Resistencia señorial. Un día de agosto de 1536, a resultas de una fuerte discusión entre varios peralteses, un tal Juan de San Julián resultó herido y los agresores se refugiaron en el palacio de Miguel de Goñi, según refiere Idoate en Rincones..., [t. III, págs. 156-160]. Al acudir el baile de la villa acompañado por el alcalde y un jurado para exigir la entrega de los refugiados el palaciano se negó. Vino el mismo marqués de Falces, bajo cuya jurisdicción quedaba Peralta, pero Miguel de Goñi se resistió e incluso les insultó. Finalmente entraron en la casa por la fuerza y aprehendieron al palaciano, quien fue posteriormente condenado en Pamplona a cuatro meses de destierro.