadores a Sancho Bonión de Urtubia y Messeriath de Sault en presencia de todos los "Hombres buenos" de Lab., Arberoa y Baztán. Pedro Fortunez había casado hacia 1110 con María Ramirez de Aibar que dio a luz a Sancho Pedriz, Pedro Pedriz de Baztán al que su padre otorgó la iglesia de Maya hacia 1135, y Semen de Baztán, matado hacia 1150 por Bernard de la Cassie y cuya muerte fue vengada por su prima, Elvira de Gramont, que arrancó los ojos al asesino. Sancho Pedriz, vizconde de Baztán, casó hacia 1140 con Jordana que le dio cinco hijos: Pedro Sánchez, García de Baztán que tuvo en 1187 San Martín de Unx, en 1190-1194 Dicastillo, en 1194 Aibar, en 1195 y 1196 Arlucea y en 1201 Peralta; Fortún de Baztán que fue señor de Tafalla en 1192 y de Erga en 1195 y 1196; Roderico de Baztán, alcaide de San Juan de Pie de Puerto en 1194-1196 y señor de Peralta en 1210; por último a Gonzalo de Baztán, señor de Laguardia en 1198, de Peralta en 1201, antes de su hermano Garcia, en 1203. Pedro II Sánchez de Baztán murió antes que su padre.

Había casado con N. en 1170 que volvió a casarse con Ramiro Sánchez, señor de Piedrola, poco después, el cual la hizo madre de Pedro Ramírez de Piedrola, que llegó a obispo de Pamplona en 1234 y murió antes de 1241. Pedro Sánchez tuvo de este matrimonio a Juan Pérez, señor de Baztán, al que el rey hizo sucesivamente varias donaciones: los honores de Maya en 1208, Monreal en 1210, San Vicente en 1214, Marañón y Artaso en 1217, Laguardia en 1218-1234, Punicastro, Dicastillo y Viana en 1237. Provisto del cargo de alferez real de Navarra desde 1129, era hermano del obispo de Pamplona Pedro Remirez de Piedrola. Era también señor de Ainhoa, Lab. Casó hacia 1205 y tuvo a Gonzalo Juaines o Ibainnis, señor de Baztán, de Laguardia y de Mendigorria, ricombre y alferez real de Navarra desde 1254 a 1280. En 1276 se sumó a Don García Almoravid y a Juan de Vidaurre junto con su hijo, Juan González, en la sublevación de la Navarrería que tuvo lugar durante la guerra de los barrios de Pamplona. Había competido por el gobierno del reino a la minoría de edad de la reina Doña Juana, hija de D. Enrique.

Al entrar en Pamplona los ejércitos franceses pasó a Castilla; todos sus castillos fueron arrasados y sus bienes confiscados. Hizo su testamento en Calahorra el 7 de octubre de 1280; por éste se puede saber el nombre de sus dos hijos. Juan González de Baztán, se estableció en Castilla donde su posteridad adoptó el nombre de Bazán, más tarde marqueses de Santa Cruz. Su solar en Baztán se llama Jauregizar o sea Palacio Viejo. Lope de Vega dedicó en su Jerusalén Conquistada, varios versos en loor de don Enrique de Baztán que con cien hidalgos baztaneses, dice don García Góngora, asistió a la conquista de la Tierra Santa con el infante don Ramiro de Navarra, a quien titula rey, y fue hijo de otro don Ramiro, señor de Calahorra, hermano de Don Sancho el de Peñalén; el rey Don García Ramírez el Restaurador fue hijo del Segundo don Ramiro que se halló en la Tierra Santa, y de doña Elvira, hija del Cid. Moret copia un testamento de este don Ramiro en que hace mención de unas reliquias que trajo de su expedición a Jerusalén, pero este documento parece sospechoso al mismo Moret. Ref. Jaurgain: La Vasconie, t. II; José Yanguas y Miranda: Diccionario de Antigüedades de Navarra.

