Marrazkilariak

Sáenz de Tejada Lezama, Carlos

Pintor y dibujante; muralista e ilustrador, nació en Tánger el 22 de junio de 1887 y murió en Madrid el 23 de febrero de 1958.

Realizó sus estudios en Orán, donde su padre era cónsul de España, en Francia y en Madrid. En la capital española trabajó en el taller de López Mezquita, dirigido más tarde por Álvarez de Sotomayor. En 1916 ingresa en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, donde tiene como maestro, amén de a Mezquita y Sotomayor, a Sorolla. A partir de 1921 colabora con el diario La Libertad; desde 1924 hace ilustraciones para las revistas Nuevo Mundo, Aire Libre y La Esfera, entre otras. Toma parte en la "Exposición de Artistas Ibéricos" de 1925 y ese año se instala en París, donde residirá por espacio de 10 años. Allí colabora con publicaciones como L'Ilustration, Vogue o Fémina, realizando ilustraciones sobre temas españoles. Trabaja en varias editoriales como La Pléyade, Chiffrin o Draegger y colabora con publicaciones de Londres, Berlín y Nueva York. Aparecen por esta época dibujos suyos en ABC y Blanco y Negro e ilustra obras de Daudet, Dickens, Dumas y Verne.

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En 1935 regresa a la Península y se instala en Laguardia (Álava), localidad con la que tenía vínculos familiares y de la que será nombrado hijo adoptivo en 1938, por lo que a menudo se le ha asignado esta localidad como lugar de nacimiento. Estallada la Guerra Civil en 1936 se integra como voluntario en el bando nacional, convirtiéndose en "ilustrador oficioso" de la contienda. Colabora en la revista falangista Vértice de San Sebastián (1937-1943) e ilustra la Historia de la Cruzada de J. Arrarás, para Ediciones Españolas.

En 1944 la Escuela de Bellas Artes crea para él el departamento de Dibujo de Ilustración, y es nombrado Profesor de Pintura Mural en la Escuela de Artes y Oficios de Madrid. Durante 1947 realiza las ilustraciones de libros como Don Juan Tenorio de Zorrilla, El Bosque Animado de Fernández Flórez y Zogo-Ibi de Larreta. Este mismo año recibe la Medalla de Oro en la Exposición Nacional de Artes Decorativas. En 1948 obtiene la cátedra de Ilustración en la Escuela de San Fernando. Al año siguiente consigue el premio de Dibujo en el "Concurso de Dibujos y Grabados de Escenas y Libros Militares". En 1950 ilustra Los Intereses Creados de Benavente, recibe la Medalla de Plata de Bellas Artes y es nombrado presidente de la Asociación de Dibujantes. En 1951 trabaja en bocetos y figurines para el Teatro Español y organiza, con la Asociación de Dibujantes, el "I Salón de Ilustradores". A lo largo de 1952 realiza varios trabajos en Vitoria. En 1955 recibe la Primera Medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes y es nombrado vocal del Consejo de Cultura de la Diputación Foral de Álava. Camón Aznar afirma:

"La sencillez casi esquemática de su dibujo con leves sombreados y trazos sueltos da a cada uno de los objetos y seres representados categoría de símbolo...Por eso sus crecientes perspectivas se originan con alusiones, con temas insinuados, que sugieren un ambiente o predisposición. Todos los paños se pliegan a este ilustrador con solemnidad de cortinajes o con duro viento de banderas. Y en actitudes de los paisajes hay tensiones de un esfuerzo o escorzo heroicos". Respecto a la temática, evolucionó de un barroquismo costumbrista con añoranzas "imperiales" y épicas hacia un regionalismo vasco más sosegado. Señala Camón: "Hombres y mujeres de estado llano, que alternan con gitanos y truhanes; arrieros, clérigos, moriscos de amplias chilabas que sestean entre azoteas y palmerales morunos, vistos desde los alcores. Artesanos, recios marineros que buscan la aventura en el mar: conquistadores del s. XVIII, 'forrados como relojes'; monjas, beatas, guerrilleros de ayer y hoy; éstos tan cercanos que exhiben el atuendo de camuflaje. Tipos que pululan entre pollinos, cabras, trotones, blancas palomas que flotan en el aire como limpios pensamientos... sobre ruinas de castillos, de palacios o de iglesias que evocan nuestras glorias. Canes flacos y tristes o aristocráticos galgos corredores, jamelgos...". Según García Díez "el estilo de Carlos Sáenz de Tejada ha permanecido vinculado a la estética del s. XIX, sin embargo, sus obras no son decimonónicas; puede que no se puedan ubicar en vanguardias, pero de ninguna manera resultan trasnochadas. Del s. XIX tomó el respeto al natural, del modernismo su valor ornamental, del barroco los volúmenes y la distribución escenográfica, su pintoresquismo no es novecentista sino puramente sicológico. Resumiendo su principal cualidad sería la visión del pasado con la exaltación lírica, clara y fantaseada del presente".

El Ayuntamiento de Vitoria le dedicó en 1977 una calle entre Abendaño y Bustinzuri.

Ref. García Díez, J. A.: La pintura en Álava, Vitoria, 1990.