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OÑATI

Depuración y control social en Oñati durante el Primer Franquismo. Para culminar con el estudio de los procesos represivos en Oñati debemos referirnos a la depuración que se lleva a cabo por las nuevas autoridades para, de esta manera, lograr un control de la sociedad oñatiarra lo más completo posible y eliminar social y laboralmente a aquéllos que -según la Ley de Represión de la Masonería y el Comunismo- "se infiltran en nuestras filas".

Las depuraciones laborales son un aspecto todavía poco conocido dentro de los procesos represivos puestos en marcha por el Franquismo. A pesar de ello de algún sector como el Magisterio empieza a tenerse un conocimiento más concreto. Sin embargo, a diferencia de lo que ocurre en otros lugares de Gipuzkoa, ningún maestro de la localidad resulta sancionado, dato que no deja de sorprender teniendo en cuenta que el 24% de los maestros guipuzcoanos son sancionados y dada la incidencia de la represión en la localidad. Por el contrario, el profesorado del Instituto de Oñati sí se ve afectado por la depuración. De los siete profesores que hemos localizado su expediente de depuración cuatro son confirmados mientras que tres se ven sometidos a un intenso proceso depurativo. Quizá el caso más interesante sea el de Rafael Hernández Ruiz (A.G.A.-Educación, leg.18.746), profesor de Geografía e Historia en el Instituto de la localidad y que pone de manifiesto el peso de la Iglesia Católica en la posguerra.

El citado profesor, al comenzar la Guerra Civil, parece que se encontraba en Madrid, lo que supone que al comenzar el curso escolar no pudo reincorporase, lo que le supuso que se formularan en su contra una serie de cargos, entre ellos el abandono de destino y el de "ateo y profesar ideas disolventes". En 1939, cuando acaba la guerra, continúa su expediente de depuración, que se había interrumpido -a diferencia de lo que ocurre con los maestros- hasta que pudiera presentarse en su lugar de destino. En este momento tiene importancia un informe redactado por el párroco de Oñati, en diciembre de 1936, en el que desmiente las acusaciones a la vez que señala que es "un verdadero indiferente respecto a derechas e izquierdas". El expediente se resuelve con su confirmación en diciembre de 1939 tras presentar el expedientado el consiguiente pliego de descargo y tomarse en consideración el informe del párroco.

Otro de los depurados en Oñati fue Damián Lizaur Lasa, que fue Diputado Provincial durante la Dictadura de Primo de Rivera, entre 1923 y 1927, y concejal de Oñati entre 1916 y 1923. Tras la ocupación de Oñati fue detenido como rehén al ser cuñado de José Miguel Gomedio, al que -como hemos visto- el Tribunal Regional de Responsabilidades Políticas condenó a la pérdida total de bienes. La razón de su detención es que, además de encontrarse en Bilbao su cuñado -ejerciendo como fiscal del Tribunal Popular- se encontraban en la capital vizcaína "dieciocho detenidos de esta localidad" (AGA-Educación, leg.18.478). La toma de rehenes, aunque pueda sorprender, era una práctica habitual en los primeros tiempos de la Guerra Civil. En Navarra se pueden documentar numerosos casos de personas que son detenidas -entre ellas la familia del diputado nacionalista Manuel de Irujo- con la pretensión de proceder a su canje por detenidos en la zona republicana o como garantía de las vidas de los detenidos en la zona no controlada por los sublevados. Sin embargo estas prácticas y los canjes se prohibieron a los pocos meses del conflicto por parte de la Junta Técnica, pero siguieron produciéndose a lo largo de todo el conflicto (Cfr. Barruso, 2001). Pese a que la "Comisión C", encargada de la depuración de la Enseñanza Secundaria, se inhibe en el caso de Damián Lizaur dado lo endeble de los cargos que se formula en su contra -pertenecer al P.N.V., partido que el depurado abandonó en 1916- la Comisión de Cultura y Enseñanza de la Junta Técnica del Estado, radicada en Burgos, decide sancionarlo e inhabilitarlo para cargos directivos y de confianza, la sanción más benigna que imponían, y que prueba que las acusaciones contra Lizaur carecían de fundamento.

El expediente de depuración de Genaro Fernández Santamaría, director del Instituto de Oñati desde 1935, nos ofrece mucha información sobre la vida en Oñati durante la II República y los primeros tiempos del Franquismo. En el caso de este profesor de ciencias, miembro del Centro Republicano de Oñati y antiguo "upetista" arranca de un polémico artículo publicado en su contra en el diario tradicionalista de San Sebastián "La Constancia" en el que se señala que "había expuesto en su clase la teoría darvinista causando escándalo entre sus alumnos" (AGA-Educación, leg.18.470). Tras la ocupación de la villa, y pese que se sumó al "Alzamiento" ese mismo día, es detenido acusado de colaborar con la Comisaría de Abastos del Frente Popular. Sancionado con 2.000 pesetas de multa es confinado en Segovia, pero en diciembre de 1936 está de nuevo en San Sebastián, pero esta vez en la cárcel. Los tradicionalistas de Oñati formulan toda clase de acusaciones en su contra considerando que "por sus ideas ateas le consideramos incompatible e indeseable para con el pueblo", opinión que repite el informe de la Guardia Civil, si bien indica que llegó a "admitir en su domicilio a personas que fueron a resguardarse de las hordas rojas". Llama la atención, que por el contrario, el párroco, sea mucho más moderado en sus opiniones cuando declara que "la conducta católica es bastante corriente, bautizaba a sus hijos, asistía a misa los domingos..." no dando ninguna importancia a la cuestión del darvinismo que generó la polémica por la cual, a fin es sancionado. Finalmente la "Comisión C" le sanciona con la suspensión de empleo y sueldo durante dos años a la vez que lo inhabilita para cargos directivos. Genaro Fernández se reincorporó a la Enseñanza el año 1938 en Llames y en 1940 regresó a San Sebastián, no volviendo a ejercer en Oñati.

