Udalak

Luzaide-Valcarlos

Canción popular vasca: Ainoarra Ñimiño. [Ref.: Resurreción María de Azkue: Cancionero Popular Vasco n. 2]. Tres melodías populares de danza recogidas por el P. Donostia. [Ref. Euskal Eres-Sorta, nos 389, 390 y 393].

Martxa; conjunto de melodías para recorrer las calles. Son "biribilketak" en compás de 2/4 en lugar de 6/8, habitual en Hegoalde. Bolant-iantzak. Jauziak. Se dividen en bailes mayores, Jauziak, y menores, Segidak; son piezas de compás binario y extensión variable, alegres y de diferente número de compases según las partes. M. A. Sagaseta recoge, como más importantes, los "jauzis" denominados Muxikoak, Lapurtar-Motxak, Lakartarrak, Ahuntza, Hegi, Zazpi-Jauziak, Eskualdunak, Sorginak, Marrianak, Xibandiarrak, Alemanak, Teillagorry, Gau-Aiñerak, Xoxuarenak, Grabo y Moneindarrak, entre otros muchos, de algunos de los cuales los pasos son actualmente desconocidos. Otro tipo de danzas son los Kalapitaiantzak; nombre que se aplica a diferentes bailes-juego, como Xarmantia, Kadera-iantza, Irri-iantza, Argi-iantza o Baso-iantza. Por su parte, los Makilarienak, son diferentes bailes ejecutados con ayuda de palos. También, la Iantza-luzia o baile de la pera, que se trata de un ingurutxo, o las contradanzas, Kontra-iantzak. Ver Danzas de Valcarlos

Además del día de Pascua Vieja, estos "bolantes" (por este nombre se conoce también a los "dantzaris" de Valcarlos) intervenían en la celebración de las carnestolendas, desde Año Nuevo hasta la Cuaresma. Salían un día; por la mañana iban a Arneguy y por la tarde se exhibían en el pueblo. Desde el año 1954, los "bolantes" bailan únicamente en la festividad de "Bazko Zahar" o Pascua Vieja. Son unos 20 los bailarines, a quienes, por la ancha cinta de seda que embellece su conjunto, se conoce asimismo como "bolantes". Visten camisa blanca y en su pechera destaca la hilera de broches de oro y cadenas del mismo metal, prendidos en línea quebrada por botonadura dorada. De la espalda del danzari cuelgan varias polícromas cintas de seda, que le llegan hasta las corvas. Un pañuelo le cae a ambos lados del pecho cuyas puntas, por medio de una faja de color morado, quedan sujetas a la cintura. Los pantalones son blancos. Su parte inferior ornan 4 trencillas horizontales, y sus costuras laterales lucen un trenzado de cintas de color, de las que penden pequeños cascabeles. Las alpargatas, blancas, con cintas y bordados. Cubre la cabeza con boina encarnada y borla de distinto color. Hasta hace unos años, e incluso ahora, iban coronados. La corona, conocida por "kaska", es de cartón con flores de papel de "un palmo de altura". Estos elegantes bailarines llevan en la mano un palo adornado con cintas de color. Uno o varios jinetes van ataviados con guerrera encarnada con brandeburgos de cinta blanca o dorada, pantalón blanco y calzado propio para montar. Estos jinetes son los heraldos del grupo. Durante los bailes, sin descuidar su exhibición, cuidan que los espectadores no impidan los movimientos de los dantzaris.

En la comparsa figuran uno o más "zapurrak" ataviados con camisa, mandil y pantalón blancos, con una banda roja terciada al pecho. Se tocan con morriones de piel de oveja y al hombro llevan el hacha de madera pintada. El "makilari" luce un gorro de cartón, forrado de seda, cuya parte delantera, con un minúsculo espejo, recuerda a una mitra. En sus manos lleva un palo con distintos colores, que sabe lanzar al aire, así como girarlo entre los dedos. Los últimos "makilariak" se presentan ataviados con guerrera y gorro cilíndrico, rojos. El gorro, adornado con dos hileras de rombos, va rematado por un plumero. Los dos "gigantiak", con boina roja y pañuelo al cuello, visten blusa y faldones blancos. Los "gorriak" son los jefes de la comparsa. Visten pantalón idéntico a los dantzaris y guerrera y boina rojas. La boina va ornada con borla de distintos colores. En una mano llevan la espada de madera y en la otra, la bolsa de la cuestación. El "banderari" exhibe la bandera de Valcarlos. Detrás de la comparsa llegan los bailarines.