Los reyes de Navarra reconocen la calidad de hidalgos a los baztaneses. Muchas y repetidas veces honraron los monarcas vascos a los habitantes de este dilatado valle. Alfonso I de Navarra y Aragón honró a este valle titulándose rey de su nombre en un privilegio dado a Sangüesa en 1132 en el que dice "reinando por la gracia de Dios en Aragón, Pamplona, Alava, Baztán, y en Ribagorza y el Pallarés". Refiriéndose a este título real dice Moret que

"siendo esto con novedad y tan próximamente al cerco de Bayona, se reconoce la quiso honrar, obligado de los recientes servicios y asistencias en él de los nobles moradores de aquel valle, que toda, en sus catorce pueblos, es de hijosdalgo y toda tan cerca a Bayona, que la divisa de sus montes con claridad en días no muy claros".

En 1192 D. Sancho el Sabio otorga fueros y privilegios al lugar de Aniz y en 1193 el mismo monarca concede fueros y privilegios a Berroeta. En 1212, reinando Sancho el Fuerte, le fue concedido el escudo por el valor con que se comportaron los baztaneses en la batalla de las Navas. Hay un estandarte guardado en la casa del ayuntamiento del Valle, en Elizondo, que se cree arrebatado a los almohades en la famosa batalla. Carlos III el Noble declaró (1397) que no fuese impedimiento para gozar la calidad de hijosdalgo e infanzones que les correspondía, el tributo perpetuo de 80 florines de Aragón que pagaban a Doña Toda Martínez por los molinos y otros bienes. Algunas veces esta calidad de hidalgos fue olvidada por la realeza. En 1440 se declaró, en el pleito contradictorio de este valle con el patrimonial del rey, que todos sus vecinos habitantes y moradores eran hijosdalgo.

La sentencia fue confirmada por el Príncipe de Viana en 1441. Tratábase en el pleito de si los baztaneses debían o no pagar pecha al rey por el pasto de los ganados de cerda en los montes; y en la vigorosa defensa del valle sosteniendo sus derechos, se leen las notables palabras que siguen:

"Car los fidalgos et infanzones, en Navarra, no son poblados en tierra realenga nin pechera, ni en tierra que la propiedad sea del rey; ni los fidalgos infanzones de Baztán, que en las guerras de Francia et Navarra, et de Castilla, et en las conquistas antiguas, ficieron é han fecho tan señalados servicios á la corona de Navarra, non consentieran ser poblados en tierra del rey pechera, eillos seyendo repartidores de la tierra, et facedores, con el present rey, de sus fueros et avenencias; nin los presentes consienten, ni consentirian en la dicha declaración, ante sabrian dejar la tierra é ir á poblar á otra parte".

1630, Información del Real Consejo de Navarra donde se hace constar que los catorce pueblos del Valle y Universidad llevan las mismas armas que son un escudo escaqueado de blanco y negro. El valle de Baztán siguió pleito contra don Joaquín Francisco de Arizcun, barón de Béhorleguy, y don Juan Antonio Eslaba, porque en las Cortes de Navarra del año 1677 se decían señores de Arizcun y de Zozaya o Sazaya, barrio de Aronoz, y el valle obtuvo sentencia favorable declarando que en lugar de decirse cuyo es Arizcun y cuyo es Zozaya se dijese cuyo es el palacio o solar de Arizcun o Zozaya. En 1685 se publica la "Executoria de la Nobleza, Antigüedad y Blasones del Valle de Baztán" por su primer historiador Juan de Goyeneche. El rey concede (1709) a Baztán la jurisdicción criminal. En 1769 tiene lugar la defensa preservativa del valle de Baztán en la causa fomentada por el lugar de Urdax, pretendiendo eximirse de la jurisdicción del monasterio de este nombre e incorporarse a la Corona.

