Udalak

Lesaka

Feria, en disminución, la segunda quincena de noviembre (ganado porcino, vacuno y caballar) y mercado también en descenso los jueves alternos. Celebra fiestas el 7 de julio, San Fermín, y los días siguientes. El 7, a las 10,30, el ayuntamiento en corporación con otras autoridades, precedido por la Bandera de la Villa, ezpatadantzaris y músicos, inicia su salida de los arkupes, camino de la iglesia parroquial, donde se une al pueblo para la solemne Misa Mayor. Inmediatamente después acompaña a la imagen del Santo Patrono San Fermín en su recorrido habitual, a los acordes del txistu. Tras la procesión, la comitiva oficial y el pueblo, al paso de la marcha "IRIA", baja a Esbol-Txiki a presenciar la rememoración anual de los ritos de Bandera y Dantza. Sobre los laterales del río Onín, los ezpatadantzaris bailan el Zubigaineko, en recuerdo de la paz que se firmó en el siglo XV entre los barrios rivales de la localidad.

Acto seguido, la Bandera de la Villa, al son del Tantirumaio, es ondeada sobre el puente; los ezpatadantzaris y la comitiva la acompañan a la Plaza Vieja, donde vuelve a ser bailada, antes de ser izada en el balcón principal de la Casa Consistorial, tras nueva actuación de los ezpatadantzaris, que le forman arco de honor con sus "makillas". Sobre las fiestas de Moros y Cristianos que llegaron a celebrarse anualmente en Lesaca y Vera, véase Idoate, Rincones, t. I, 369-374. En el año 1739 el padre Mendiburu dio unas cálidas misiones en Lesaca. Muy impresionados quedaron los lesacarras con sus sermones, prometiendo suprimir las fiestas que se celebraban por San Juan, según refiere Idoate en Rincones... (t. I, págs. 369-373). Sin embargo en las vísperas de la festividad los mozos protestaron tumultuosamente, exigiendo que se reimplantara la fiesta. El licenciado Eleta fue enviado a Lesaca para llegar a un acuerdo con los defensores de la celebración. Finalmente se decidió celebrar las fiestas, pero con algunas restricciones, recomendando "moderación y decencia".