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BANCO DE VITORIA

Entidad bancaria fundada en Vitoria el año 1900 por transformación de la Banca Valle y Compañía, con un capital de 600.000 ptas., ampliado en 1951 a 10.000.000. Contaba con el precedente de otro Banco de Vitoria que había sido fundado previamente en 1864, pero que se fusionó con el Banco de España una década después. Por ello, un grupo de comerciantes y banqueros encabezado por Cipriano del Valle, creó el Banco de Vitoria con el objetivo de efectuar operaciones de banca y bolsa.

Constituyeron el primer consejo de administración miembros de la elite alavesa de entonces como abogados, consejeros de empresas, comerciantes azucareros, médicos y propietarios diversos, como Heraclio Fournier, fundador de la famosa industria de artes gráficas de su nombre. Con doce empleados, su principal objetivo fue apoyar a los comerciantes de la ciudad y facilitar créditos a las empresas eléctricas, al sector azucarero a través de Azucarera Alavesa y a Metalúrgica de Vitoria pero su política de prudencia le alejó de empresas de mayor envergadura como los negocios ferroviarios o navieros y de la inversión en su cartera de valores en empresas locales, centrándose en fondos públicos.

Entrado el siglo XX abrió una sucursal en Miranda de Ebro y, en 1935, otra en Salvatierra/ Agurain. Su política de expansión le llevó a relacionarse con empresas industriales, de la mano de capital guipuzcoano del grupo Central-Crédito de la Unión Minera-Banco Guipuzcoano, y a introducir títulos privados en la cartera de valores desplazando a los públicos. La quiebra de la Unión Minera en 1924 supuso un duro golpe a la economía vasca y, con ella, al banco alavés.

Según sus propios directivos, la actividad del banco no se vio afectada con la guerra civil, obtuvo beneficios entre 1936 y 1939 y los aumentó durante la II Guerra Mundial.

El Banco Guipuzcoano siguió manteniendo su presencia hasta mediados del siglo XX, en que controló el banco con un 51% del capital; participaban, así mismo el Banco de Bilbao, el Crédito Navarro, la Caja de Ahorros de Vitoria y la Caja Provincial de Guipúzcoa.

En los años 50 fue penetrado por el Banco Español de Crédito (Banesto) que compró la participación del Banco Guipuzcoano y a varios accionistas más, haciéndose con el 80,18% del capital, participación que pasó al 94,3% al año siguiente y del 95,96% en 1957. Fue orientado hacia la banca comercial y en la época expansiva de los 60 abrió sucursales por toda España. Lo presidía en 1968 una figura de gran nombradía en la política y la economía vasca: José M.ª de Oriol y Urquijo. Tenía ese año medio centenar de oficinas pero Oriol traspasó a Banesto las ubicadas fuera de Álava, Bizkaia y Gipuzkoa. Desde ese momento, el cambio en la composición de la propiedad hizo que las decisiones sustanciales se tomarán desde Madrid. Una de ellas fue la de una fuerte ampliación de capital en 1976, pasando de 61 a 1000 millones de pesetas, que se duplicarían en 1980.

El final del siglo XX no fue feliz. La presidencia de Mario Conde en Banesto introdujo las conocidas actuaciones "más arriesgadas" y, por primera vez en su historia, en 1994, registró pérdidas, que llegaron a los 5.500 millones de pesetas. La intervención del Banco de España y la adquisición de Banesto por el Santander dieron un giro a su historia, fase que termina en 2003. Dicho año, contando con 60 sucursales, más de 322 empleados y un valor contable de 138,8 millones de euros, la entidad presidida por Ana Patricia Botín adquiere el 0,3% del capital del Banco de Vitoria que aún no tenía en su poder, mediante el canje de 13 acciones del primero por cada 5 títulos del segundo.

La operación apenas supuso más cambio que la desaparición de la denominación de Banco de Vitoria; también afectó a las direcciones territoriales, ya que se creó una dirección territorial vinculada a la C.A.V. y 19 sucursales en Navarra.

Archivo AUÑAMENDI