Al levantar el sitio de Pamplona D. Juan de Labrit y retirarse con su ejército por Baztán a Ultrapuertos, fue derrotado su retaguardia por los guipuzcoanos que se apoderaron de doce cañones de artillería pesada. En 1521, tercer intento armado de reconquista de Nav. por sus legítimos soberanos. En ella participan Miguel y Juan, hermanos de San Francisco Javier, que en el mes de octubre de dicho año tenían en su poder, con 200 soldados navarros, la parte superior del valle de Baztán y hacían frente en el castillo de su madre (Azpilcueta) y en el fuerte de Maya al ejército español. Al caer, en 1522, la fortaleza de Maya, se dirigen sobre el fuerte de Fuenterrabia. El Virrey Juan de Vega encomienda (1543) a don Francés de Lodosa la guarda de la tierra de Baztán y Cinco Villas ante el peligro de entrada de los navarros y sus aliados los franceses, ordenando a los capitanes de las villas de la comarca, que le obedezcan en todo. En 1639, invade el Baztán el ejército del duque de Agramont con el fin de apoderarse del castillo de Maya pero tiene que retirarse.

Es precisamente en un lugar de este valle, Bozate de Arizcun, donde se localizó una de las colonias de agotes más numerosas del país junto con el barrio de los mismos de Bayona. Las versiones sobre la fecha de su establecimiento-suponiendo que lo hicieran alguna vez y no sean autóctonos- son muy diversas remontándose, por lo general, a los oscuros inicios de la edad media. Según algunos autores se trataría de visigodos (Moret) en situación de minoría en el país, para otros (Marca) serían los agotes descendientes de musulmanes en igual situación, para Guilbeau procederían de Francia expulsados por Felipe el Luengo en el siglo XIV... De todas formas no aparecen en los registros de bautismos de Arízcun hasta el siglo XVII por lo que se podría inferir, o que no eran bautizados, o que no eran admitidos en la iglesia.

Sin embargo, ésta ya había tomado su defensa en el siglo anterior. Del 13 de mayo de 1515 es la bula pontificia recomendando al Chantre D. Juan de Santa María, el examen de la petición de los agotes al Papa (1514) para que se los tratase como a los demás fieles. De 1516 la sentencia del juez eclesiástico, leída en la Catedral de Pamplona, para que en la administración de sacramentos, presentación de ofrendas, etc., se igualase a los agotes con las otras gentes. En 1517 protestan los agotes ante las Cortes Generales por, las vejaciones de que son objeto y en 1520 los tres Estados de Navarra confirman a los agotes los derechos de ciudadanía. Pero, a pesar de todas estas defensas -el licenciado Pedro de Ursua lo hace en 1673, las Cortes de Navarra de 1817 prohiben que se les llame con nombres infamantes- su situación evoluciona muy lentamente, siendo apenas a comienzos del siglo XX cuando puede decirse que se han olvidado las viejas discriminaciones.

Los pleitos con las localidades vecinas y con el Estado. Los principales litigios tienen lugar con Zugarramurdi (1677), monasterio de Urdax (1725) y Quinto Real. Data de 1725 el memorial al rey sobre las bordas construidas en Aldudes por los habitantes de Baigorry, pidiendo su mediación al vizconde de Echauz. Sobre el asunto de los Aldudes hay quejas, pleitos e informes en 1732, 1871, 1782 y 1902 entre otros. En 1740, se arreglan las diferencias entre el monasterio de Urdax, el pueblo y Zugarramurdi con el Valle de Baztán sobre la edificación de la ferrería de Bakiola, plantación de árboles y prohibición de sacar ni por sí ni por otro, a los vecinos de Urdax, Zugarramurdi y el Monasterio, madera, árboles, tablones, tablas, tablillas para pipas, remos y leña cualquiera. Hay en 1872 un pleito de los Valles Baztán y Erro contra el Estado sobre pertenencia de Quinto Real. Ganan los primeros. En 1873 hay una sentencia del Tribunal Supremo anexionándose al Estado Quinto Real, en segunda instancia para acabar en 1919 con la redención por el Estado de la servidumbre del Quinto Real que poseía el Valle.

7 marzo 1793 - 22 julio 1795. Desde el mes de mayo la frontera entre las dos Navarras -la Baja y la Alta- se convierte en escenario de acciones militares entre las tropas convencionales y españolas. Maya cae en manos revolucionarias el 3 de junio de 1794. La invasión penetra por Elorrieta y obliga a los defensores a retirarse sobre Errazu abandonando el material. El 6 de mayo los habitantes de Errazu hacen frente, junto a las tropas españolas, a 16.000 franceses a los que rechazan. El 10 el marqués de San Simón, con tropas españolas, se establece en Irurita procedente del puerto de Arkinzu de donde había sido desalojado. Pero es verdaderamente el día 25 de julio cuando se produce la invasión total del Baztán, y Gipuzkoa.

