Calificado por Ignacio Arocena como un caso excepcional, el señorío de Murguía, de carácter indeterminado, reviste cierto interés histórico. Arocena escribe lo siguiente: «El primer Señor de Murguía de quien se tiene noticia es don Diego López de Salcedo, hijo natural, al decir de autorizados genealogistas, del Señor de Vizcaya don Diego López de Haro, y Merino Mayor de Alava yGuipúzcoa en los años que corren de 1261 a 1294. En el año 1382, fecha del contrato con los vecinos de Astigarraga de que luego se hablará, era Señora de Murguía su nieta doña Navarra Martínez de Oñaz, a la que, habiendo muerto sin dejar descendencia directa, sucedió en el señorío de la casa y en el dominio de sus ferrerías, molinos y montes, don Pedro Martínez de Emparan, su sobrino y más cercano pariente. El linaje de Murguía figuraba en el bando oñacino. Lope García de Salazar menciona su casa entre las castigadas por orden de la Hermandad en el año 1456.