Como hemos podido ver el clero de Oñati se muestra bastante más conciliador que el de otras localidades, pero no por ello escapa a la política represiva de las nuevas autoridades. En 1937 el Gobierno Civil de Gipuzkoa elabora una lista de casi 200 sacerdotes que ejercen sus funciones en la provincia a los que pretende sancionar y, en algunos casos, deportar o encarcelar. En el caso de Oñati son cuatro los sacerdotes de la villa que se encuentran en la citada lista (Félix Olalde, Juan Emparanza, José Casundaudap y Ascensión Zabala). Finalmente parece que no se toma ninguna medida contra ellos pero en el Arciprestazgo de Bergara, al que pertenece Oñati, dos sacerdotes son desterrados fuera del País Vasco, cuatro están en prisión y otros dos son trasladados dentro de Gipuzkoa lo que prueba que ni el clero quedaba al margen de la acción depuradora de las nuevas autoridades.

El proceso político de 1947 y 1948

Para concluir estas líneas sobre Oñati en el Primer Franquismo vamos a hacer referencia a los procesos políticos que se llevaron a cabo entre 1947 y 1948 y que supusieron la puesta en marcha de la llamada "democracia orgánica" por parte del Franquismo, como culminación de un proceso que había dado comienzo en 1942 con la apertura de las Cortes franquistas y había continuado con la aprobación del "Fuero de los Españoles" en 1945.

En 1947 el régimen se plantea proponer a referéndum la llamada "Ley de Sucesión" por la cual se capacitaba a Franco a nombrar su sucesor. Para lograr el "éxito" de la consulta se puso en marcha la llamada "auscultación" que lo que pretendía era conocer la posición política de cada posible votante -calificados en "afectos", "indiferentes" y "desafectos", identificados significativamente por el color azul, gris o rojo- en cada localidad. Pese a que no conocemos los resultados por localidad si sabemos que Gipuzkoa fue considerada como "provincia enemiga" al igual que Bizkaia (APG. Leg.41). La campaña electoral que se llevó a cabo celebró un acto de propaganda en Bergara en el que participaron el alcalde de la localidad, Antonio Pagoaga, el Delegado Provincial de Sindicatos y el Gobernador Civil. Ni que decir tiene que los resultados fueron abrumadores a favor del "SÍ".

La celebración del referéndum dio paso a la celebración de las primeras elecciones municipales orgánicas, en las que se elegirían los tres tercios -familiar, sindical y de entidades- que iban a conformar los ayuntamientos franquistas. Realmente solo se llegaba a "votar" el tercio familiar, pero en Oñati, al igual que en otras muchas localidades guipuzcoanas, al existir tantos candidatos como cargos concejiles a elegir, la elección se celebra automáticamente. En el caso de Oñati eran tan solo 1.175 los cabezas de familia con derecho a voto, al menos aparentemente ya que la legislación privaba de voto a todos aquéllos que hubieran sido sancionados en cualquiera de los procesos represores puestos en marcha por el Régimen.

El ayuntamiento que resultó de las elecciones municipales del 1948, como no podía ser de otra manera, fue de amplia mayoría tradicionalista, filiación a la que pertenecían todos los miembros del Ayuntamiento menos un concejal del tercio de entidades. La media de edad del consistorio es de 50 años, algo que choca con la tendencia guipuzcoana, pese a que el alcalde -Vicente Ugarte- tan solo contaba 34 años. Profesionalmente el sector primario es el más representado, ya que cinco de los diez miembros de la corporación declaran dedicarse a labores agrícolas mientras que el resto se emplea en el sector servicios.

Cuadro 2: Evolución demográfica de la "Guipúzcoa Urbana"

Localidad Pob. 1930 Pob. 1940 Dif. % de TCI Pob. 1948
Lezo
Legazpi
Ordizia
Beasain
Zarautz
Elgoibar
Oñati
Hernani
Azkoitia
Azpeitia
Arrasate
Bergara
Pasajes
Errenteria
Eibar
Tolosa
Irun
2.062
1.898
4.423
5.260
4.786
5.239
6.662
6.282
7.557
7.848
7.720
9.307
7.519
8.973
12.874
12.847
17.670
2.143
2.763
4.335
4.986
5.251
5.683
6.699
7.093
7.632
8.024
8.645
9.499
10.024
10.106
11.772
13.583
14.638
81
865
-88
-274
465
444
37
811
75
176
925
192
2.505
1.133
-1.102
736
-3.032
103,93
145,57
98,01
94,79
109,72
108,47
100,56
112,91
100,99
102,24
111,98
102,06
133,32
112,63
91,44
105,73
82,84
2.207
2.780
4.456
5.231
5.547
5.688
6.841
7.570
8.122
8.319
8.834
9.828
9.174
10.313
12.191
13.024
14.485

Para finalizar debemos hacer referencia al comportamiento demográfico de la villa. Si observamos el cuadro 2 en el que se recoge la evolución demográfica de la "Guipúzcoa Urbana" veremos que Oñati mantiene un mínimo crecimiento entre 1930 y 1948 que se sitúa por debajo de la media de la Tasa de Crecimiento Intercensal de la zona, que sitúa en un similar 106,69%, mientras que Oñati presenta valores que escasamente superan el valor 100 y teniendo en cuenta que cuatro municipios pierden población. Por lo tanto, en el plano demográfico, podemos afirmar que en el período del Primer Franquismo, la tendencia demográfica es hacia el estancamiento como consecuencia de las pérdidas humanas que supuso la Guerra Civil.

Pedro BARRUSO BARÉS
Historiador