Errazu es abandonado y las tropas españolas se retiran hasta Arizcun. Desde allí empujados por los convencionales vuelven a hacerlo hasta Elizondo a pesar de una dura resistencia. Prosiguiendo su ofensiva en tierras baztanesas, los convencionales tuercen hacia Pamplona ese mismo día 25, obligando a retroceder al enemigo hasta Almándoz para cubrir el camino de la vieja capital del reino. El 15 de agosto las tropas francesas procedentes de Elizondo, Santesteban y Tardets (Zub.) se concentran en Lanz para proseguir su marcha al corazón del reino, pero más tarde se abandona la campaña hasta la primavera siguiente quedando estancado el frente navarro hasta la paz de Basilea, el 22 de julio de 1795.

1833-1839. En los días iniciales de la guerra, el alcalde del valle, que era a la vez capitán a guerra del mismo, Martín Echeverría, ofreció una compañía que con la del cura Irañeta y la del oficial Sagastibelza reforzó a Iturralde que pudo así contar con 900 hombres armados en Navarra. Comisionado Espoz y Mina por el gobierno y en vista de su escaso éxito en el valle, prefirió usar de mano dura. Una de sus primeras maniobras fue cerrar el acceso al Baztán por la Burunda. Pero en enero de 1835, los carlistas han ocupado Lecároz, Irurita, Elvetea, acercándose a la guarnición gubernamental de Elizondo. Mina envía en su socorro al coronel Ocaña con cerca de 1.800 hombres que estaban en Villaba (6 de febrero).

Ocaña es asaltado por los carlistas en Belate viéndose obligado a hacerse fuerte en Ciga, desde donde pide socorro a Mina. Acudió Zumalacárregui también al cerco de Ciga, lugar este que sufrió el cañoneo carlista hasta el día 12 en que, al recibirse noticias de la llegada de Mina, los carlistas levantaron el cerco, en pleno temporal de nieve. Ocaña pudo entrar en Elizondo al que también llega Mina el día 14 aunque vuelve a Pamplona el 21. Sin embargo el 9 de marzo vuelven a hostilizar los carlistas lo que obliga a Mina, a la sazón achacoso, a rehacer a regañadientes la entrada en el Baztán. Es en la batalla del monte Larremiar-nombre que tanto Pirala como Valera confunden con el del pueblo de Larrainzar (Ulzama)- donde se enfrentaron por primera y última vez los dos caudillos militares vascos, atrevidos y astutos ambos, el liberal Mina y el carlista Zumalacárregui. La batalla tuvo lugar el 12 de marzo de 1835, cuando Mina, acompañado de su valerosa mujer, acudió a levantar el cerco carlista (Sagastibelza) de Elizondo, pieza clave de Baztán por su cercanía a la frontera.

Zumalacárregui estuvo a punto de infligir una tremenda derrota a las tropas cristinas mandadas por Mina, pero una treta de éste, que fue herido en el combate y estuvo a un paso de caer prisionero, logró salvar la situación. El cerco de Elizondo quedó roto el día 13 entrando Mina en la villa. Al día siguiente intentó el navarro averiguar dónde se había ocultado la artillería carlísta y al no conseguir ninguna confesión de los vecinos de Lecároz mandó fusilar a uno de cada cinco hombres del lugar presentes -muchos habían huido- y, exasperado, incendiar el pueblo que ardió durante tres días para escarmiento del valle. Mina suscribió el plan de campaña contra los carlistas en Elizondo.

En el Baztán se exceptúan en 1862 los montes del valle de la ley de desamortización, pero en cumplimiento de la ley de desamortización civil del 1 de mayo de 1855, se vendieron, en 1863, una borda y un caserío con sus respectivas tierras, el caserío Etxarri con sus tierras y la casa n.° 16 calle Mayor en Maya; en 1865, una huerta en la calle Mayor de Elizondo y, 1863, una casa fragua en Elvetea.