El Domingo de Carnaval, los "mutillek" o varones mayores de 18 años acudían a la misa de las 6 de la mañana, desayunaban en sus casas y salían disfrazados y con careta, la mayoría de ellos. Recibían el nombre de "maskak" y se concentraban en una posada u "ostatua" iniciando la cuestación por los caseríos. Un acordeonista ambientaba la andadura. Un "maska" se encargaba de la bolsa para el dinero o "sosa" y otro se hacía cargo del varal o "santibate" para el tocino y la longaniza. El joven que iba con la cesta destinada a los huevos recibía el sobrenombre de "axaria" o "zorro", pues al tiempo que sus compañeros bailaban en el caserío no distinguido por su largueza, el "axaria" respondía lo mejor posible a su nombre, visitaba furtivamente el gallinero y sustraía unos cuantos huevos. En el grupo no se olvidaban del vino de la bota y casi todos los "mutillek" llevaban el correspondiente bastón o "makila". En la casa en luto o "dolian" pedían en silencio. Rematado el recorrido los jóvenes estaban de vuelta antes de terminar la misa mayor. La presencia de los "maskak" animaba el pueblo, hasta la hora de la comida. Por la tarde, los "maskak" paseaban por las calles e iban al baile en la plaza, donde, al comienzo, intervenían únicamente ellos. La música podía ser de acordeón, txistu y atabalero o "xirula eta tanborlaria", armónica -"filarmonika"- o clarinete. A continuación, en la misma plaza, se representaban los "atxotatupinak", con la intervención ininterrumpida del atabalero o "tanborlaria". Para ello, un mozo se vestía de mujer, y con una corona de espinas en la cabeza, en la mano llevaba un palo con una cuerda de la cual pendía, formando un cuerpo, una bola de lana o trapo ("zarpila"). Su compañero en la farsa iba ataviado con piel de oveja o "ardi larrua" a guisa de espaldero. Este joven se hallaba también coronado y no le faltaba la "zarpila". Junto a estos dos personajes figuraba el "gorri". El "gorri" procuraba defender a los dos "atxotatupinak", valiéndose de una espada de madera. Los dos "atxotatupinak" se daban la mano izquierda, y mirando ambos en sentido opuesto y seguidos por el "gorri", daban tres vueltas por delante del corro formado por los espectadores. Seguidamente los tres personajes se retiraban al centro de la plaza, donde los "atxotatupinak", defendidos siempre por la espada del "gorri", se protegían como mejor podían de los presentes que les querían desarropar. Después de un vivo forcejeo, los "atxotatupinak" se veían despojados de su disfraz. A continuación, los "maskak" presentes en la plaza se quitaban la máscara y el disfraz, y los jóvenes y las chicas tomaban parte en el baile.

Al toque de oración o "ilun zeina" rezaban el Angelus, bailaban una jota y daban por concluida la fiesta oficial, puesto que algunos "maskak" cenaban en la posada. La fiesta del "Ihaute Astelena" o Lunes de Carnaval era para los chicos comprendidos entre los ocho y los dieciocho años, aproximadamente, se dividían en dos grupos: el formado por los "mutikotxarrak" de ocho a doce años, y la cuadrilla de los mayores o "mutikoak", de doce a dieciocho años. Los más pequeños pedían en la calle y los "mutikoak" postulaban en los caseríos o "bordak". Los "mutikotxarrak" salían por la mañana, sin máscara pero disfrazados. La cuestación de los "mutikoak" era también mañanera. Con careta y disfrazados, disponían de una armónica de boca. Su petición no difería de la descrita para el Domingo. Con las viandas recogidas en la postulación comían en una posada, y en el baile de la tarde, con el mentado instrumento de boca, se divertían exclusivamente los integrantes del grupo, que se retiraban antes del "ilun zeina" o toque de oración.

En "Ihaute Asteartea" o Martes de Carnaval se disfrazaban los jóvenes y algunos casados, y no eran pocos los enmascarados. Muy de mañana el pueblo se veía frecuentado por "maskak", que improvisaban distintos números carnavalescos. Entre estas actuaciones de los "maskak" figuraba la cuestación callejera, que la llevaban a cabo sirviéndose del reclamo de una carroza tirada por un asno blanco. La carroza representaba el taller de un trabajador manual. Un año podía ser el "arotza" o herrero, y en otro "Ihaute" se escuchaba el martilleo desacompasado y torpe de un "kautera" o calderero, que escapaba confundido con una melodía popular interpretada por el consabido acordeonista. Al frente de la comparsa iban un "gorri" y un "banderaria" o abanderado. La industria itinerante contaba con la colaboración de varios buscadores de trabajo. En esta parodia, los servicios prestados se compensaban con viandas o en dinero. Con lo recogido en la postulación comían en la posada, y por la tarde repetían el baile y la comida de los "atxotatupinak" del Domingo de Carnaval. El "ilun zeina" ponía fin al "Ihautea". [Ref. Juan Garmendia Larrañaga: El Carnaval en Navarra].

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