Valle del 6.° parte de la merindad de Pamplona, reino de Navarra, denominado también universidad y república. Baztán es un claro exponente de la persistencia de rasgos gentilicios en nuestro país. La propiedad comunal de las tierras y la calidad de "hidalgo" que confería a cada uno de sus vecinos el derecho a estas tierras en común, son rasgos que persisten hasta bien entrado el siglo XIX. Los pastos y montes son aprovechados en común por medio de un concejo. Estos concejos legislaban por medio de las Ordenanzas o recopilación de las costumbres del valle, efectuada la primera en 1544 y enmendada en 1696 y 1832. Al sistema colectivo de asamblea de todos los vecinos siguió el concejo abierto o Batzarre para el régimen de cada pueblo, mientras que para el gobierno de todo el valle o Universidad del Valle de Baztán, rigió el sistema de Regimiento de base electoral de vecinos, sustituido ya modernamente por el sufragio universal.

Esta persistencia democrática, hizo que los baztaneses carecieran de dominio de Señores, ya que éstos sólo podían serlo de los palacios o casas solariegas incluido el vizconde. La base principal del patrimonio de una familia baztanesa la constituían los derechos que la casa vecinal y los vecinos tenían en los terrenos comunales de tal modo que en Baztán era posible la constitución de una familia sin base de propiedad individual, aduciendo sólo sus derechos a los terrenos comunales regulados por las Ordenanzas. Estos derechos pertenecían a los vecinos, los hijos de los vecinos y a los inquilinos de la casa vecinal que a su vez tenían la obligación de plantar en los terrenos comunales "en cada año cuatro planzones de robre". Los advenedizos que accedían por vía matrimonial a la sucesión de las casas vecinales, tenían que acreditar, antes de ser aceptados como vecinos, su limpieza de sangre y en caso de no poder hacerlo en el plazo de un año, la casa a la que entraban a formar parte perdía el derecho de vecindad.

Otros medios de adquisición de este derecho no eran aceptados, lo cual demuestra la fortaleza que aún tenían los lazos de consanguinidad y la repugnancia a incorporar elementos extraños, rasgos propios a diversas comunidades arcaicas. Con anterioridad a la ley de ayuntamientos del 8 de enero de 1841 había en el siglo XIX sólo un alcalde para todo el valle; duraba tres años y era elegido por el virrey de la terna que le presentaban los vocales del valle. La persona elegida era también capitán de guerra revisando en el trienio el estado de las armas y mandando el ejercicio a los vecinos útiles que se juntaban para este fin. Para los asuntos menores cada pueblo nombraba a sus regidores. Pero la casa común dei ayuntamiento, sede de las Juntas Generales del valle, estaba en Elizondo a excepción de la que se celebraba en septiembre en Elvetea.

Invasión de Baztán: 1876. La invasión de Baztán y la derrota carlista de Peña Plata o Atxuria marcó el final de la tercera guerra. El general Martínez Campos salió de Pamplona y se dirigió al Baztán con destino a Guip. para cerrar la retirada a los carlistas. El 2 de febrero penetraba en el valle a la cabeza de 24 batallones. Una vez instalado en Elizondo, ocupó la aduana de Dancharinea mientras que el carlista Pérula se situaba en Santesteban. A la caída de Montejurra en manos liberales (Primo de Ribera), Martínez Campos se propuso ocupar las alturas de Peña-Plata para pasar de este modo a Vera y Arichulegui; el alto estaba defendido por Larumbe, comisionado por Pérula, cuyas tropas chocaron con las liberales procedentes de Urdax y Zugarramurdi el 18 de febrero teniendo que abandonar las Tres Mugas y el alto del Centinela. El 19, la vanguardia del liberal Blanco alcanzó la altura, tras enconado combate, donde murieron los coroneles carlístas Elío y Angosto y poco después Larumbe. El 20, Martínez Campos, futuro marqués de Baztán, entraba en Vera donde habría de encontrarse con el ejército liberal que había entrado en Gipuzkoa. Días más tarde acababa la guerra.

IEZ